viernes. 29.03.2024
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El trabajo perjudica seriamente la salud, The Lancet, Abril 2004


Lo que hoy denominamos globalización se enmarca dentro del contexto del sistema capitalista. Se puede afirmar que conforma una fase de ese sistema que se distingue de otras por una serie de características. Para los amantes de las modas conviene aclarar que ni el comercio mundial, ni la actividad financiera, ni la deslocalización nacen con la globalización. También, que conviven con la fase actual modos y relaciones de producción de las fases anteriores, cuantitativamente más importantes que la última. En los BRICS la industria, y no los servicios, tiene un papel predominante económicamente, y en ella trabajan millones de trabajadores.

Otra cosa es que los publicistas interesados en la globalización pretendan persuadirnos de sus bondades, de su imparable e inevitable instalación en todos los rincones del planeta y del poder financiero como indiscutible vértice de la actual fase del capitalismo financiero. Por cierto, recientemente todas las burbujas financieras nos explotan en la cara.

En todo caso no cambia el marco básico del sistema capitalista: propiedad privada de los medios de producción, existencia de clases y explotación de una clase por otra con obtención de plusvalía. La superestructura institucional, con formas más duras o suaves, representa y dirige los elementos esenciales del sistema [i].

¿Cuáles son las características peculiares de la actual fase? Como vamos al tiempo de Olimpiadas podíamos decir con el barón de Coubertin “Citius, altius, fortius”, más rápido, más alto, más fuerte; especialmente en la actividad financiera internacional [ii].

El capitalismo, siguiendo por analogía pautas biológicas no cooperativas, más allá del cuento de B. de Mandeville, mantiene finos instintos de supervivencia depredadora, reproducción, crecimiento, adaptación, pragmatismo, sin que nos consten sus  virtudes públicas.

La globalización ofrece más posibilidades al que más poder tiene y ello origina un aumento de las desigualdades entre los cada vez más ricos y el resto

LOS SISTEMAS DE BIENESTAR SON  FRUTO DE LAS MOVILIZACIONES

La presión de la lucha de clases y las revoluciones de la segunda mitad del XIX en Europa llevaron a un militar prusiano, Bismarck, aristócrata, terrateniente y conservador, a establecer los Seguros Sociales desde la década de 1880 en Alemania, con el fin de mantener el poder, limando los aspectos más duros de las consecuencias de la explotación. León XIII, su Encíclica, y las Asociaciones de Patronos Católicos aportaron su granito de arena, tratando de suplantar a las nacientes organizaciones de clase.

La Revolución de Octubre del 17 y la constitución de un primer país en el que gobernaba la clase obrera, junto con la grave crisis del 29 que afectó a todos los países capitalistas, colocó al sistema político-económico al borde del abismo. Con su Teoría General, Keynes en 1936 da un giro radical a las fórmulas tradicionales que el capitalismo utilizaba para salir de sus crisis. El club de Bloomsbury en el que convivía con Joan Robinson y Sraffa, y la sombra que proyectaba la Revolución Soviética, que no se había visto envuelta en la grave crisis del 29, le llevó a  un camino de intervencionismo amplio de los Estados capitalistas en políticas económicas para remontar con inversiones públicas de choque. El liberal Beveridge promovió el Welfare State,  ante la nueva relación de fuerzas y la nueva geopolítica surgida de la II Guerra Mundial, en el marco internacional y en Europa en especial, y ante el protagonismo que había supuesto para la clase obrera la lucha contra el fascismo y el nazismo.

Los Sistemas Nacionales y Públicos de Salud han desempeñado un papel relevante en los cambios en las condiciones de vida y son un patrimonio indisputable e irrenunciable de la clase obrera, que se han extendido solidariamente al resto de la población.

Por tanto, no hay abandono a la mano invisible sino, al revés, cuando es inevitable, intervención para afrontar peligros de pérdida del poder. Es decir, se inventó la apicultura canalizando la actividad natural de las abejas para el máximo provecho del apicultor. Hoy comprobamos esas políticas anticíclicas en las medidas de inversión cuantiosa, anunciadas por la UE y por el gobierno Biden ante la crisis provocada por la pandemia. La República Popular China está cerca [iii].

La explotación de los pueblos ha seguido las mismas pautas biológicas del neodarwinismo social. Colonialismo, neocolonialismo y la fase actual: sobreexplotación de recursos naturales y humanos a bajo coste y transferencia de riesgos de deterioro humano y del ambiente a los pueblos pobres. Las únicas diferencias con el esclavismo de siglos anteriores es que, ahora, son los propios inmigrantes los que se pagan el viaje y la explotación de recursos es más devastadora.

La libre circulación de personas y capitales sigue beneficiando extraordinariamente a estos últimos, en especial al capital financiero y explotando la inmigración pobre. Esta última cumple el perfecto papel, ya estudiado por Marx, de ejército de reserva a disposición del capital en cualquier tiempo y espacio.

La globalización ofrece más posibilidades al que más poder tiene y ello origina un aumento de las desigualdades entre los cada vez más ricos y el resto. Sigue prevaleciendo la justicia de la fuerza frente a la fuerza de la justicia, Pascal, y el poder militar sigue siendo determinante en las relaciones internacionales, respaldando al poder económico.

Y es este contexto el que conforma los determinantes sociales de la enfermedad, a pesar de los importantes avances de la sanidad.

“Los avances médicos pueden eventualmente prolongar la vida humana, pero las mejoras de las condiciones sociales pueden conseguir este resultado con mayores garantías de éxito y más rápidamente”. (Rudolf Virchow, 1821-1902) [iv].  


[i] Josep FONTANA. Capitalismo y Democracia, 1756-1848. Cómo empezó este engaño. Ed. Crítica. 2019.
[ii] Eduardo GUTIERREZ BENITO. Curso de Verano.2008 UCM. LOS RIESGOS POLÍTICOS Y SOCIALES DE LA FINANCIARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA.
[iii] Un Estado Socialista gobernado por un Partido Comunista con 100 millones de afiliados, 1400 millones de habitantes y la primera potencia mundial por PIB, en términos de paridad de poder adquisitivo.
[iv] José Manuel SÁNCHEZ RON. Rudolf  Virchow, activista médico y social. TEMAS. Monográfico de Investigación y Ciencia. 1er trimestre 2021. El padre de la teoría celular fue también un reformador de la salud pública. Tan es así que se enfrentó políticamente a Otto Bismarck, que llegó a retarle en duelo. Menos mal que Virchow no acudió.

La salud de los trabajadores en contexto