jueves. 28.03.2024
NUEVATRIBUNA.ES - 23.3.2010

La página web iglesiasinabusos.com que estaba centralizando las denuncias por abusos de curas españoles a menores y que animaba a denunciar a todas aquellas personas que hayan sido víctimas de este tipo de prácticas y que hasta ahora han guardado silencio, ha desaparecido de la red. “Aviso de interrupción momentánea”, “superado el límite mensual de tráfico web y ftp incluido”, “la página web no está disponible en este momento” o “servidor no encontrado”, son algunas de las advertencias que reflejan los buscadores de internet Google Chrome, Explorer o Firefox cuando el navegador intenta localizar la web.

Iglesia sin Abusos agrupa a catequistas que denunciaron a un cura de Madrid por abusos sexuales a un menor y que fue condenado a dos años de cárcel y a pagar 30.000 euros a la víctimas. Este colectivo se "atrevió" a pedir responsabilidades al arzobispo madrileño y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, porque durante más de un año "silenció el escándalo que supone el encubrimiento de un delito tan grave" como es la pederastia. La sentencia judicial que condenó al sacerdote Rafael Sanz aseguraba que Rouco Varela, “conocía los hechos y los ocultó”.

La cabeza visible de este movimiento es el catequista Carlos Sánchez Mato, que en 2006 declaraba a la agencia EFE que su intención era “lograr que se pongan los medios necesarios para cambiar radicalmente la forma en la que la Iglesia aborda los abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes". De momento no se lo están poniendo fácil. Mientras en todo el mundo saltan los escándalos por los casos de pederastia cometidos por sacerdotes católicos en menores y las víctimas dan un paso al frente, España se mantiene al margen. Y no parece que ello se deba a que la iglesia católica española esté libre de toda culpa. Según cuenta el diario Público en su edición de este martes, el Vaticano ya ha abierto una investigación sobre los casos que se han producido en nuestro país y que podrían contarse por decenas.

Carlos Sánchez Mato no ha tenido reparos en señalar directamente a la jerarquía eclesiástica española como cómplice de la ocultación. Sánchez Mato, que enseñaba catequesis en la parroquia de Aluche donde estaba destinado el cura Rafael Sanz cuando cometió los abusos, acusó ya en 2005 al Arzobispado de Madrid de actuar con "oscurantismo, tapando el caso y persiguiendo a los que lo hemos denunciado". El Arzobispado dirigido por Rouco Varela sostuvo durante la investigación que "los presuntos hechos no se produjeron en el ejercicio del ministerio sacerdotal, sino en el ámbito de la relación del sacerdote con una determinada familia". Sánchez Mato criticó la "falta de apoyo" de las instituciones y mantuvo que el cura, de 72 años, cometió los presuntos abusos "en función del sacerdocio que ejercía en la parroquia, donde su labor era celebrar eucaristías infantiles, lo que le daba acceso a los menores", por lo que pidió expresamente la responsabilidad civil subsidiaria del Arzobispado.



Silenciada la web que animaba a denunciar abusos de sacerdotes