El viernes día 30 de enero se celebrará en el Colegio Público León Felipe de Arganda del Rey (Madrid) un homenaje a quien fue uno de sus maestros: José Ignacio Delgado Gutiérrez, fallecido el pasado noviembre a los sesenta y dos años.
“Entiendo que en la derecha haya corrupción, pero que participen en ello compañeros de los sindicatos o de los partidos de izquierda, no lo comprendo, algo tiene que estar equivocado”
José Ignacio fue un maestro en su profesión, en su vida como ciudadano y en su compromiso político y sindical.
Como profesional, sus compañeros y sus alumnos siempre tuvieron en él el impulso a la innovación pedagógica, a la utilización precoz de las nuevas tecnologías aplicadas a la enseñanza y, ante todo, a la cercanía a los niños y a sus familias. Sentía profundamente su oficio, que desempeñaba sin límites en su dedicación, dejando una huella perenne en los colegios de Estremera y Arganda en los que desempeñó su trabajo como profesor.
Su rechazo natural a la injusticia, aprendida en su Villablino natal y en su familia minera, le llevó al compromiso con la transformación de la sociedad capitalista. Participó activamente en las huelgas de maestros de los años setenta, contribuyendo de manera decisiva a estructurar la entonces Coordinadora de Maestros en la zona Sureste de Madrid, que logró el primer gran salto adelante en la dignificación del Magisterio y en la creación del modelo de Escuela Pública, democrática, gratuita y de calidad que logramos y que hoy se encuentra amenazado. Pasó a formar parte del sindicato STEM, que surgió de aquella coordinadora y posteriormente de CCOO, sindicato en el que militó hasta el final de su vida, participando en todas las movilizaciones hasta su jubilación.
En política fue una de esas personas que tanto se echan hoy en falta en los partidos políticos de izquierda, carcomidos por los intereses personalistas. José Ignacio era tolerante y dialogante con las personas que no pensaban como él. Para todos, aún de ideología totalmente opuesta a la suya, tenía una sonrisa, una frase agradable o una anécdota propia de su Laciana del alma.
Tan solo fue intransigente en su vida con una cosa: la corrupción. No le entraba en la cabeza que personas que en su día tuvieron ideas revolucionarias, hoy aparezcan como sospechosas de actuaciones irregulares o directamente corruptas. Hasta sus últimos días decía a quienes le visitábamos: “entiendo que en la derecha haya corrupción, pero que participen en ello compañeros de los sindicatos o de los partidos de izquierda, no lo comprendo, algo tiene que estar equivocado”.
Desempeñó el cargo de concejal elegido en las listas del PCE e IU en Arganda del Rey durante dos legislaturas de gobierno de la izquierda, en las áreas de cultura, juventud y recursos humanos, aplicando sus ideas y su forma de ser a la política. También fue Coordinador de IU de Arganda durante un tiempo, dejando el cargo amargado por las peleas internas que siempre caracterizaron a esa organización. Tampoco le cabía en la cabeza la manía que tiene la izquierda de auto-destrozarse abriendo así el camino a la derecha que, en este caso, aprovechó para hacerse con un ayuntamiento que él contribuyó a convertir en un modelo de gestión progresista durante veinte años.
Nunca dejó de ser un hombre leal con sus ideas y con su clase, a la que pertenecía con orgullo: la clase obrera.
José Ignacio Delgado, fue de esos hombres que son imprescindibles para avanzar hacia otro modelo de sociedad más libre, más igualitaria y más justa.
Sus camaradas y amigos seguiremos aprendiendo de él siempre.
