miércoles. 24.04.2024
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Foto de archivo

La pandemia es sin duda el problema sobre el que debe girar la acción del gobierno Ayuso-Aguado, su gestión más o menos acertada determinará en buena medida no sólo los niveles de daño a la salud individual y colectiva de los madrileños sino también los daños a corto y medio plazo de la economía en el territorio regional. Admitiendo la enorme dificultad que para cualquier gobierno tiene la gestión de una crisis sanitaria y social de esta naturaleza, lo cierto es que los datos que se refieren a la Comunidad de Madrid son realmente muy preocupantes. A fecha 3 de febrero 2021 los datos oficiales indican que la en la Comunidad de Madrid se han registrado  desde el comienzo de la pandemia 533.074 casos contagiados por el virus, el número de fallecidos es de 12.741 cifra significativamente mayor a la registrada en comunidades con población muy superior a la Comunidad de Madrid, la incidencia acumulada a 14 días está 100 puntos por encima de la media nacional, los hospitales tienen altos niveles de ocupación y hay 773 pacientes críticos en las UCI´s o espacios habilitados. Unos datos muy malos que contrastan con las decisiones que el gobierno Ayuso-Aguado toma reiteradamente en relación a su laxitud en la aplicación de restricciones en hostelería y comercios o el anuncio de retrasar otra vez el toque de queda; mientras tanto la Atención Primaria sigue sin recursos humanos suficientes y los rastreadores no conocemos se hayan aumentado significativamente. Descenderá la curva de esta tercera ola, y si persisten las carencias indicadas anteriormente tendremos una cuarta ola antes de que la vacunación haya llegado a una cifra alta de madrileños.

La ejecución del Plan de Vacunación contra el virus por parte del Gobierno Ayuso-Aguado y las graves irregularidades que ya se han producido no ayudan a generar confianza entre la enorme mayoría de madrileños responsables y solidarios que no tienen ninguna intención de saltarse la cola y que por tanto exigen se respete el calendario establecido y el orden de grupos estipulado. Los graves hechos acaecidos en el Hospital Clínico y la permanencia en sus puestos del Director Gerente y Director Médico que debieran haber sido cesados de inmediato, animan a los responsables de los centros sanitarios madrileños a actuar de manera discrecional tratando incluso de vulnerar derechos fundamentales de las personas, ello ha ocurrido en el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares donde la Directora Gerente pretendía prohibir que los pacientes allí atendidos no pudieran tener sus teléfonos móviles para poder comunicarse con quiénes quisiesen. Esta responsable sigue en su puesto sin ser cesada de inmediato, hecho inconcebible en cualquier Administración Pública seria. A día de hoy muchos profesionales sanitarios que están en primera línea siguen sin haber sido vacunados particularmente en la Atención Primaria.   

Es exigible a los partidos políticos lleven a cabo su acción política de manera responsable, con planteamientos constructivos que ayuden a la consecución de una sociedad que satisfaga mejor las necesidades de la ciudadanía y que en consecuencia se alejen del ruido y la confrontación estéril que no solucionan ninguna cuestión, dificulta la gestión de los problemas y enlentece su solución. Si lo expuesto anteriormente atañe a todas las formaciones políticas, es aún más exigible a aquellas formaciones políticas que han tenido o tienen experiencia de gobierno.

Pareciera que tras haber sido el partido más votado y no poder alcanzar el gobierno como consecuencia de la alianza de la derecha extrema, la derecha camuflada y la extrema derecha, los dirigentes y el grupo parlamentario socialista hubieran caído en una especie de somnolencia

Si convenimos que lo anterior es bueno para el funcionamiento de un sistema democrático en circunstancias normales, parece obvio entender que es necesario más aún en condiciones excepcionales como las que hoy sufrimos a causa de la pandemia. Es por ello entendible que a un partido como el P.S.M que gobernó la Comunidad de Madrid durante doce años, que gobierna en los municipios más importantes de la autonomía se le deba exigir que ante la situación creada por la COVID 19 su acción política sea plantear su plena disposición a colaborar en la lucha contra el virus para conseguir derrotarlo, ejercer su labor de oposición sin estridencias absurdas ni descalificaciones, evitando confrontaciones que puedan servir para oscurecer los problemas reales existentes y aportando propuestas que ayuden a salir de la crisis en que estamos inmersos.

Si observamos lo ocurrido en la Comunidad de Madrid desde la irrupción de la pandemia hace casi un año y analizamos el comportamiento del P.S.M y su Grupo Parlamentario, podemos afirmar que el Gobierno Ayuso-Aguado no podrá decir que los socialistas madrileños les ha dificultado su trabajo por crear un clima de confrontación, debate bronco o descalificaciones fuera de lugar. Los socialistas madrileños han hecho un ejercicio de responsabilidad que el Gobierno Ayuso-Aguado y sus partidos respectivos deberían agradecer.

Dicho lo anterior, creo obligado indicar que la responsabilidad, la salvaguarda del respeto a las instituciones, no puede llevar nunca a la ausencia de acción política, a  no estar presente en los graves problemas que la sociedad ha sufrido y sufre hoy, a no liderar un proyecto alternativo. El sentido de responsabilidad y buen quehacer político no puede llevar nunca a la invisibilidad de un proyecto propio como contraposición al que representa el actual gobierno autonómico. En mi opinión esto es lo que hoy ocurre en la Comunidad de Madrid.

Son muchos los militantes y votantes socialistas que no pueden entender como ante los graves errores del gobierno Ayuso-Aguado en toda su acción política, el Partido Socialista madrileño permanece invisible, no comparece para exponer sus proyectos alternativos, no hace acto de presencia en las movilizaciones que diversos colectivos realizan respetando por cierto las medidas de seguridad, no se proyecta como alternativa real de cambio para la Comunidad de Madrid.

La excepcionalidad que significa la pandemia exige, eso sí, una acción política responsable, pero no impide ni puede impedir la obligada crítica política, el necesario control de la acción del gobierno por parte de la oposición.

Pareciera que tras haber sido el partido más votado y no poder alcanzar el gobierno como consecuencia de la alianza de la derecha extrema, la derecha camuflada y la extrema derecha, los dirigentes y el grupo parlamentario socialista hubieran caído en una especie de somnolencia que la pandemia agravó aún más. Quienes desde siempre hemos mantenido lealtad a los principios del socialismo democrático defendemos la responsabilidad en el ejercicio de la acción política que siempre irá encaminada a defender el interés general particularmente en situaciones de enorme gravedad para el conjunto de la sociedad como lo es la pandemia, pero ello es perfectamente compatible con un trabajo político tanto en el seno del partido como en las instituciones que haga visible ante la ciudadanía la existencia de un proyecto político ilusionante para cambiar una sociedad con niveles altísimos de desigualdad como la madrileña. No se pide una acción política por parte del PSM de corte ruidoso, descalificador o zafio, eso ya lo hace el Partido Popular con la Presidenta Ayuso a la cabeza y la ayuda inestimable e incondicional del Sr. Aguado, muchos madrileños pedimos que la dirección socialista madrileña y su grupo parlamentario se hagan visibles, planteen sus proyectos, hagan críticas constructivas, dialoguen y hablen con la sociedad civil que sí se mueve a pesar de las dificultades, pedimos nada más que hagan política pues para eso fueron elegidos.

La sociedad madrileña se lo merece y el principal partido de la oposición no puede desertar de esa tarea.

Responsabilidad sí. Invisibilidad no

Partido socialista de Madrid: responsabilidad sí, invisibilidad no