viernes. 29.03.2024
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Cuando la necesidad apremia, uno busca dinero hasta debajo de las piedras. En tiempos difíciles, donde todas las noticias que se publican en clave económica tienen un trasfondo negativo, no son precisamente pocos los particulares que se ven entre la espada y la pared y que están atravesando un auténtico problema para seguir afrontando sus pagos recurrentes. Ya saben. Los ERTE, los ERE y demás parafernalia han modificado la realidad financiera de muchos particulares con importantes consecuencias y algunos necesitan encontrar soluciones si no quieren alcanzar un punto irreversible.

Llegados a un punto donde la situación ya puede ser preocupante, uno realiza un ejercicio de introspección y se mira el ombligo para ver de dónde puede rascar algo de dinero. En esta búsqueda interna algunos han reparado en esa vivienda o finca que hace no mucho heredaron junto a otras personas y que ante la falta de un acuerdo entre los herederos sobre qué hacer con ella está parada y no está produciendo ninguna rentabilidad económica para sus propietarios.

Lo cierto es que no son muchas las personas que saben que pueden vender ese derecho compartido que tienen sobre la propiedad de ese bien inmueble. A este derecho se le denomina en el argot jurídico ‘proindiviso’ y dado que no hay una persona que aglutine la plena propiedad sobre esa vivienda, cada copropietario tendrá un porcentaje y compartirán la propiedad.

Se puede comercializar con el proindiviso

Hasta aquí no parece haber mayor problema. Imaginen que hace unos años falleció un hombre viudo con tres hijos y les dejó como herencia exclusivamente una vivienda cuyo valor es de 100.000 euros. Cada uno de los tres hijos tendrá una parte indivisa (derecho sobre un tercio del total de la propiedad) con el que, atención, podrán comercializar. He aquí ya una vía de ingreso. 

“Ha aumentado mucho el número de personas que cada día se interesan por rentabilizar su parte de alguna propiedad”, comenta Ezequiel Santana, especialista de Solución Directa en la compraventa de proindivisos. Él asegura que muchos “llevan tiempo sin poder llegar a acuerdos con el resto de comuneros y ahora ante esta situación excepcional de falta de liquidez, deciden vender su parte para hacer frente a su situación actual”.

Esta compraventa, explica el propio Ezequiel Santana, “funciona como una compraventa normal de cualquier propiedad, si la documentación de ese proindiviso está correcta, se estipula un precio de venta y se formaliza en una notaría”. 

¿Quién va a querer comprar una parte de una propiedad?

Aunque pueda resultar sorprendente, ya que solamente se adquiere una parte de una propiedad, el especialista afirma que “es una inversión rentable porque el precio de compra de la parte indivisa que se compra no suele superar el 40% del precio que esa parte tendría en el mercado en caso de que esa vivienda se vendiera entera”. 

Es decir, que en el hipotético caso de que una vivienda de tres copropietarios valiera 100.000 euros, se da por hecho que cada parte valdría 33.333 euros si se vendiera en su totalidad. Sin embargo, al adquirir sólo un proindiviso se podría comprar ese tercio de la vivienda por una cantidad cercana a los 13.000 euros. 

De esta manera ambas partes podrían ver satisfechas sus necesidades. Una de las partes al fin obtendría un rédito de una propiedad sobre la cual no existía un consenso y estaba parada y la otra parte obtendría una parte de una propiedad por un precio notablemente inferior al del mercado, teniendo generalmente por objetivo buscar una venta futura por un precio superior.

La necesidad de liquidez empuja a algunos particulares a vender su derecho de propiedad...