jueves. 28.03.2024
Oscar Wilde
Oscar Wilde

Me gustaría comenzar este texto hablando de la conciencia y de la consciencia. ¿Podría decirse que el universo es todavía joven? Los científicos han calculado que puede tener sobre unos 13.770 millones de años, pero no sabemos si eso es mucho o poco. De cualquier manera, parece que para la raza humana está llegando el momento que tiene que madurar o extinguirse

Tal vez por eso deberíamos haber aprendido ya a elegir líderes que fueran buenos para todos. En efecto, tenemos que comportarnos habiendo aprendido las lecciones conforme al desarrollo histórico que tenemos detrás, a menos que queramos caer en los mismos errores y como en la genial novela de Oscar Wilde, nos neguemos a envejecer y en un peligroso engaño adolescente, depositemos toda nuestra conciencia y todas nuestras arrugas en un cuadro escondido en el más apartado baúl de nuestra casa. 

Al fin y al cabo la ética está relacionada con el karma. Parece obvio que la humanidad necesita un nuevo «cargamento de fe» para creer en ella misma. Es importante analizar en qué y en quién creemos de forma colectiva pues eso determinará en gran medida el destino de la humanidad. No es tan simple, pero dicho de forma sencilla si creemos en cosas y en personas malas pasaran más cosas malas y viceversa.

En otras palabras, necesitamos líderes que nos hagan creer en lo increíble, porque eso sacará lo mejor que hay en nosotros mismos. Por el contrario, los líderes que gobiernan a través del miedo y la violencia nos llevarán de vuelta al retrógrado pensamiento primitivo. 

Necesitamos líderes que nos hagan creer en lo increíble, porque eso sacará lo mejor que hay en nosotros mismos

Con el mayor respeto para el islam y para sus creyentes, no puedo evitar condenar el infame ataque que ha sufrido Salman Rusdie. Un oscuro ejemplo que nos habla a las claras del funesto resultado del fanatismo y del uso malintencionado de las creencias personales de cada persona. Cuestiones religiosas aparte, está claro que el ayatolá que declaró la fatua ni tenía sentido del humor ni entendía de literatura. 

Yo prefiero con mucho el realismo mágico García Márquez, de Octavio Paz o Juan Rulfo. Desde mi modesto punto de vista, lo mejor que podía haber hecho era no haber leído la novela, porque sin perjuicio del más reverente respeto por la libertad de expresión, la novela no me gustó, y ahora a buen seguro se venderán de nuevo miles de ejemplares.

Pero volviendo al tema de la edad del universo, me viene a la cabeza el «experimento de la doble rendija» que se llevó a cabo a principios del siglo XIX. Se trataba de demostrar que la luz puede mostrar características tanto de onda como de partícula y los resultados fueron tan sorprendentes que dejaron atónitos a los científicos. Mi interpretación particular es que los electrones tienen conciencia. Porque se comportaban de manera diferente cuando los observaban

En realidad eso no sería tan raro si todo el universo fuera en cierto modo consciente. Lo que nos lleva a pensar que el escenario en el que estamos también es juez y parte. No quiero pensar en este caso la historia va de que al lado del retrato de Dorian Trump había también un extraviado maletín nuclear, porque las consecuencias de esas profundas reflexiones serían que el universo sería como un enorme narrador y nosotros sus personajes, pero no me gusta el argumento de esa película. Tal vez por eso son tan importantes las creencias, pues ese gran narrador se nutre de ellas, y son al fin y al cabo, la sustancia de la que están los sueños y la materia prima de historias personales.

El retrato mágico de Dorian Trump