viernes. 19.04.2024
TRIBUNA DE OPINIÓN

La 'Marea de residencias' querellándose, una fiscal general comiendo con Inda y nosotros mirando hacia otro lado

Más de 200 querellas admitidas a trámite, más de 7.200 “fallecidos” y un año después de que comenzara el geronticidio en la capital, la fiscalía todavía no actúa de facto
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Foto: '65 y más'

Lo de este país es dantesco, la misma semana que Aurora contaba frente a la residencia en donde, su madre perdió la vida al negársele una asistencia médica mediante un protocolo de obligado cumplimiento emitido por la Comunidad de Madrid, presidida por una auténtica incompetente Isabel Díaz Ayuso, la Fiscal General del Estado, exministra del PSOE y nombrada para ese cargo por el propio Partido Socialista, comía con una de las peores lacras con las que se ha encontrado el periodismo español, Eduardo Inda, artífice necesario para los mayores atentados contra la democracia en lo que a información se refiere.

La primera vez que asistí, en Carabanchel y frente al Centro de atención a personas mayores Usera de Usera, era testigo de cómo la dignidad de Marea de Residencias me representaba, me llamó la atención, una vez más, la falta de empatía de esta sociedad, la desinformación a la que estamos sometidos, el miedo de las trabajadoras a perder su trabajo, la parsimonia de los propios familiares, y un largo etcétera que podría ser incluido en realidad en cualquiera tema de actualidad, que gran parte de medios pasan por alto, o que por desgracia manipulan para sacar redito político a base de mentiras.

Ataviado ya con la mascarilla y la camiseta de Marea de Residencias que me proporcionaba Carmen, veía a vecinos mirando desde la ventana, como si la vida no fuese con ellos, como un grupito de apenas 20 personas esperaba a que la directora de la Residencia de Usera bajase a explicarnos el motivo de que una residente que miraba por la ventana desde su cuarto, encerrada, había perdido 20 kilogramos en apenas un mes, no tuvimos la suerte que nos atendiese, mientras gritábamos que bajase la responsable, ella escapaba por la puerta de atrás. Me pregunté a mí mismo que dónde estaban los familiares de estas personas, y para no ser duro conmigo mismo decidí pensar que no tenían fuerzas para emprender esta lucha, o que no disponían de medios económicos para comenzar procesos judiciales, cuando Gallardón erradicaba la justicia gratuita, sabía lo que hacía perfectamente, a quien se le ocurre pensar que en una democracia plena, la gente con pocos recursos necesita justicia, ¿verdad?, ay ay ay, esa constitución, pactada por los artífices de la transacción, que no transición, en la que su artículo 119 ya nos dejaba ver la que se nos venía encima, “La justicia será gratuita cuando así lo disponga la ley…”

La mayor responsable de lo acontecido tiene nombre y apellidos, Isabel Díaz Ayuso, dio la orden explicita de que las y los residentes de centros geriátricos, no fuesen derivadas a hospitales en medio de la primera ola

No puedo seguir tecleando sin citar a Manuel Rico, el periodista de InfoLibre que ha destapado toda la trama de corrupción, negligencia, mala praxis, y arriesgándome a ser imputado, digámoslo claro, el mayor geronticidio cometido en la historia de nuestro país, por lo que él, y otros pocos en menor medida, no tienen que darse por aludidos por mis líneas.

Pero volvamos al principio, Aurora contaba la semana pasada frente a la Residencia de Mayores de Alcorcón cómo Lucía, su madre, pasó “fallecida” hasta tres días dentro del geriátrico, su cuerpo era recogido por los bomberos, desaparecido durante 17 días, dio con su féretro el día de su incineración, murió asfixiada, sufriendo, tal y como pretendía que muriese el protocolo de la vergüenza redactado por el Partido Popular de la Comunidad de Madrid, ¿doloroso el texto?, morboso y sensacionalista, ¿verdad?, esto es lo que quieren oír los medios, esto es de lo que hablan.

Omitiendo en todo momento la segunda parte de la declaración de Aurora, Telecinco mostraba más tarde lo sufrido por Lola, que sin merecer ser contado, permítanme que no lo haga, no quiero caer en la misma mala praxis que a la vez denuncio, yo contaré lo que la gran mayoría de medios tapa, o que repitiéndome, manipula para sacar tajada electoral dirigida partidos afines.

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La mayor responsable de lo acontecido tiene nombre y apellidos, Isabel Díaz Ayuso, dio la orden explicita de que, mediante un “triage” relacionado con el grado de discapacidad que tuvieran las y los residentes de centros geriátricos, no fuesen derivadas a hospitales en medio de la primera ola, y más cruel, de una pandemia mundial, el mismo día que Aurora perdía a su madre, fallecían en esa misma residencia 70 personas, en la Comunidad de Madrid se cifraban en esas 24 horas, 900 “fallecimientos”, si 900, verán que es la segunda vez que fallecimientos lo entrecomillo, se realmente pongo lo que pienso que fueron, casi con toda seguridad, terminaría en la cárcel.

