viernes. 19.04.2024
Solón ante Creso de Gerrit van Honthorst

En la mitología griega Creso (560-546 a. c.) fue el último rey de Lidia, reino al oeste de la península de Anatolia. Su reinado estuvo marcado por los placeres, la guerra y las artes, y fue poseedor de grandes riquezas.

Según relata Herodoto, Creso gobernó con leyes muy similares a la de los griegos, pero con una excepción, las mujeres de Lidia podían prostituirse de forma voluntaria para obtener la dote para su matrimonio. Este historiador refiere también la gran generosidad de este rey en sus regalos, en especial a Delfos.

En su reinado por primera vez se usó en la historia de la humanidad la moneda acuñada, electrum, una aleación de oro y plata salpicada con pepitas del río Pactolo, con el símbolo del león.

A morir su padre, Aliates de Lidia, Creso se lanzó a la conquista de Misia, Frigia y Panfilia, sometiendo así a todas las ciudades de la península de Anatolia hasta el río Halys, excepto Mileto.

Preocupado Creso por el avance del rey persa Ciro II, consultó al oráculo de Delfos, quien le recomendó hacer un ejército de coalición con Babilonia, Egipto y Esparta. Debía dirigirse hacia el este, cruzar el río Halys y atacar por sorpresa. Aunque Creso hizo caso al oráculo, fue derrotado por el ejército de Ciro II, muriendo poco después de la derrota sentenciado por el rey persa.

En Psicología se habla de síndrome de Creso para referirse a un trastorno que consiste en el gasto de dinero excesivo de una persona con el fin de destacar y sentirse superior en un determinado grupo social.

Sobre este aparente comportamiento de sentirse superior a otros mediante el derroche del dinero, subyace un importante complejo de inferioridad. El término de complejo de inferioridad, fue acuñado por Alfred Adler. Este autor afirma que tras una persona que se siente como si fuera superior, podemos sospechar que se esconde un sentimiento de inferioridad, que necesita grandes esfuerzos para ocultarse.

El problema más común de este complejo es el sentimiento de separación del grupo social, por creerse inferior al resto de sus miembros. Podemos pensar que son personas arrogantes o que quieren hacerse destacar por aspectos banales. El aspecto de la superioridad se dirigirá hacia un modo superficial y frívolo de entender la vida, el problema verdadero quedará oculto o reprimido. El individuo tratará de restringir su campo de acción, y se mostrará más interesado en evitar la derrota, que en esforzarse en el camino del éxito.

La conducta relacionada con este mecanismo puede incluir una opinión exageradamente positiva sobre el valor y las habilidades de uno mismo, expectativas muy altas y poco realistas con respecto a los logros de uno mismo y de los demás, vanidad, estilo extravagante en la forma de vestir, con la intención de llamar la atención, orgullo, sentimentalismo y facilidad de ser herido, así como una tendencia a rechazar las opiniones de los demás.

En este tipo de síndrome el mecanismo de compensación de los sentimientos de inferioridad, respecto al grupo social, es el del derroche de dinero, unas dotes de gran fanfarronería y una muy superficial interacción con ese grupo.

Estos comportamientos del sujeto con síndrome de Creso, suponen para él un resultado contrario al pretendido, el rechazo social.

Por último, compartir esta reflexión de Carlyle: “un hombre muestra su grandeza por como se comporta con los que tienen menos que él”.

El síndrome de Creso