El anuncio de la “dación en pago” fue presentada por De Guindos como una dádiva, fruto de los favores y la caridad del nuevo Ejecutivo de Rajoy
El anuncio de la “dación en pago” voluntaria por parte de los bancos para quienes se hallen en situación de pobreza – en el caso de la primera vivienda impagada- fue presentada por el ministro De Guindos como una dádiva, fruto de los favores y la caridad del nuevo ejecutivo comandado por Mariano Rajoy.
Otra asunto es la realidad, la sociedad y las falsas expectativas que se hacen miles de familias angustiadas desde el estallido de la burbuja inmobiliaria tras el anuncio del ministro de Economía. AESCO recibe diariamente a un gran número de afectados que temen no tener a donde ir cuando les llegue la temida orden.
Por todo ello, al igual que el gobierno toma las riendas para ejecutar la “reforma laboral”, resulta imprescindible que tome medidas con el objetivo de gestionar este conflicto social y económico de no desdeñable magnitud. Las propuestas para ello no son nuevas. AESCO las hizo hace más de tres años a todos los partidos políticos y bancos cuando miles de familias se comenzaron a acercar a nuestros servicios jurídicos relatando sus dramas.
Desde entonces la ONG ha logrado miles de daciones en pago y otras soluciones negociadas. En 2008 algunos creían que el sobreendeudamiento y la quiebra familiar sólo afectaban a los inmigrantes porque “la crisis no existía”.
Siempre sostuvimos que se trataba de un problema de la estructura social y económica del país generado por la “burbuja inmobiliaria”, la especulación y poca regulación del sistema financiero. Proponer ahora un “código ético y de buenas prácticas a los bancos” es reconocer que no ha habido buenas prácticas, ni transparencia, ni ética en la gestión del bien público y el derecho constitucional que supone garantizar la vivienda de las familias.
Son consejos lo que De Guindos da la banca. A la voluntad de la misma queda aceptarlos o rechazarlos. No resuelven el problema de quienes están en riesgo de quedar muertos civilmente con estas deudas impagables para toda su vida. Dichas sugerencias esconden la posibilidad que el riesgo de todas estas quiebras sea asumido por los españoles. Las ganancias del sistema financiero se privatizan y las pérdidas se socializan como resulta tan habitual. Una dación en pago aceptada implica bonificaciones y descuentos en impuestos para la banca, utilizar más fondos públicos para los riesgos de las entidades financieras, a los que su irresponsabilidad y voracidad del pasado reciente les hace perder su razón de ser.
Hoy dos de cada 10 españoles se sitúan bajo el umbral de la pobreza. El 22 por ciento de la población española según denuncia Sebastián Mora, secretario general de Cáritas. Se camina a pasos agigantados hacia una sociedad dual con final de los derechos y los servicios propios del Estado de bienestar.
Los Tribunales de Justicia han cifrado en 150.000 el número de desahucios desde hace dos años, hay 80.000 desahucios en proceso. Por eso decimos alto y claro que la dación en pago debe ser una medida de gobierno, y la deben llevar a cabo sin compensación alguna a la banca. No debe costar a los ciudadanos, y hay que avanzar en la regulación del sistema hipotecario. Todo lo demás es puro titular de noticia y embustes.