Más de 200 querellas admitidas a trámite, más de 7.200 “fallecidos” y un año después de que comenzara el geronticidio en la capital, la fiscalía todavía no actúa de facto, cosa que frente a la residencia de Alcorcón yo mismo dije a Noelia Camacho, la periodista enviada por Telecinco a cubrir la noticia, esa parte junto a los señalamientos directos a los verdaderos responsables emitidos por las familiares de los fallecidos, son omitidos tanto por el noticiero como por el artículo escrito para la cadena italiana, luego nos llevamos las manos a la cabeza cuando el vice presidente del Gobierno y Agenda Social 2030, pone al poder mediático a caer de un burro, normal que no quieran ni verle en el atril del Congreso.

Sin quitarle importancia a que Pablo Iglesias ha sufrido en primera persona las conocidas “Cloacas de Estado”, sin ánimo de hacer política de ningún modo aunque se me vea la patita ideológica, no sería justo dejar de nombrar como la misma cadena que omite información de primera mano en Alcorcón, durante meses y bajo la batuta de la plagiadora de libros Ana Rosa Quintana, si utilizaba la mentira y el embuste para hacer política. De la aberración cometida en las residencias madrileñas durante meses, y no para buscar una solución o para informar realmente de lo sucedido, solo era utilizada para señalar al que realmente nunca fue responsable de lo ocurrido. Dicho sea, esto no solo se pudo ver en Telecinco, La1, cadena pública, ha permitido en distintas ocasiones, y sin corregirle en ningún momento, que el senador Javier Maroto, a sabiendas de que las residencias son competencia de las comunidades autónomas, y por ende, de que en lo acontecido en Madrid la responsable era Díaz Ayuso, señalara a Iglesias con total tranquilidad, este es general el periodismo del que gozamos. Esto ha sucedido hasta que la inepta de Ayuso, en una de las “ayusadas” a las que nos tiene acostumbrados reconociese en riguroso directo que ella es quien gestionaba las residencias, afirmación que sus medios afines por supuesto omitían, del mismo modo que están omitiendo a diario, también, las declaraciones que ocultadas por los medios en la Asamblea de Madrid actualmente, en donde todos los implicados, en lo que podría hablar perfectamente de crímenes de Lesa Humanidad, reconocen abiertamente que se abandonó cruelmente a miles de personas en habitaciones, donde se las negaba asistencia médica, donde se las dejaba morir asfixiadas, mientras aquí no pasa nada y nadie habla de ello.

¿Cómo pretenden que confiemos en las instituciones cuando una fiscal general del estado, en lugar de llamar a declarar a Isabel Díaz Ayuso o a Enrique Díaz Escudero, está de comiditas con Inda? Que el PSOE no se pronuncie acerca de la falta de predisposición de la Fiscalía del Estado ante el escándalo de las residencias, tiene su parte de lógica, en una residencia de Tomelloso “fallecieron” 76 personas, José Manuel Sampedro, director de la Residencia de Ancianos Fundación Elder, fue exconcejal del Partido Popular en la localidad toledana, dicha residencia, privada, es regada con dinero público tanto por el ayuntamiento socialista del PSOE, como de la Junta de Castilla-La Mancha, también socialista, están los sociatas como para hablar del asunto, de ahí el también silencio continuado del también socialista y desaparecido en la oposición madrileña, Ángel Gabilondo. El PSOE no deja de ser igual de amigo de la privatización, igual de cómplice en estas aberraciones, igual de responsable, de estar a la altura de las circunstancias, ya estarían dándose golpes en el pecho anunciando un proyecto de ley estatal de residencias. Pero no solo no han llegado al ámbito estatal, es que a nivel municipal ha tenido que ser Paloma García Villa de Podemos Madrid, la que sin éxito presentara en el foro una ley de residencias, y digo sin éxito, ya que el trifachito madrileño no solo tumbaba la ley, sino que se negaron ni a debatirla, los adalides de la patria que los muertos los quieren solo para usarlos para sus campañas, no ven suficientes 7.000 “fallecidos” para sacar una ley que proteja ya no solo a las personas, sino también a ese personal tratado de una manera laboral totalmente indigna que se dedica al cuidado de nuestros mayores, mayores que tienen que ser tratados como personas con derechos consolidados, y no como números con los que fondos buitre ingleses, como DomusVi, mercadean con total impunidad a lo largo y ancho de nuestro país.

Mientras todo esto ocurre, miramos a otro lado, mientras todo esto ocurre, una reducida cantidad de integrantes de la Marea de Residencias, se manifiesta día si y día también frente a la Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid sin el apoyo de sus conciudadanos. A mi entender, no estamos haciendo lo suficiente, no estamos haciendo lo correcto, sin quitar la importancia que tiene, que nuestros impuestos tienen que ir dedicados a que las instituciones actúen en la correspondiente medida, en lugar de dedicarse a comer con periodistas imputados por acoso a menores, condenados por emitir noticias falsas, si pido, desde mi humilde situación de ciudadano, que goza en estos momento de poder dirigirme desde un medio de prensa, a los que de algún modo me conceden su tiempo a leerme, que como sociedad nos impliquemos más, que no solo dediquemos nuestro tiempo en redes sociales a criticar al contrario, y también dediquemos más a apoyar a quien se está dejando le piel, su tiempo, y su dinero, en sacar fuerzas envueltas en una dignidad indescriptible para buscar justicia por el geronticio cometido en lo que tenían que ser centros de atención donde nuestros mayores disfrutaran de la compañía de sus compañeros de fatigas contándose sus batallas vividas durante ocho décadas, y no en los parking lowcost en los que se han convertido.

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