viernes. 29.03.2024
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Fundación Pablo Iglesias.

Desde el pasado día 3 de noviembre, organizada por la Fundación Pablo Iglesias y subvencionada por el Ministerio de Defensa, se acoge en el “Archivo Movimiento Obrero” de Alcalá de Henares (Madrid), una exposición que lleva el título “LOS LEALES, 30 militares de la República”.

Aunque parezca una obviedad, se deben recordar como” Leales” a aquellos militares que en Julio de 1936 permanecieron fieles a su promesa de lealtad a la República y a su Gobierno, no participando en la sublevación, o bien “pasándose” a las filas republicanas durante la contienda. Consideraremos como “No Leales” o directamente “Rebeldes o sublevados” a aquellos miembros de las Fuerzas Armadas que se sumaron a la sublevación contra el Estado español, o bien se pasaron al bando rebelde durante el transcurso de la guerra. Huyamos de las tan recurridas como inaceptables equidistancias a la hora de hablar de los Ejércitos y la Armada leales y sublevados, una equidistancia que llevamos soportando desde el fin de la dictadura.

Cuenta la exposición citada con la colaboración, o al menos eso se dice en el díptico de propaganda, del Ministerio de Cultura, el de Defensa, Centros Documentales y varios Archivos. Como comisario de la exposición está Gutmaro Gómez Bravo, titular del departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid, director del Grupo de Investigación de la Guerra Civil y el Franquismo y autor de varios e interesantes libros.

Las 30 reseñas no llegan ni al 4% del total de jefes y oficiales destacados del Ejército de Tierra, Aire y Armada que mantuvieron su juramento de fidelidad a la República

Ignoramos los motivos que habrán llevado a Gómez Bravo a reducir a 30 el número de militares significados que permanecieron leales al Gobierno de la República desde el inicio de la sublevación militar del 36, origen de la mal llamada Guerra Civil Española. En cualquier caso, las 30 reseñas no llegan ni al 4% del total de jefes y oficiales destacados del Ejército de Tierra, Aire y Armada que mantuvieron su juramento de fidelidad a la República Española.

El propio Ministerio de Defensa editó en el año 2015 el libro “Hombres de Armas de la República”, del comandante Juan Barba Lagomazzini, el prólogo corre a cargo del General de brigada del Ejército de Tierra José Luis Goberna Caride. El libro, a lo largo de su más de 700 páginas, recoge las biografías resumidas de cerca de 900 jefes y oficiales de distintas armas que combatieron de forma significada en defensa de la libertad desde 1936 hasta 1939, algunos de ellos lo siguieron haciendo luchando contra nazis y fascistas durante la IIGM. Por supuesto, y por motivos perfectamente comprensibles e inevitables muchos otros no figuran en el libro de Juan Barba.

Si importantes son las ausencias, no lo es menos, en sentido negativo, incluir en el listado de leales al Coronel Segismundo Casado instigador y protagonista del golpe de estado contra el Gobierno de Juan Negrín en marzo de 1939, en aras de una paz negociada con Francisco Franco. Además de no obtener nada de Franco, las maniobras de Casado propiciaron la división en el Ejército y la sublevación de la Base Naval de Cartagena, mientras Franco se frotaba las manos. Finalmente, Casado marchó a Francia, país en donde permaneció hasta 1961, año en el que regresa a España, siendo sometido a Consejo de Guerra y absuelto por los franquistas.

Saludamos la intención de los organizadores de la exposición, pero su incomprensible simplicidad en nada ayuda a desterrar la idea, extendida en el seno de nuestra sociedad, de que todos los militares apoyaron la sublevación de 1936. No, no fue así, un elevadísimo porcentaje de militares de carrera mantuvieron su promesa de lealtad a la República, aún a costa de sus vidas, o de largos años de cárcel, o de un interminable exilio, cumplieron con su deber, tal y como voluntariamente prometieron todos los Generales en situación de actividad o reserva y todos los Jefes, Oficiales y asimilados que no estaban retirados o separados del servicio, según lo establecido en el Decreto 113 del 24 de abril de 1931:

"Prometo por mi honor servir bien y fielmente a la República, obedecer sus leyes y defenderla con las armas", texto que en lo referente a la Armada quedó así: “Prometo ser fiel a la Nación, leal al Gobierno de la República y obedecer y respetar y no abandonar a los que me manden”.

Reducir el número de leales dignos de mención a tan solo 30 poco ayuda, más bien perjudica, obstaculiza la necesidad de que la verdad se imponga. Esperamos que más pronto que tarde tanto todos los “Leales” como los “Rebeldes”, junto con el detalle verídico y objetivo de su comportamiento, figuren en los libros de Historia de España que circulen por los Institutos y Universidades, y desde ya en las Academias Militares, como ejemplo de lealtad de unos y de deshonor y traición de otros.

Deploramos también que se haya perdido la ocasión para manifestar con rotundidad, desde el Ministerio de Defensa, que el rechazo del franquismo por los miembros de las fuerzas armadas en modo alguno cuestiona la debida neutralidad política de los militares y que la utilización espuria de este argumento para acallar a sus críticos coloca a un régimen nacido de la deslealtad de una parte de sus mandos como una opción política válida.

Terminar aclarando que el díptico de presentación de la exposición presenta un error muy difícil de justificar. Se incluye la imagen de un barco de guerra, el pie de foto nos indica que es el acorazado “España”, cuando en realidad se trata del crucero leal “Libertad”, buque insignia de la Flota Republicana. El acorazado “España”, en dique seco en Ferrol, cayó en los primeros momentos en manos de los golpistas, pese a la resistencia de la tripulación frente a dos regimientos sublevados, uno de Artillería y otro de Infantería de Marina.

Asociación por la Memoria Militar Democrática


El Oficial 2º Naval Ramón Prados Pita y el crucero ‘Méndez Núñez’


Ciencia y Milicia olvidadas. General Emilio Herrera Linares


Ristori, un héroe de la República


Miguel Buiza Fernández-Palacios, jefe de la flota republicana


Diego Baeza Soto, jefe del Regimiento Naval Nº1 de Cartagena, un militar demócrata y leal


Daniel Pazó Vila: un republicano nunca vencido


Marinos leales: Teniente de Navío Luis Sánchez Pinzón


Castro Izaguirre, un marino leal a la República

La memoria y la ley del mínimo esfuerzo