jueves. 28.03.2024
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Ayer tuve una experiencia muy enriquecedora, cuando participé como conferenciante en el Instituto de Mediación de la Delegación de Casilda en Argentina. El tema era “¿Cómo mediar entre enemigos íntimos?” y como consecuencia de dicho encuentro, me surgió el tema del post de hoy.

Siempre nuestros clientes acuden a nosotros, poniendo en nuestro conocimiento, las maldades o desigualdades del otro, mostrando el carácter que tiene, o cómo manipula muchas veces versiones o intentos de acuerdo del problema que les separa. Por eso quise compartir con los compañeros abogados y mediadores, lo que supone muchas veces “dormir con tu enemigo íntimo”.

De ahí me surgió rápidamente, pensar en el camino que recorremos cuando empezamos un proceso de mediación, como si fueran “campos minados” con minas que son los responsables de muchos de los desencuentros o más aún, de la imposibilidad de llegar a ningún acuerdo.. Incluso, las minas, como acurren con las reales en plena guerra civil o entre países cuando se usaron, tiene décadas de instalación, son muy profundas en su interior, dolorosas y son tan peligrosas como cuando se “colocaron” por primera vez; Si las primeras, las prohibidas, las de la guerra, son capaces de explotar a causa de la más mínima presión, estas segundas, la de los sentimientos, las relaciones, los conflictos humanos, explotan como no sepamos conducir bien un proceso de mediación a través de la pregunta.

Una mala pregunta, puede ser el detonante que haga que “explote la mina”

Por eso quiero, imaginando las decenas de minas que muchas veces se pusieron en la relación de quienes vienen a una mediación, darte unas pautas que a mi me sirvieron para salvar y evitar “un campo minado”.

Desminando podemos ayudar a esta comunidad, a esta familia o a esta empresa, a encontrar la paz y con la paz vienen las oportunidades

1.- La primera vía a seguir es tener claro y averiguar bien la situación que produjo el conflicto:   

Para ello busca y encuentra en la primera sesión, “señales” que indiquen que hay minas cerca, que hay un problema que pudiera ser insalvable. La mayoría de las diferencias están ocultas; Si las encuentras, sabrás como evitarlas. Muchas de ellas están con lo que llamamos “Alambres de trampa” que son esos que ponen las partes porque no quieren que se traspase la frontera, como si fuera la valla o la división de fincas. No son tan visibles aunque lo creas, así que tendrás que acercarte para ver el problema de cerca.  

Quiero recordarte, que al igual que en la “guerra”, vehículos abandonados o dañados, son indicativos de que podrían haber detonado una mina, para nosotros, haber intentado ya un proceso de mediación o venir nuestros clientes “rebotados” de un proceso judicial, puede ser señal de que hubo “minas” que impidieron que en otras vías se hubiera resuelto el problema que les separa.

Debes detenerte de inmediato en el momento en que te des cuenta que te encuentras en peligro, que pueda hacer que pierdas la imparcialidad, objetividad o neutralidad y sobre todo la violencia. No des ningún otro paso. Tomate un tiempo para evaluar la situación y piensa un plan de escape.  

2.- Sigue tus huellas que ya creaste para salir del proceso

Sigue andando en el proceso sobre lo ya construido y para ello, para que una mina no vaya a detonar delante de ti, recuerda que el proceso es voluntario para ellos y para ti y te pueden perfectamente estar “utilizando”, mantén la calma y aléjate del peligro  

También sería bueno, si no te sientes cómodo, pide ayuda o haz que alguien que haga de observador del proceso o se inicie el camino por otro mediador. No siempre somos capaces de desactivar “cualquier Mina” de “cualquier tema”

No trates de abandonar un proceso simplemente, no haces bien a tu imagen, ni a la profesión. Son muchos los expedientes que archivamos una vez hemos tenido reuniones con las partes, porque decimos que determinadas “minas” nos imposibilita avanzar. Explícalo da tu versión y como decimos, vuelve sobre “tus huellas”. Quizás no lo compartan… pero si lo comprenderán.  

3.- Por último, te invito querido mediador a evitar campos minados

Aprende acerca de las “minas”. Aquellas partes de un conflicto que muchas veces según a lo que te dediques, son “artefactos explosivos sin estallar”. Considero que todos hemos sido conscientes de el exquisito entrenamiento que necesitamos en tantos, curso, jornadas, seminarios, conferencias. En todos ellos se habla desde la experiencia, de los posibles detonantes que hacen que una negociación quede en punto muerto, o lo que es peor, que explote y haya sido peor “el remedio que la enfermedad” como se dice popularmente. 

Por eso querido amigo, aprendamos de los errores, en cada viaje, cada mediación, cada cliente. Desgraciadamente en Vietnam, Camboya y Laos, aún hay millones de minas y bombas fallidas por explotar, y en nuestro mundo, aun hay divorcios, situaciones de malos tratos veladas, difíciles de ver a simple vista, acoso laboral encubiertos, heridas abiertas, que quedaron sin estallar tras el conflicto bélico de las partes.

Los campos minados no siempre están señalizados, no siempre son previsibles y por mucha experiencia que tengas, una mala gestión puedes hacerla explotar. De ahí que te recomiende que aunque la mediación tenga como principal característica la flexibilidad, no te alejes “de los caminos establecidos. El proceso está perfectamente estructurado, el peligro podría estar al acecho justo fuera del camino.

«Desminando podemos ayudar a esta comunidad, a esta familia o a esta empresa, a encontrar la paz y con la paz vienen las oportunidades»

Mediar por un “campo de minas”