jueves. 28.03.2024
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¿Por qué una persona con esquizofrenia, trastorno bipolar, ansiedad o depresión no es tratada del mismo modo que una persona con diabetes, hipotiroidismo o asma?

¿Por qué quienes ingresan en un centro psiquiátrico no hacen pública su estancia y su dolencia con la misma desenvoltura que lo hacen quienes ingresan en un hospital con otro tipo de padecimiento?

Porque, incomprensiblemente, las enfermedades mentales no son abordadas desde la misma perspectiva que otras enfermedades; el presupuesto para su estudio, prevención y tratamiento en escandalosamente inferior al destinado al estudio, prevención y tratamiento de otras patologías. 

Es hora de romper el silencio y empoderar a los afectados y afectadas; estigma y prevención son dos palabras clave para ello; la primera por la urgencia de erradicar todo tipo de actitudes y actos discriminatorios de rechazo hacia las personas que padecen una enfermedad mental y la segunda por la importancia del abordaje preventivo de las alteraciones emocionales, cognitivas y del comportamiento, que de forma individual o conjunta, puedan afectar una parte de nuestra vida  obstaculizando la forma de relacionarnos y la toma de decisiones. 

Cáculos y propósitos

En España, según datos oficiales, se supera el millón de personas que tienen una enfermedad mental grave, es decir entre el 2,5 y el 3% de la población adulta (un 0,7%  padece esquizofrenia y  un 0,5%  trastorno bipolar). Roza el 50% el porcentaje de personas que necesitan ser tratadas y no  reciben tratamiento o lo reciben de forma inadecuada. La OMS calcula que, a lo largo de su vida, alrededor de un 25% de la población sufrirá algún tipo de problema que afecte a su equilibrio mental. 

Entre los propósitos  de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030 se incluyen la prevención y el tratamiento de los trastorno mentales como elementos fundamentales para el bienestar de los individuos y de la sociedad así como la promoción de la salud mental. 

Proceso y estrategias

La OMS califica la promoción de la salud mental como un proceso facilitador de herramientas para su control y mejora; por ello es de vital importancia la implantación de las nuevas estrategias del plan del Ministerio de Sanidad para los años 2021-2026; el borrador que las contiene depende de su aceptación por el Consejo Interterritorial para su puesta en marcha. Este borrador, que incide en puntos tan importantes como la prevención, la visibilización y la especial atención a la conducta suicida, tendria que haberse materializado mucho antes de que las carencias relativas a la falta de personal y las interminables esperas trazasen el camino de la mala atención. 

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Niveles de prevención

La nueva estrategia gubernamental opta por poner el foco de actuación en: 

  • Los derechos de la ciudadanía 
  • La integración social
  • La lucha contra el estigma
  • La promoción de la salud mental
  • La prevención de los trastornos mentales
  • La prevención de la conducta suicida y la recuperación de la persona
  • El enfoque de género

 Clasifica en tres los niveles de prevención: 

  • La prevención primaria o de la salud dirigida a la disminución de la aparición de nuevos casos con medidas de políticas sanitarias y con la disminución de factores de riesgo psicosociales así como la promoción de los recursos personales
  • La prevención secundaria fomentando el diagnóstico y tratamiento precoz 
  • La prevención terciaria que busca retrasar el avance de la enfermedad y limitar el grado de incapacidad.

Asimismo aboga por la optimización, por la vía de la coordinación, de recursos y niveles asistenciales.

La importancia de la Atención Primaria

Con la Atención Primaria al borde del prepicio, en riesgo inminente de caer al abismo sin red, se incrementa la vulnerabilidad de la población. Es necesario reforzar la atencíón psicológica con la inclusión, de modo generalizado, del servicio de psicología clínica en los Servicios de Atención Primaria y por supuesto la reducción del tiempo de espera en las consultas psiquiátricas; también es imprescindible tomar en consideración la salud mental infantil, uno de los focos prioritarios de atención con las urgencias pediátricas incrementadas en un 50 %  por problemas psiquiátricos. 


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La Atención Primaria es clave para el abordaje terapeútico de las alteraciones mentales, son sus profesionales los que pueden realizar, de forma conjunta con los servicios especializados,  funciones de prevención, detección y seguimiento de las personas afectadadas.  

Si tenemos en cuenta que toda la población está expuesta y que, como consecuencia de la crisis sanitaria de la covid,  se constata un fuerte aumento en los niveles de ansiedad y depresión, urge la aprobación, sin “desacuerdos ideológicos", de la nueva Estrategia por el Consejo Interterritorial. 


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La salud mental entre el estigma y la prevención