Hace unos pocos meses un movimiento social de los barrios de Madrid convocó la enésima manifestación en defensa de la sanidad pública en dicha ciudad y por el derecho a la salud que la Covid19 está masacrando ante los cierres de la atención primaria, las colas y los colapsos, de esta forma gráfica y con este afortunado lema. Expresaban lo que está ocurriendo en el reino de España con más virulencia en unos territorios que en otros, “Nos están matando”.
Nos están matando porqué la ley de Sanidad 15/97 (aprobada por el Gobierno Aznar) permitió las privatizaciones, legalizó la expropiación de la sanidad pública en beneficio de la privada e instauró una profunda grieta que las Autonomías, todas ellas, han aprovechado para deshacerse de partes del sistema público y favorecer al privado mediante las externalizaciones que están siendo criminales.
Nos están matando porque con la pandemia covid y los cierres en atención primaria, fin de las visitas presenciales y fomento de la auto-asistencia que es un asesinato programado para gente enferma, mayor o débil, muchas personas con otras patologías están siendo desatendidas y falleciendo o sufriendo avances en su enfermedad que les acortará la vida. Mientras unas derechas autoritarias, chulas y clasistas imponen su discurso de libertad -libertad para morir antes- e imponen la destrucción de una dirección central y unida de los criterios sanitarios al objeto de beneficiar a la industria privada de la sanidad y seguros, con la complicidad y/o la cobardía del gobierno del Estado. Lo primero que debe hacer el gobierno es derogar la ley de sanidad y tomar las riendas, auditar los fondos traspasados a las comunidades autónomas e imponer el discurso de lo público y el derecho a la vida que el estado debe salvaguardar.
La pandemia está siendo una gran oportunidad para el capitalismo que es su coartada para pagar menos salarios, tributar menos y privatizar más
Nos están matando porque la gestión privatizada y/o “externalizada” de la pandemia por parte de unas ineficaces autonomías, ha servido para enriquecer a las grandes farmacéuticas occidentales, que hagan negocio con las vacunas, pagándoles costosas investigaciones con fondos públicos, para que ellas obtengan enormes beneficios pero sigan con las patentes e impidan que el continentes enteros tengan muy bajo nivel de vacunación, el covid continúe, mute y se eternice y así la pandemia continua, pero el negocio también.
Nos están matando porque despiden sanitarias y sanitarios, les pagan mal o convierten a farmacias en lo que no son. Encima falsean los datos de contagios y algunas autonomías actúan con total impunidad al objeto de proteger los intereses del poderoso lobby turístico e intereses de grandes empresas del sector.
Nos están matando porque el desmantelamiento de la sanidad pública es una demostración más de la lucha de clases, de las clases poseedoras y burguesas, las grandes multinacionales y bancos privados contra los derechos de las clases trabajadoras y populares al objeto de convertir la salud en un negocio privado. Nos están matando porque criminales deciden por nosotras y nosotros y unos por acción u otros por omisión destruyen lo social y de paso amedrantan y atemorizan a grandes sectores de las clases trabajadoras al objeto de pagarnos peor y destruir los avances sociales logrados durante lustros por el movimiento obrero.
Es mentira que todos y todas tengamos los mismos intereses y defendamos la salud de las personas. El deber de cualquier socialista es defender e incrementar lo público y cambiar las leyes para defender los derechos de la clase trabajadora e incrementar y mejorar sus condiciones de vida, no retroceder ante las agresiones y bellaquería de las extremas derechas y los capitalistas.
La pandemia está siendo una gran oportunidad para el capitalismo que ve como recibe ingentes subvenciones de los estados al objeto de mejorar sus beneficios, al tiempo que es su coartada para pagar menos salarios, tributar menos y privatizar más. Todo ello mientras los estados se endeudan y mueren cientos y cientos de miles de personas.