viernes. 19.04.2024
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Las fiestas en honor a San Fermín en Pamplona parecen haberse zambullido en un torbellino de movimientos más cercanos a la delincuencia mediática que a la realidad festiva: `El juez decreta prisión incondicional para los presuntos agresores sexuales de Sanfermines´ es el titular del artículo de Pablo Ojer para abc.es el 9 de julio, en el que se hace público que a dichos personajes ` Se les imputa varios delitos de agresión sexual y un delito de robo con violencia´. Al pamplonés de hace un par de décadas le sorprendería asumir, tras la lectura diaria del periódico local, que los acusados “se han negado a declarar, pero una de las pruebas fundamentales para tomar esta decisión ha sido el video aportado por uno de los acusados en el que se veía la agresión. Se trata de cinco jóvenes de Sevilla con edades comprendidas entre los 25 y 28 años de edad y responden a las iniciales J.A.P.M., J.E.D., A.J.D., A.J.C.E., A.M.G.E. y A.B.F.”. Según todos los indicios que suelen rodear a estos tristes acontecimientos, la “madrugada del 6 al 7 de julio, los cinco acusados abordaron a una joven madrileña de 19 años y la obligaron a entrar en un portal de una céntrica calle de Pamplona. Allí abusaron sexualmente de ella”.

Una de las pocas razones para no perder la fe en el ser humano al conocer noticias más que desagradables pocas horas después de lanzarse el txupinazo festivo en la vieja Iruña es conocer que la “joven, acompañada por unos ciudadanos que se encontró en la calle, presentó una denuncia”. Posteriormente, agentes de la Policía Foral reconocieron a los acusados “en la plaza de toros de Pamplona, a donde habían acudido para ver el final del encierro y participar en la posterior suelta de vaquillas. El tatuaje de uno de ellos fue fundamental para ser identificados. La Policía Foral dio aviso a la Policía Municipal, quien procedió a la detención de los cuatro jóvenes que habían acudido a la plaza de toros y a un quinto que les esperaba en el coche en un barrio de las afueras de Pamplona”.

Valentía

No parece fácil controlar las ansias de escarnio que a algunos jóvenes educados en la falta de educación asaltan en plena vorágine festiva y en ciudad lejana pero el poder destructor del aprendiz de violador en los aledaños del Casco Antiguo de la capital navarra se ha enfrentado, al menos, a la ira del ciudadano horrorizado por determinadas actitudes que solo pueden acompañar al siniestro devenir del peor de los cobardes, dada la ágil respuesta del gentío acumulado a través de multitudinarias manifestaciones nada más conocer la noticia. Y, ante la más mínima duda de la importancia de hechos como el denunciado en Pamplona, prevalece el testimonio de Amelia Tiganus en el suplemento Verne de El País del día 9: “Desde los 18 años hasta los 23 ejercí la prostitución en el Estado español, en casi todas las comunidades autónomas y en más de 40 clubes. Pero, ¿cómo se fabrica una puta? Yo nací en Galati (Rumanía) en una familia de clase media, tradicional. Era la mayor de dos hermanas. Nunca pasé hambre, ni frío, ni me faltó el acceso al colegio. Mis aspiraciones entonces eran trabajar y formar una familia pero a los 13 años, todo se truncó cuando me violaron. Supe que jamás volvería a ser una buena mujer y me cargaron con el peso de la culpa: `¿Y esa qué hacía allí? ¿Vestida así? ¿Sola?´”.

¿Qué hacía allí la joven madrileña a la que abordaron por las bravas en un supuesto día de fiesta en pleno centro de Pamplona? Probablemente, intentar disfrutar de la fiesta. Y, ¿qué hacían sus supuestos agresores? Lo que no parece mostrar dudas es lo publicado en 20minutos el 11 de julio: `Cada día tres mujeres son violadas por hombres en España, una cada ocho horas´ es el titular del artículo donde se dan a conocer informaciones de Europa Press según las cuales más de un millar de mujeres “son violadas cada año en España desde al menos 2009, cuando el Ministerio del Interior comenzó a desglosar la estadística de agresiones sexuales para acomodarse al criterio de la Unión Europea, una fecha desde la que se han registrado más de 8.200 agresiones sexuales con penetración, tres al día, una cada ocho horas. Los datos oficiales indican que en 2009 se registraron 1.304 violaciones, en 2010 fueron 1.177 y en 2011 ascendieron a 1.513, la cifra más elevada de la serie estadística. Un año después se contaron 1.280 agresiones sexuales con penetración, que fueron 1.298 en 2013 y un total de 1.239 en el año 2014”.

¿Hay dudas sobre el devastador alcance de la penúltima lacra de una sociedad aparentemente civilizada? Andrés Aberasturi lo resume en 20minutos.es el último día de fiestas patronales en Pamplona: “Eneko sintetizaba aquí en una viñeta la realidad descubierta –que no desconocida- en los sanfermines 16: `Bestia vs mujer´. Y no es exclusiva de las fiestas de Pamplona, ocurre demasiado y yo siento vergüenza de género porque no admito que el hombre se comporte peor que el peor macho de la peor manada. Los pamplonicas se han manifestado y me uno a ellos. Pido perdón y justicia”. 

Sanfermines de ayer y de hoy