miércoles. 24.04.2024
Foto: Madrid Sindical

Hoy, siguiendo el currículo explícito, o sea, el “programa, programa, programa”; toca iniciar el segundo Franquismo. Coordenadas en el tiempo, tan arbitrarias como cualquiera otras: 1959-1974. Denominación o bautizo formal: desarrollismo, tecnocracia, reformismo económico, tardofranquismo y demás inventos conceptuales que cabrían en la cabeza de un afamado político, que fue ministro durante ese período y del que se presumía, que, en su testa, albergaba toda la arquitectura barroca jurídico-política-institucional del Estado; incluyendo el Sáhara Hispano, Guinea Ecuatorial y el resto de plazas y territorios patrios, tan españoles como Cuenca. ¡Un crack, este Sr. Don Manuel Fraga Iribarne

¡Es un milagro, un azar inesperado: vamos a impartir, en el contexto de la asignatura de Historia Contemporánea la “cosa”: el Franquismo! Casi siempre no llegamos a tan próximos derroteros históricos, debido a que el final del Curso nos sorprende antes de llegar a ese “contenido”. Esta vez, y sin que sirva de precedente, voy a abordar entre los sufridos alumnos de 2º de Bachiller la jodida cuestión de la Dictadura de Franco. ¡Pobrecillos, no saben lo que les espera! 

Espero ser objetivo, realista, imparcial y consecuente como le cuadra a una disciplina científica como la Historia. Lo mismo, en ocasión, enseño mi “patita” de rojo consumado y antifranquista de pro; un corredor de fondo delante de los “Grises” y su caballería. Me refugiaba, como alma que persigue el demonio, en el edificio de Filosofía B de mi entrañable Universidad Complutense. Ya tengo edad, 64 años, para contar estas batallitas. Soy, como digo yo, de la Generación de Plan de Estabilización. Concreción legislativa: Memorándum, Decreto-Ley denominado de Ordenación Económica, para los amigos Plan de Estabilización y Liberalización Económica (21 de julio de 1959). y demás normas de desarrollo, incluida la visita de los ilustres hombres de negro, sí ya existían no se trata de un invento moderno; del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (BIRD). Menudos miuras, sometieron a los tecnócratas a un examen riguroso y exhaustivo. Pero todo se consumó con un éxito arrollador. Fuera la Autarquía, vamos de cabeza al Capitalismo Realmente Existente.

Eliges la empatía y la imaginación para desentrañar la Historia, desde un individuo concreto, sufriente, protagonista y testigo de la misma. Su nombre: Pedro Patiño 

Bueno, yo les cuento la “película” resumida de todos los sucesos, circunstancias y resultados del período objeto de nuestras “ansias de conocimiento”. 

Ahora, una vez finalizada mi exposición, les toca pechar a los alumnos; no se van a ir de vacío. Deberes: buscar información sobre un personaje histórico de ese tiempo. Siguiendo las enseñanzas de tu maestro, José María Jover (emérito historiador y pensador), eliges la empatía y la imaginación para desentrañar la Historia, desde un individuo concreto, sufriente, protagonista y testigo de la misma. Su nombre: Pedro Patiño.

patino
Pedro Patiño y sus hijos

Tú juegas con ventaja porque ya conoces el contenido público de la vida de esa persona: exilio en Paris, regreso a España, residencia en Getafe, obrero de la construcción, 33 años, sereno, tranquilo, reflexivo, encantador con los pequeños, niñero, autodidacta. Esposa, una hija y un hijo. Luchas y detenciones como militante de CC.OO. y del PCE. 

Asesinado por disparos de la Guardia Civil, en Leganés, el día 13 de septiembre de 1971 durante la primera jornada de huelga de su sector (Construcción y Servicios) en la que participaba y que se prolongó hasta el día 19 de ese mismo mes. Tres hijos de perdedores de la Guerra Civil y otro compañero, en una furgoneta repartiendo octavillas de apoyo resuelto a la Huelga. un piquete informativo diseminando, entre los obreros, propaganda de la plataforma reivindicativa del Convenio Colectivo La exigencia estrella del Convenio Colectivo era meridiana: 40 horas semanales, por 40 pesetas por hora. Se protestaba también por la detención del cura Paco, Francisco García Salve. La Guardia Civil les dan el alto. Pedro no podía correr ni huir. Desgraciadamente, cojeaba. Durante la infancia, sufrió un accidente, se cayó de un árbol y se fracturó una pierna. La falta de recursos y de cuidados de enfermería y médicos, le procuraron una mala consolidación de la fractura. 

Fue asesinado, incomprensiblemente, por disparos de la Guardia Civil, en Leganés, el día 13 de septiembre de 1971 durante la primera jornada de huelga de la construcción en la que participaba 

La versión oficial de resistencia a la autoridad e intento de fuga era, sencillamente, falsa. Patiño no se movió, durante la detención, del espacio que ocupaba.

