jueves. 25.04.2024
Constituciones de Anderson, 1723
Constituciones de Anderson, 1723

@Montagut5 | ¿Históricamente han podido ingresar las personas ciegas en la Masonería? Una pregunta parecida (“¿Son admitidos los ciegos en la Masonería?”) fue hecha en el denominado Consultorio Masónico de la revista Latomia en su primer número de 1932, la que, sin lugar a dudas, ha sido una de las mejores publicaciones en la Historia masónica española por su calidad.

Pues bien, la respuesta fue negativa porque se aducía que los principios de la Masonería se oponían a este ingreso por la imposibilidad del profano ciego (los masones son iniciados, y el resto de la población está compuesta de profanos) de interpretar los símbolos que no podía ver. Pensamos que la respuesta se basaría en la interpretación de las Constituciones de Anderson, documento fundamental de la Masonería. Al respecto, debemos recordar que en las mismas, en el capítulo dedicado a los maestros, inspectores, compañeros y aprendices, se decía que ningún maestro podía aceptar un aprendiz, entre otras cosas, que tuviera alguna “deformidad física” o un “defecto” que le hiciera incapaz de instruirse en su arte (debemos tener en cuenta el vocabulario de la época).

La Masonería actual no discrimina a ninguna persona por ser ciega

Pero también era cierto, según la revista Latomia, que eran numerosas las ocasiones en las que esta disposición no había sido respetada. Al parecer, en el Gran Oriente de Francia a la altura de 1784 se rechazaba a los profanos ciegos, pero en 1803 cambió la situación cuando se permitió la iniciación de un numeroso grupo de oficiales y soldados del Cuerpo Expedicionario de Egipto que, a causa de padecer tracoma, se habían quedado ciegos. Al parecer, la expedición de Napoleón produjo una verdadera epidemia de tracoma en la misma y en el ejército inglés, que se expandió por Europa al comenzar el siglo XIX. 

También se aludía al músico Francisco Conradi que fue iniciado en Alemania con un ritual especial. En 1856, el rey de Hannover, Jorge V, fue iniciado y era ciego. Así es, el príncipe perdió la vista de un ojo de niño y luego en 1833 la del otro a causa de un accidente. Jorge V fue el último rey de Hannover. También había habido iniciaciones de profanos ciegos en América. Por otro lado, se informaba que en Londres funcionaba una logia denominada “Lux in Tenebris”, compuesta de masones dedicados al cuidado de ciegos.

Además de la fuente citada, hemos consultado las Constituciones de Anderson en la página de la Gran Logia de España. Sobre el tracoma hemos trabajado, también en la red, con la Revista Hondureña de Medicina. Es evidente que la Masonería actual no discrimina a ninguna persona por ser ciega.

Las personas ciegas y la Masonería en la Historia