jueves. 28.03.2024

Ulises es uno de los más grandes héroes de la mitología griega, protagonista de dos de las obras de Homero, la Ilíada y la Odisea. Ulises era el rey de Itaca, una isla Jónica. Hijo de Laertes y Anticlea en la Odisea, era esposo de Penélope, hija de Icaro rey de Esparta, y padre de Telémaco.

Los rasgos más sobresalientes del carácter de Ulises eran la astucia y el valor. La vida de Ulises estuvo marcada por la ausencia durante veinte años de su reino al participar en la guerra de Troya y tener un accidentado viaje de regreso a su reino.

Durante la guerra de Troya, desencadenada por el rapto por parte de Paris, de Helena que era sobrina de Penélope, Ulises mostró su enorme capacidad de estratega al preparar la conocida trama del Caballo de Troya. Tras diez años de batallas Ulises decide volver a casa con el botín de esos diez años ganando combates. Este viaje de vuelta se prologó otros diez años debido a numerosas peripecias. En el principio del regreso dejó ciego al cíclope Polifemo, lo que produjo la ira de Poseidón, quien le llenó de dificultades a Ulises el viaje de regreso a su reino.

Cuando por fin regresó a Itaca estaba muy avejentado, de tal manera que solo fue reconocido por un viejo perro. Su mujer Penélope había tenido numerosos pretendientes, ante la creencia de que Ulises había muerto en la batalla, a los que Penélope había entretenido, diciéndoles que eligiría marido cuando terminara con una tela, tela que tejía por la mañana y destejía por las noches. Ulises mata a todos los pretendientes de Penélope y recupera su trono. La leyenda profetizaba que Ulises moriría a manos de su hijo, y así sucedió. Durante su viaje de vuelta Ulises tuvo un hijo con la hechicera Circe, Telégono. Este por mandato de su madre desembarcó en Itaca y mató a Ulises.

En Psicología se define el Síndrome de Ulises o del Emigrante a un trastorno de estrés crónico con diferentes síntomas, tales como ansiedad, depresión o insomnio, en el marco de un proceso migratorio de suficiente duración temporal.

Al igual que el héroe Ulises tuvo numerosas adversidades en sus viajes, hay una serie de factores de riesgo que facilitan a un emigrante actual, que presente este síndrome. Así, la soledad, el fracaso, la lucha por la supervivencia, ausencia de una red de apoyo social y el miedo que a veces llega a ser terror por las circunstancias vividas en su proceso de migración, lo que le lleva a lo que se ha denominado un duelo migratorio múltiple, por ausencia de familia, dificultades con la lengua en el país al que llega,  cultura y ambiente diferentes, por el status social,  y a veces por la dificultad de contacto con su mismo grupo étnico.

En los datos epidemiológicos, la prevalencia de este síndrome está en un 17% en varones y en un 15% de mujeres. Por estado civil predominan los solteros y viven predominantemente en la calle.

En cuanto a la sintomatología psíquica, presentan en un 40% de esta población emigrante con síndrome de Ulises, síntomas depresivos y hasta en el 50% síntomas de ansiedad y en un porcentaje menor somatizaciones del tipo cefaleas o mialgias e insomnio.

Quería resaltar un fenómeno común a todos los inmigrantes con o sin síndrome de Ulises, que ha venido denominándose síndrome de aculturización o adaptación socio cultural que es el fenómeno que se produce por la interacción del inmigrante con la nueva cultura a la que se enfrenta, desarrollando a nivel psicológico una serie de cambios. Este proceso, que es muy individual, y lleva aparejado un estrés asociado.

Dependiendo del resultado de esta aculturización se puede observar en la población emigrante una integración (mantiene valores culturales de origen), una asimilación (pierde valores culturales de origen), una separación (mantiene los valores culturales de origen y no se relaciona con el grupo de acogida) o una marginación (rechazo de los valores de las dos culturas).

Por último, esta reflexión de George Steiner sobre la inmigración: “en griego antiguo la palabra que se usaba para invitado y la palabra que se usaba para extranjero era la misma: xénos”.

Sindrome de Ulises