Te imaginas, el horror de esa llamada telefónica realizada por Nicolás Sartorius a Manuela Carmena para darle noticia del luctuoso suceso, el pánico de ésta y la imposibilidad de trasladarle la misma a su viuda, Dolores Sancho, que trabajaba con ella, como administrativo, en el mismo despacho de abogados laboralista.

Luego sigue la infame versión oficial –contrastada con el relato verídico que en fotocopias distribuyó el PCE–, las gravísimas irregularidades del proceso, la negativa a autorizar una autopsia alternativa, el escándalo de la abogacía, la valiente y decidida acción profesional y humana de su abogado, Jaime Miralles; nota de protesta incluida que le valió su detención. La infame decisión de las autoridades de prohibir la visita al cadáver, por parte de su esposa.

Sincrónica a la ignominia y la crueldad infligida por las autoridades franquistas se desarrolla, en claro contraste, la solidaridad, las caricias, el apoyo económico, la ternura en sus múltiples formas y expresiones como la de esa carta, conservada y atesorada por la familia, remitida por un niño de diez años que intentó asistir, junto a sus padres, al entierro de Patiño y relató su experiencia de aquella mañana del 16 de septiembre. 

La redacción del chaval es un documento histórico: “entonces los Guardias Civiles llamaron, por radio, a un autobús que estaba lleno de guardias. Cuando llegó, una corneta tocó la primera señal. Entonces, entre gritos e insultos, todos empezaron a correr pisoteando las flores. Todos huyendo, con pánico se fueron. Afortunadamente no hubo tiros, pero yo me extrañé mucho al ver esto, porque imaginé que iba a ver un entierro normal. Además, tampoco vi enterrar a la persona que había muerto y, ni siquiera, entramos en el cementerio. Así se acabó todo: la plaza desierta, las flores pisoteadas y los gritos ya no se oían”.

Hubo que esperar hasta 2009, casi cuarenta años, bajo el marco de la Ley de Memoria Histórica, para obtener un reconocimiento oficial y gubernamental de lo evidente: Pedro Patiño fue una víctima del franquismo y no un delincuente

Hubo que esperar hasta 2009, casi cuarenta años, bajo el marco de la Ley de Memoria Histórica, para obtener un reconocimiento oficial y gubernamental de lo evidente: Pedro Patiño fue una víctima del franquismo y no un delincuente ¡Consolad a ese niño, las flores han reverdecido en forma de Escuela Sindical, Centro de Formación y nombre de calle de barrio! Cantadle la canción: “¡te recuerdo, Lola, la calle mojada! ¡Suena la sirena de vuelta al trabajo!”; al aula para finalizar la clase. Algunos no volvieron, tampoco Pedro.

Por cierto, ¿cómo digerirán, comprenderán y ponderarán los alumnos este crimen ignominioso, este tratamiento inhumano, esta patente vulneración de los Derechos Humanos y Civiles, por parte de un Régimen dictatorial execrable y maldito? ¿Serán conscientes de todas las implicaciones de los sucesos descubiertos y relatados por ellos mismos, después de su trabajo de recopilación informativa?

Sacudes la cabeza intentando volver de tu ensimismamiento absorbente. Hoy es viernes, y los viernes no se piensa. ¡Qué ganas tienes de que llegue el mediodía! Has quedado a comer con tu amigo, un compañero de CCOO de Sanidad que parece un monje zen de izquierdas, en el restaurante portugués de siempre. Degustar un buen plato de bacalao y alguna de las “iguarias” -plato exquisito, en portugués- que prepara o Senhor João. A los dos nos gustan mucho. 

Antes de salir piensas en la despedida, un discreto mutis por el foro, al concluir la clase. Lo vas a hacer a la manera del Gran Wyoming: “mañana más, pero no mejor, porque es imposible” También puedes decirles aquello tan socorrido de: “ahora vas y lo cascas; lo del catastrófico Franquismo”.

Se acabaron las clases, la mía era la última. Salen contentos los alumnos, que no volverán hasta el lunes. Tú eres el último, el que apaga la luz y cierras la puerta. Este último comportamiento o hábito lo aprendí de mis profesores sindicalistas de la Federación de Enseñanza de CCOO: “en las reuniones sindicales o de negociación con la Administración o la Patronal, sé siempre el último; quien apaga la luz y cierra la puerta. No te pierdas nada hasta el final”.

Honor y gloria, al compañero Pedro Patiño. “Heroes sempre fidelis ad non, ut nos confundit”. Los héroes siempre nos son fieles, nunca nos defraudan.

Pedro Patiño: obrero, autodidacta y víctima franquista