jueves. 28.03.2024
ALASKA-NUEVA YORK, EN MOTO

"Por la calle ves situaciones heladoras. Hay gente que está pasando mucho frío"

Alaska-Nueva York en moto, en pleno invierno. 9.000 kilómetros con temperaturas que pueden descender hasta los 50 grados bajo cero, con muy pocas horas diarias de luz. Fernando García 'Búfalo' inicia una apasionante aventura que ha querido compartir con los lectores de nuevatribuna.es. Fernando Olmeda.

Fotos: Fernando Olmeda y el 'Búfalo'.

@FernandoOlmeda | Me encuentro con Fernando García en casa del actor Antonio Velázquez, que le ha regalado uno de sus amuletos favoritos (un colmillo de tiburón) para que le dé suerte en su aventura. Lleva una camiseta negra con unos pulmones serigrafiados. “No son pulmones, son los c... que los tengo de corbata”, explica al comenzar la entrevista. Su apodo data de la época en que llevaba el pelo largo, al estilo de Buffalo Bill. En la distancia corta, Búfalo conquista con su idiosincrasia gaditana, pero pasado un rato de conversación ha regalado unas cuantas verdades como puños. El relato de sus viajes es crudo, real, porque vive la aventura al límite. Una mezcla de lucidez e idealismo que le convierte en una persona especial. 

¿Qué es más aventura: recorrer Alaska en moto, o levantarse cada mañana para buscarse la vida?

Sin duda es más grande la aventura diaria de una madre con tres hijos y su marido en paro. Lo que voy a hacer yo es porque quiero, pero llenar una olla es magia.

¿Hace más frío en Alaska, o en esta sociedad que nos toca vivir?

Allí estaré a 50 bajo cero, pero creo que hace más frío aquí. Por la calle ves muchas caras y situaciones que son heladoras. Lo de allí es frío de termómetro, lo de aquí es emocional. La gente está pasando mucho frío.

«Lo que yo hago es porque quiero, pero llenar una olla es magia»

¿Mejor solo en mitad de la nada, o mal acompañado en cualquier lugar de España?

Es importante saber estar solo. Te hablas mucho, te conoces más. Las ciudades tienen muchos alicientes, y no piensas en ti. Ya he estado solo varias veces -he dado la vuelta al mundo y he hecho dos veces la Panamericana de punta a punta-, y terminas conociéndote. Y diciendo: Fernando, estás como una cabra.

¿Y cómo es esa soledad?

Adictiva. En Kazajistán, en Alaska, en otros muchos lugares, escuchas el silencio. Es brutal. Hablas contigo mismo continuamente. Aquellos paisajes te dicen a veces más que Internet. Cuando hice la vuelta al mundo me hablaba todo el rato, fue extraño. Pero cuando vuelves, la experiencia te vale.

¿Quién es Búfalo?

Un personaje. Cualquier persona que intente demostrar que cuando se quiere algo, se ha de luchar por conseguirlo. Búfalo no es un superhéroe, un superfenómeno, alguien con muchos medios. Es alguien que ha conseguido aquello que ha intentado. Y espero que mi experiencia inspire el día a día de la gente. Hay que intentar las cosas, no echar la culpa a terceros si no salen. Cuando salí de Cádiz para dar la vuelta al mundo, algunas personas me dijeron: “Tú, con esa moto, no pasas de los Pirineos”. Me preguntaron por la cartografía que llevaba. Y dije: “¿Eso qué es? Ya llegaré”. Y llegué.

¿Cómo han sido los últimos días?

Por un lado, tengo los lógicos nervios. Por otro, estoy tranquilo, a fin de cuentas es llegar y organizarte allí. Vuelo a Anchorage, donde está la moto, la misma con la que hice la Panamericana dos veces.

Pero han sido días muy difíciles desde el punto de vista personal por razones que has ido explicando en tu perfil de Facebook... ¿Has pensado en renunciar?

No. 

El mayor problema es...

Ir sin coche de apoyo, por razones económicas. Ese ha sido el principal hándicap. Voy con medios mínimos. Si te caes, nadie va a recogerte. Y no es solo que te caigas, sino dónde te caigas. Y la moto, que no le ocurra nada. Si hay una avería y se para en medio de la nada... tienda, saco, y a esperar que alguien pase. De todas formas, no va a ocurrir nada. No llevo ni un kit para pinchazos. Si lo llevas, terminas pinchando.

¿Preparación física especial?

Nada especial, he estado en Suecia hace unos días y allí he salido a correr para coger fondo. Lógicamente, mi “zona de confort” es mayor que la de cualquier otra persona porque ya he estado en Alaska y sé cómo es aquello. Sé la capacidad de sufrimiento que tengo y hasta dónde puedo llegar. Así que hay que ir con paciencia, los pies abajo, no puedes correr. Es más mental que otra cosa.

El miedo es...

Un estado que te paraliza. Intento no tenerlo. Respeto, siempre, porque te hace pensar si vas bien o no vas bien. También es verdad que no tengo miedo, porque paso del respeto al pánico, es decir, cuando la he cagado y tengo que pensar cómo salgo de aquella. Si tuviera miedo no saldría. El miedo es un ancla, una bola en el pie.

«El miedo te paraliza. Es una bola en el pie. Respeto, siempre, porque te hace pensar si vas bien o no»

Para protegerte de los 50 bajo cero...

Ropa de abrigo prestada por amigos y un traje enchufado a la moto que genera calor.

¿Moto?

Una Kawasaki KLE, con la que crucé América de norte a sur, y al revés. De hecho, el viaje tiene un cierto carácter romántico, porque la idea es recuperarla. Está en una caseta de un amigo. Pero hay un museo en Alabama que quiere comprarla. Me lo estoy pensando.

¿Combustible?

Cuando llegue a una gasolinera preguntaré cuál es la siguiente, a qué distancia está y si está abierta en esta época. Pura improvisación.

¿Alimentación?

Seguro que en Alaska habrá comida congelada ¿no?

¿Mapa?

No tiene pérdida. Todo seguido.

¿Ni siquiera un GPS?

Sí, un GPS sí. De hecho se podrá seguir la ruta y ver en el blog del viaje dónde estoy en cada momento. Si me veis dos días parado en el mismo sitio... ¡llamad a alguien!

¿Patrocinios?

Este viaje lo hago gracias a empresarios y amigos con cuya ayuda he pagado el vuelo. Es más importante el apoyo anímico. Siempre digo a quienes me apoyan: “Sois mi gasolina”. No hay felicidad si no es compartida. Con patrocinadores no me siento totalmente libre. Siempre son bienvenidos, desde luego, pero yo vendo -o regalo, más bien- ilusión, no motos ni ruedas.

¿Dinero?

Me va a tocar hacer algún trabajillo sobre la marcha para poder llegar hasta el final.

¿Alguna dedicatoria especial?

Es verdad que, como he comentado en las redes sociales, una persona de mi familia está enferma, y me acordaré de las personas que ya no están con nosotros a causa del cáncer. Pero no es el pretexto del viaje. Iba a hacerlo igualmente. El motor del viaje es la ilusión de tratar de hacer las cosas que uno desea en la vida.

¿En cuánto tiempo harás el trayecto Alaska-Nueva York?

Unos tres meses. Cuando regrese, lo celebraremos con una cervecita... pero calentita.

¿Tu vida es la moto?

Mi vida son mis dos hijos y el surf. Sí, el surf más que la moto. Hacen que me sienta vivo.

 

"Por la calle ves situaciones heladoras. Hay gente que está pasando mucho frío"