EFE | Isabel Coixet, Josep Maria Pou, Emma Vilarasau, Itziar Castro, Sílvia Munt o Mario Gas son algunos de los más de 300 representantes de la cultura en Cataluña que han firmado un manifiesto de apoyo a las artistas afganas que quieren sean ayudadas a salir de su país "en peligro por los talibanes".
Ante la llegada al poder de los talibanes en Afganistán, diferentes entidades y personalidades del mundo de la cultura en Cataluña han creado el movimiento "Cultura por Afganistán" con el objetivo de hacer un llamamiento a los gobernantes españoles.
El movimiento, impulsado por Àlex Casanovas, Xevi Dorca, Àngels Gregori, Marina Marcos, Àngels Margarit, Jordi Montaña, Maria Molins, Bel Olid, Isona Passola, Josep Reig, Jordi Sánchez, Gemma Sendra e Isabel Vidal, quiere que los gobernantes españoles se comprometan en la defensa "de los derechos humanos y en la promoción de la cultura afgana en nuestro país y más allá de todas las fronteras".
Asimismo, quieren que impulsen "una serie de acciones para ayudar a la salida, el acogimiento y el reconocimiento de refugiadas políticas a las artistas e intelectuales afganas, en especial mujeres y miembros de otros colectivos en situación de vulnerabilidad"
Por otra parte, destacan que los derechos y las libertades y el acceso universal a la cultura y la educación son una "herramienta imprescindible para el desarrollo personal y profesional de cualquier individuo".
En este punto, añaden que uno de los ámbitos que quedará más afectado en ese país será el de la cultura, el arte y la creación artística, atendiendo a que en su anterior mandato los talibanes ya demostraron que cualquier expresión artística puede ser susceptible de "ser censurada, en el mejor de los casos, y castigada con prisión o muerte".
Esta situación, sostienen los firmantes, se agravará "cuando sean las mujeres las que quieran plasmar su arte o desarrollar cualquier iniciativa cultural", con lo que quieren lanzar un mensaje de "solidaridad y apoyo a todas las creadoras y artistas afganas, sea cual sea su ámbito disciplinario".
En el manifiesto, se aboga por que la cultura, como derecho fundamental, esté garantizada por las autoridades nacionales, pero también "por la comunidad internacional como está recogido en el artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos".
Con más de 300 adhesiones, el texto también cuenta con el apoyo de Sergi Belbel, Aina Clotet, Ariadna Gil, Mercè Sampietro, Silvia Marsó, Nausica Bonin, Vicky Peña, Tortell Poltrona, Iolanda Batallé, Vicenç Altaió, Lidia Pujol, Clara Peya, Sol Picó, Cesc Gelabert, Benedetta Tagliabue, Oriol Bohigas, Carme Sansa, Mónica López o Vinyet Panyella.
