miércoles. 17.04.2024

Sabor agridulce en la conclusión de la Cumbre de Biodiversidad de Nagoya, en Japón

Para el secretario ejecutivo del Convenio sobre Diversidad, Ahmed Djoghlaf, se ha abierto un "nuevo orden" en los esfuerzos por proteger el medio ambiente y la ministra Rosa Aguilar ha resaltado los avances. Las organizaciones ecologistas creen insuficientes los acuerdos alcanzados.
NUEVATRIBUNA.ES - 3.11.2010

El pasado sábado día 30 de octubre concluyó en Nagoya (Japón) la reunión de décima Conferencia de las Partes (COP-10) del Convenio sobre la Diversidad Biológica de Naciones Unidas, que ha dejado un sabor agridulce entre sus participantes, pues si bien se han producido avances muy importantes en el compromiso de frenar la pérdida de biodiversidad, no se ha concretado suficientemente el aspecto de la financiación.

Por ello, las valoraciones son diferentes. Por una parte, para el secretario ejecutivo del Convenio sobre Diversidad, Ahmed Djoghlaf, se ha abierto un "nuevo orden" en los esfuerzos mundiales por la protección del medio ambiente y que constituye “un gran paso decisivo y uno de los instrumentos legales más importantes en la historia de la cooperación multilateral y del ecologismo en particular", En su opinión, el consenso logrado en la ciudad nipona ayudará a avanzar en otros campos, como el de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) o la lucha contra el cambio climático. Resalta el hecho positivo de que en el acuerdo de Nagoya incluye el compromiso de poner bajo protección, de aquí al 2020, el 17 por ciento de las áreas terrestres y el 10 por ciento de las áreas marinas del planeta, así como que se logró consensuar un protocolo sobre el uso y distribución equitativa de los beneficios derivados de los recursos genéticos (ABS, siglas en inglés) y varios aspectos relativos a la financiación de los objetivos.

También la Ministra Rosa Aguilar ha resaltado los avances en esta cumbre que, según ella “cumplen los objetivos planteados por España en el marco de la Unión Europea en este año especialmente dedicado por Naciones Unidas a la biodiversidad, incluyendo la referencia a integrar los valores de la biodiversidad en la contabilidad nacional; entre otros aspectos". Ha destacado también que "resultan satisfactorios los resultados en relación con la protección y gestión eficaz de áreas naturales así como la reducción de la tasa de pérdida de los hábitats naturales, al menos a un 50% de la tasa actual o próxima a cero siempre que sea factible".

Sin embargo, para las organizaciones ecologistas presentes en el evento, los acuerdos alcanzados son insuficientes, así Ecologistas en Acción considera que la cumbre "ha sido más un ejercicio de economía que un verdadero esfuerzo para preservar la vida en el planeta" y añade: "los países han ido con la visión de firmar un acuerdo comercial más que con la responsabilidad de enfrentar una realidad acuciante".

Para Ecologistas en Acción, la cumbre de Nagoya ha supuesto una nueva oportunidad perdida para salvaguardar el futuro de la biodiversidad en la Tierra y la Comunidad Internacional, por la actuación de los países desarrollados, se ha demostrado incapaz de asumir la responsabilidad del reto que tenía por delante y ha optado por aplazar la toma de decisiones en un momento que no admite retrasos.

Por su parte Greenpeace, valora positivamente los acuerdos alcanzados en materia de Acceso y Participación en los Beneficios, el Plan Estratégico y los nuevos objetivos de las áreas protegidas en el mar y en la tierra, considerando que “el nuevo Protocolo significa que las comunidades locales y las comunidades indígenas podrán cosechar los beneficios de sus recursos naturales”, aunque considera decepcionante que los gobiernos no hayan apostado por proteger muchos espacios marinos y terrestres.



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