miércoles. 24.04.2024
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El 16 de septiembre de este año, la prensa local navarra contaba que Osasuna había recuperado la tradicional ofrenda floral a san Francisco Javier tras dos años de interrupción por culpa de la pandemia. Se decía que el cuerpo técnico, la junta directiva y la plantilla visitaron la Basílica de Javier siendo los capitanes los encargados de la ofrenda floral al santo.

A propósito de este acontecimiento, el periodista Tomás de la Ossa recordaba lo “incongruente” de tal visita, dado que los estatutos de Osasuna establecen la "igualdad de todas las personas asociadas, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de varios asuntos, entre ellos la religión” (Artículo 9).

Por considerar que, quizás, se nos había escapado algún detalle importante de dichos estatutos en esta materia los hemos revisitado y podemos decir que no. Se puede confirmar que ninguno de sus artículos establece que “aquellos que forman parte del club, cuerpo técnico, junta directiva y jugadores, deberán visitar obligatoriamente todos los años la Basílica de Javier para hacerle una ofrenda floral y encomendar al santo la buena marcha del equipo en la competición de la liga nacional de fútbol”.

Y cabe añadir que tampoco existe cláusula que, al ser fichado, avise al jugador de su “compromiso ineludible de visitar la basílica de Javier al comenzar la temporada y que, caso de que no lo hiciese, se le daría de baja de forma automática”.

En definitiva, no existen argumentos estatutarios por los que la junta directiva se pueda arrogar el derecho de llevar a una función religiosa a la plana mayor del cuerpo técnico, junta directiva y plantilla, pues, al hacerlo, incurriría en discriminación manifiesta.

Y conviene decir que Osasuna era reincidente. Hace precisamente dos años, en mayo de 2019, el club ofreció al copatrón de Pamplona, San Fermín, el ascenso a primera división. El párroco de la parroquia de San Lorenzo se encargaría de agradecer a Osasuna por “haberse convertido en un catalizador de hermandad para los navarros, reforzando a través del club la unión de todos por encima de las ideas”, hasta la celebración de elecciones políticas, debió añadir.

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Ignoramos si estos dirigentes del club pretenden que olvidemos el origen de estas performances, pero la hemeroteca está ahí para aviso de navegantes poco precavidos. En este sentido, hay que señalar que la “naturaleza tradicional de esta visita a la Basílica de Javier”, es carlo-franquista.

san francisco javierEs un acto religioso que los golpistas ya asentados en las distintas instituciones navarras inauguraron en el año 1952, en pleno nacionalcatolicismo. Por si quedasen dudas al respecto, el sacerdote, que hizo la ofrenda floral, afirmaría que Osasuna fue “un equipo que blasonó de catolicismo en los días más amargos de la revolución comunista española”.

Lo que no es verdad. Los jugadores jamás se manifestaron en contra del comunismo, ni del socialismo, ni de ninguna ideología. Que hubo futbolistas que se alistaron al Glorioso Movimiento Nacional, así; del mismo modo que los hubo que se mantuvieron fieles a la República, pero ninguno de ellos públicamente, como jugadores de Osasuna se manifestaron a favor del golpe como de la república.

Otra cosa muy distinta es que lo hicieran los dirigentes franquistas del club, entre ellos Daniel Taberna y Ángel Goicoechea Reclusa. Y nada debería extrañar tal cariz, toda vez que, desde el momento en que la entidad deportiva pasó a ser dirigida por falangistas y carlistas, hecho que se inició en noviembre de 1935 y, sobre todo, a partir de 1936 hasta nuestros días, el club se tiñó de la ideología del poder político carlo-franquista que dirigió Navarra durante la Dictadura. En la imagen se les verá vistiendo camiseta con el emblema de la falange.

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Digamos, por tanto, que la visita a la Basílica de Javier es una herencia golpista aceptada por las distintas juntas directivas de Osasuna nunca cuestionada, ni siquiera en los tiempos en que, desde 1978, hay una Constitución que establece un Estado Aconfesional y, mucho más pertinente, la existencia de un estatuto del club que contempla el respeto a la pluralidad en materia de creencias.

En otro orden de cosas, pero relacionadas con el tema anteriormente expuesto, en este mes de octubre se celebró en el Parlamento navarro un acto institucional publicitario de un libro -una novedad, desde luego-, dedicado a recordar la figura del que fuera presidente de Osasuna, Natalio Cayuela.

