viernes. 29.03.2024

reputacionEn España existen 3.000 políticos profesionales con algún cargo relevante (cifra que incluye a los 1.268 parlamentarios autonómicos, 1.031 diputados provinciales, 139 responsables de cabildos insulares, las 50 principales alcaldías y 500 cargos públicos entre gobierno central y autonómicos) 1 de cada 2 tiene al menos 1 contenido perjudicial indexado en el top 10 de Google. Se trata de un problema emergente fruto de la actual Sociedad de la Información y el actual clima de crispación política que se vive en España. En Youtube han proliferado vídeos en los que Rajoy no habla bien inglés, o aquellos de tipo conspiroparanoico en los que se alude al origen o pasado de algunos líderes, tampoco faltan memes virales en whatsapp, montajes fotográficos o vídeos de candidatos tropezando o exhibiendo algún tipo de carencia personal, académica o cultural.

Los ataques reputacionales en política tienen su origen en EEUU, ya en 1828 el demócrata Andrew Jackson y su rival político Quincy Adams encarnizaron una lucha desmedida por el poder. Desde esa época hurgar en el pasado de candidatos, buscar infidelidades, escándalos sexuales o facturas sin pagar se ha convertido en una tradición por parte de lobbies y detractores políticos.

En España los precedentes empiezan en 1986 con el vídeo del Doberman publicado por el PSOE, desde entonces los partidos no han dudado en publicar vídeos destinados a recopilar los aspectos más negativos de los candidatos, en ellos se difunden lapsus, tropiezos, declaraciones desafortunadas o supuestos vínculos con actividades ilícitas.

Es durante la campaña y precampaña electoral cuando se intensifica el fenómeno, afirma Francisco Canals, periodista y director de Identidad Política.com consultora especializada en defender a marcas políticas ante ataques reputacionales en campaña y precampaña.

1 de cada 2 políticos ya sufre al menos un contenido perjudicial indexado en el TOP 10 de Google y es que Internet tiene cada vez más capacidad para hablar de todos nosotros al margen de que nos guste o no, los 250 algoritmos de Google rastrean la información aplicando criterios como el de la variedad, la antigüedad o la popularidad. En las semanas previas al 26J ya se multiplica el número de comentarios negativos, expresiones ofensivas e insultos de todo tipo contra candidatos.

En nuestro país proliferan empresas especializadas en la lucha contra estas malas prácticas, su función es intermediar ante los proveedores y portales de Internet para lograr la eliminación de contenidos perjudiciales, en otros casos se dan de baja perfiles clonados o falsificados o se solicita la baja de sitios web donde se publican delitos contra el honor. Los políticos viven con ansiedad estos contenidos y se convierten en un tema tabú de los que raramente hablan en público. El fenómeno ha dado pie a todo un amplio abanico de términos antes desconocidos pero que ahora forman parte de la vida política ‘la Pena del Telediario’, ‘los ataques de denigración en prensa’, ‘la pena de Google’ o la ‘reputación digital política’

Fuente: Identidadpolitica.com 

Los políticos en pie de guerra contra las campañas negativas