sábado. 20.04.2024
infopandemia

El título de este artículo es reflejo del titular del MIT Technology Review el 12 de febrero de 2020.


Según datos publicados por la OMS en abril de 2020, se subieron a youtube más de 300 millones de videos bajo la categoría de “Covid 19”, y en marzo pasado 550 millones de tuits incluyeron términos sobre coronavirus.

El efecto más sobresaliente de esta pandemia en las redes ha sido las numerosas fake news o bulos, que ha acarreado la difusión en estos medios, así pues, se ha evidenciado la capacidad de las redes sociales para disminuir el interés, muy extendido, de la veracidad de la información, así como la capacidad de crítica de las lecturas y su capacidad como herramienta para manipular y generar efectos de desinformación.

Podemos definir las fake news, bulos a falsas noticias como aquellas noticias que aportan en su mayoría datos incorrectos, que han sido manipulados para atraer la atención de un sector de la población, fácilmente manipulable, con el fin de crear un efecto sensacionalista.

Se han descrito varios tipos de noticias falsas: en primer lugar, las que tienen por objeto manipular a los que reciben el mensaje con conclusiones erróneas sobre el tema tratado. En segundo lugar, las que pudiendo presentar una parte de verdad, pero por la alteración de la noticia pueden acabar produciendo una confusión, que puede hacer creer que los hechos son hechos falsos. En tercer lugar, publicaciones falsas sobre personajes públicos, con el único fin de perjudicar su figura. En cuarto lugar, las que hacen referencia a la exageración o distorsión de la realidad.

Estas noticias falsas han generado tal preocupación en la opinión pública, que ha alarmado en nuestro entorno a toda la Unión Europea. Esta ha tomado diferentes medidas para combatirlas a través de sus distintos órganos.

Algunos ejemplos de estas fake news serían, por ejemplo: “Siempre debe tener la garganta húmeda, tome líquidos cada 15, porque además si llegara el virus, el agua lo arrastraría de la boca al estómago y aquí el ácido lo mataría”. “El ajo puede ayudar a curar la infección por coronavirus”. “El dióxido de cloro ayudará a eliminar el nuevo virus de China”. “Los productos de plata coloidal pueden proteger del nuevo virus”. “El coronavirus cambia el color de la sangre”.

Estos bulos, que en definitiva buscan solo desinformar, con algún trasfondo que desconocemos a priori, evidentemente atentan contra la salud pública. Es tal la velocidad a la que corre la información, que en un breve tiempo afecta a la conciencia colectiva de muchos ciudadanos.

Todas estas noticias falsas en torno a esta pandemia en las redes sociales han llegado incluso a afirmar la inexistencia del virus, lo que provocó que muchas personas ignoraran las medidas de protección sanitaria o por el contrario una información sensacionalista que contribuyó a angustiar y atemorizar a una buena parte de la población. Ha habido noticias falsas que alentaban a ignorar las recomendaciones de médicos y científicos de diversas ramas biomédicas, exponiendo a la población a un grave riesgo para su salud global. En este sentido, la difusión de este tipo de información, infopandemia, potencia el impacto emocional de la pandemia, en especial en aquellos trastornos relacionados con el estrés, como angustia, ansiedad o estrés postraumático.

En una encuesta realizada en Latino américa por ESET, más del 70% de los encuestados aseguró que recibió noticias falsas sobre el Covid 19, principalmente a través de las redes sociales (72%) y el resto por whatsApp u otros portales.

Por último, si bien el trabajo para combatir fake news o bulos o falsas noticias es una tarea difícil, como usuarios de redes sociales, debemos ser responsables y tomar conciencia de las consecuencias de propagar este tipo de noticias, por lo que se debe verificar la fuente de información antes de distribuirla, en definitiva, una actitud crítica ante la lectura de la información que nos llega.

Primera pandemia global en redes sociales y fake news