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Natalio Cayuela (con camisa blanca)

En dicha ceremonia se hicieron muchas declaraciones. Nos interesa rescatar las del presidente actual de Osasuna, Sabalza, “envueltas en una grave emoción”, según la prensa.

Describió a Osasuna como “un símbolo de unión entre todos los navarros (…); es un sentimiento transversal e integrador. Es una pasión que une a diferentes elementos (…), un elemento vertebrador”. Lo mismo que el párroco de san Lorenzo.

Y la frase del millón: “Osasuna es mucho más que un club deportivo”. Y, como se trataba de un homenaje a Natalio Cayuela, el presidente de Osasuna terminaría diciendo que “si Osasuna representa hoy todo esto, es gracias a hombres que lucharon por ello como lo hizo Natalio”.

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Luis Sabalza

Ignoramos lo que Osasuna representa en esos niveles de identidad que sugiere Sabalza, pero sí sabemos que Natalio Cayuela, cuando fue presidente de Osasuna, nunca persiguió esos objetivos. Supo deslindar muy bien la política y la dirección deportiva de Osasuna. Nunca utilizó el club para extender su ideario político republicano.

Deportivamente hablando, Cayuela trabajó como nadie -lo reconoció hasta el falangista Jokintxo Ilundáin-, para conseguir que el club fuese solvente y salir del hoyo económico en que todas las temporadas se encontraba. Pero no se le conoció ninguna declaración pública que anhelase esa homogeneidad y uniformidad sentimental e ideológica alrededor del club.

Como republicano, Cayuela consideraba que, al contrario de lo que piensa Sabalza, Osasuna era una institución de muchas voces, de muchos sentimientos y de una variedad ideológica imposible de homogeneizar. Y no se planteó jamás que Osasuna fuese “más que un club deportivo”. Véase sobre este particular el libro Osasuna 1936. Golpistas, represaliados y franquismo (Editorial Pamiela, 2021), donde se recoge información minuciosa y exhaustiva sobre Natalio Cayuela.

osasuna 1936Jamás luchó por hacer de Osasuna un elemento integrador de la sociedad navarra, ni que formara parte de su identidad, como los sanfermines, la jota y la Javierada.

Si se quiere respetar el legado de Natalio Cayuela, empiécese por lo más evidente de su ideario político: su laicismo acorde con la Constitución de la II República, puesta de manifiesto siendo presidente de la Junta de la Casa de Misericordia defendiendo la pluralidad religiosa de dicha institución frente a la agresiva ofensiva de los integristas, cobijados en Diario de Navarra. Laicismo más manifiesto aún, en 1933, cuando Natalio Cayuela, como presidente del Partido de Acción Republicana, dirigió al Gobierno el siguiente telegrama: “Consejo Provincial y local Acción Republicana expresan V. E. adhesión dictamen Comisión parlamentaria proyectos Ley Congregaciones religiosas y protestan manifestaciones falsas Asociaciones Padres Familia que no representan opinión navarra”.

EL presidente actual del club Osasuna, Sabalza, presume de ser apolítico, así que lejos de nuestra intención pedirle que sea fiel al legado republicano de Natalio Cayuela, un ideario republicano que le costó la vida, pues fue s asesinado en Valcardera en 1936 por los golpistas, pero, al menos, inténtelo en la parcela que le corresponde desde el punto de vista deportivo. Es decir y para que se entienda muy bien, Cayuela nunca hubiera llevado a la plantilla de jugadores, al equipo técnico y a la plantilla de jugadores a la Basílica de Javier ni a la capilla de san Fermín a darle las gracias por un ascenso deportivo, ni a pedir la intercesión de san Francisco Javier dedicándole una ofrenda floral.

¿Porque era ateo y anticlerical?

No. Sencillamente por respeto a la pluralidad de quienes profesaban una religión distinta a la católica o ninguna. Exactamente, por ese mismo respeto que establecen los actuales estatutos de Osasuna y que Sabalza en la práctica olvida cumplir sin que nadie de su le llame a capítulo.

Firman este artículo: José Ramón Urtasun, Pablo Ibáñez, Txema Aranaz, Carlos Martínez​, Fernando Mikelarena. Víctor Moreno, Clemente Bernad.


'Osasuna 1936. Golpistas, represaliados y franquismo'


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