jueves. 28.03.2024

Manuela Leal es todo un ejemplo de cómo las mujeres no solo rompen techos de cristal, sino que además pueden surcar sus “mares”, al convertirse en pionera responsable de la Cofradía de Pescadores de Conil (Cádiz).

“A todas las que me preguntan les digo siempre que si les gusta la mar y la pesca ¿por qué no dedicarse a ello? Lo único importante es que a una le guste este trabajo, estar a gusto haciéndolo”, cuenta.

La Cofradía de Pescadores de Conil es una entidad con más de cien años de historia y a la que pertenecen unos sesenta barcos, la mayoría de pesca artesanal. Manuela Leal es la patrona de uno de ellos, el “Rosario”, y la única mujer de la localidad que se embarca.

Una navegante entre cientos de administrativas

“Mujeres que vayan a la mar en este puerto sólo yo. Hay muchas trabajando en el sector, pero sobre todo en el aspecto administrativo, haciendo el papeleo de los barcos”, dice, en una entrevista con Efe.

A sus 39 años, para ella, romper las estadísticas, ha sido un proceso natural.

“La primera vez que fui a pescar tendría siete u ocho años. Fui con mi padre. Yo estaba en el colegio, y estaba deseando que llegaran los sábados para embarcarme en su barco e irme a pescar“, dice.

Con 14 años, Manuela Leal ya se pasaba los veranos pescando con su padre. “No me contrataba porque no tenía la edad pero iba muchos días. Después cuando cumplí 18 años ya era una más en la tripulación”.

En un medio de hombres, dice que nunca se sintió mal. “Era un barco familiar. Además de mi padre, trabajaban mis tíos, mis primos o amigos cercanos de la familia”.
Estudió la ESO y un módulo de acuicultura, tras lo que estuvo unos seis años trabajando en una piscifactoría.

Lo dejó para volver a formar parte de la tripulación del barco de su padre. Cuando éste se jubiló, le pasó a su hija el cargo de patrona del “Rosario”.

“La cara visible” de entre “quince hombres en la junta directiva”

Las jornadas empiezan para ella habitualmente a las 1:30 o 2:00 de la madrugada. Sobre esa hora se hace a la mar con sus tres marineros. Lo suyo es la pesca artesanal de palangre de especies como el bocinegro, la hurta o la dorada.

Si no hay ningún imprevisto, pasa en el mar unas doce horas y regresa a puerto sobre las 14:00 horas, para vender sus capturas en la lonja.

“Te acostumbras, yo duermo cuatro horitas y ya voy embalá”, explica Manuela.

“De los 365 días del año, la flota de Conil salimos entre 120 y 150 días, así que hay muchos días libres para descansar, aunque son libres porque hay mal tiempo y no podemos faenar. Cuando nos cansamos más son las semanas que salimos todos los días, sobre todo los meses de verano que hay mejor tiempo y vamos más a faenar”, explica.

La dureza del trabajo no la desanima: “Yo mientras pueda, voy a seguir. A mi me gusta todo de este trabajo, si no me gustara posiblemente estaría haciendo cualquier otra cosa”, asegura.

Las mujeres que trabajan en la oficina de la Cofradía llevaban tiempo animándola para que se presentara al puesto de patrona. “Me convencieron”, bromea. Y así llegó en noviembre de 2019 a un cargo en el que es “la cara visible” de una organización que tiene “quince hombres en la junta directiva”.

Ni discriminación ni faltas de respeto

“La verdad que no tuve ninguna oposición para presentarme ni problemas para hacer mi lista”, subraya.

En sus más de 30 años en la mar, desde niña hasta ahora, como patrona de un barco y de la Cofradía, nunca ha sentido discriminación: “yo, por ser mujer, no lo he tenido tan complicado como otras en otros sectores”, opina.

“La verdad es que siempre me he sentido bien. Llevo toda la vida, me conocen de toda la vida y nunca he tenido problemas, ninguno me ha faltado el respeto nunca“, apunta esta marinera que desearía que esta fuera la situación en la que todas las mujeres se desenvolvieran en sus vidas y en sus trabajos en el mundo.

Como pescadora y como patrona de la Cofradía, tiene como uno de sus retos preservar el mar y sus caladeros para el futuro, y por ello apuesta por creación de una Reserva Marina de Interés Pesquero en la zona, un proyecto que ha lanzado a consulta pública la Secretaria General de Pesca del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación.

Mujeres que se hacen a la mar y rompen estadísticas y techos de cristal