jueves. 25.04.2024
sol

Una confusión recurrente con el riesgo natural del clima espacial es la idea de que a nuestra estrella le suceda "algo" fuera de lo normal.

Todo lo contrario. 

El problema con este riesgo natural consiste, precisamente, en que no se prevé que el Sol haga nada fuera de lo normal. 

Y justo por ello nuestra estrella seguirá desencadenado, antes o después, los mismos grandes fenómenos solares que ha venido desencadenado desde siempre. Entre ellos, los tipo "Carrington" -con un retorno estimado en torno al siglo o dos siglos- pero también eventos incluso superiores como el Carlomagno, o incluso como el evento Bristlecone, de cuya existencia ni tan siquiera sabíamos nada hasta, literalmente, hace unos breves "meses", mucho menos seguimos sin saber de sus periodos de retorno.

En cambio, nuestra tecnología no ha sido siempre la misma, ni mucho menos. Todo lo contrario.

De los últimos 195.000 años como homo sapiens (nos ceñimos sólo al homo sapiens, y no a las múltiples formas homínidas anteriores) prácticamente hasta hace poco más de 150 años (Primera Revolución Industrial, por concluida en torno a 1840-1850, en numerosos países más tarde aún) la tecnología de nuestras sociedades ni tan siquiera se basaba todavía de forma generalizada en la máquina de vapor. 

Es decir, de 195.000 años de homo sapiens, nuestras modernas sociedades no se basaron en una primera industrialización, en una apenas incipiente dependencia de todo ello, hasta hace poco más de 150 años. 

Justo en ese momento tuvo lugar el último evento tipo Carrington, y en ese periodo de retorno del fenómeno desde entonces nada. 

Del primer tramo de vía férrea en España que apenas se acababa de inaugurar (Barcelona a Mataró únicamente 22 km. de vía, año 1848) al momento del último Carrington, a los satélites, la aviación, internet y las centrales nucleares que existirán y a al momento del próximo Carrington (o superior) que se desencadene.

CUEVA DEL SOLDe modo que todo lo que "damos por hecho" que conforma nuestra moderna civilización y nuestra identidad como especie "hoy y desde siempre", como una certeza inamovible, ha tenido lugar, en realidad, en los últimos 150 años (en sus trazos más elementales) y mucho de ello, en realidad, mucho antes, en su última mitad, en los últimos 75 años; en realidad aún no ha sido puesto a prueba de este riesgo natural de grandes dimensiones, desarrollamos todo ello de espaldas al mismo.

¿Cuándo sucederá esa nueva interacción entre la misma actividad solar de siempre -pero de la que nos habíamos olvidado-, y esa evolución tecnológica nuestra de "último minuto" en nuestros 195.000 años precedentes como especie?

¿Superará nuestra nueva tecnología, y nuestra nueva sociedad, ese encuentro con la inapelable realidad de nuestro propio entorno espacial?.

(En la imagen, pintura rupestre en la llamada "Cueva del Sol", datada en la Edad del Bronce, Parque Natural del Estrecho, Cádiz).

A nuestro Sol no le sucede nada fuera de lo normal...
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