viernes. 19.04.2024

Los particulares asumen la defensa de la aconfesionalidad del Estado español

El Gobierno no tiene prisa en reformar la Ley de Libertad Religiosa porque opina que la aconfesionalidad que consagra la Constitución española está garantizada. Sin embargo, esa garantía no debe estar tan clara cuando particulares recurren a la Justicia para denunciar lo que consideran una vulneración de este principio. Y todo con cargo a su presupuesto.
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NUEVATRIBUNA.ES - 10.11.2010

“En España se cumple el principio de aconfesionalidad y no hay discriminación por motivos religiosos”, ha dicho José Luis Rodríguez Zapatero este miércoles en el Congreso de los Diputados. Una afirmación que seguramente no comparten los padres que por iniciativa propia y costeándolo de su bolsillo han llevado a los tribunales casos como el del colegio público de Almendralejo (Badajoz), en el que las aulas exhiben crucifijos y otros emblemas católicos.
“Mucho desgaste personal y económico” es lo que lamenta Lorenzo Losada, quien sin embargo ha conseguido que le den la razón después de cinco años de quejas formales y dos de demandas administrativas para conseguir que desapareciesen crucifijos y estampas de Vírgenes y que no se programaran actos litúrgicos fuera de las instalaciones del colegio pero dentro del horario lectivo. Lo han logrado.

La Consejería de Educación ha ordenado al colegio Ortega y Gasset retirar todo tipo de simbología religiosa de las aulas del colegio, así como de las zonas comunes del centro. Lo ha hecho cuando estaba a punto de decidir sobre la cuestión el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, a donde habían llegado Lorenzo y su mujer, Ana, tras un proceso tortuoso. “La Junta, viendo que iba a perder el asunto porque iba claramente contra la legalidad, ha decidido actuar, lo que no ha hecho antes”, aclara Lorenzo. Según cuenta elcorreo.com, a sus 52 años, militante socialista desde los 16 y ex concejal, Lorenzo Losada se muestra especialmente crítico por la actuación de Educación.

En 2008, el matrimonio puso en conocimiento de la dirección del centro Ortega y Gasset que la presencia de simbología religiosa en un colegio público contraviene el espíritu aconfesional del Estado recogido en la Constitución. Pidieron al Consejo Escolar que 'se mojara' ante su demanda, pero no lo hizo. La pelota pasó después al tejado de la dirección provincial de Educación, pero tampoco hubo noticias. “Todo el mundo miraba para otro lado: la dirección del colegio lo llevaba al consejo escolar, el consejo a la dirección provincial de Educación, que lo devolvía otra vez al colegio. No había forma de que alguien tomara una decisión”, señala este padre. “Hemos sido siempre prudentes, comedidos y discretos, pero no nos ha quedado más remedio que llegar a la vía judicial”.

El pasado 10 de junio, cansado de esperar, puso un recurso ante el juzgado de lo Contencioso-Administrativo. “La letrada de la Junta nos intentó paralizar el proceso -asegura-, pero no lo logró porque nuestro caso tiene que ver con los derechos fundamentales”. Por eso pasó al Tribunal Superior, que no ha llegado a decidir. Un día antes del juicio, Educación dio su brazo a torcer y retiró los crucifijos.

Ahora, Lorenzo Losada se siente dolido por el nuevo frenazo a la reforma de la Ley de Libertad Religiosa: "En las próximas elecciones volveré a pedir el voto para el PSOE, pero creo que en esto le estoy haciendo un favor al partido. Yo esperaba, como otros muchos socialistas, que se pusiera en marcha la ley de Libertad Religiosa, pero en fin... Creo que está antes la lealtad a mis hijos, en todo caso, que la lealtad al partido. Que espabilen, que están alejados de la realidad de la gente", afirma.

Este no es el primer caso de las mismas características que se produce. Fernando Pastor, un padre de Valladolid, pleiteó durante años para que se retiraran los símbolos religiosos de su colegio y por fin lo consiguió en 2009. Pastor explicaba por qué comenzó el litigio: “Cuando mi hija comenzó Primaria vimos que había crucifijos presidiendo las aulas. No es lo mismo un crucifijo como objeto artístico en un museo o en las clases de Religión, que presidiendo continuamente la actividad educativa. Pedimos al colegio que se retiraran; como no lo hacían, pensamos que la administración educativa lo haría. Al no solucionarse, las únicas alternativas eran ceder o emprender la vía judicial, y lo hizo la Asociación Cultural Escuela Laica, a la que pertenezco”.

A pesar de la satisfacción por haber ganado el pleito, este padre también reconocía el coste personal del proceso. Concretamente, se refería a la forma en la que había repecutido sobre su hija: “En los tres años y medio de proceso no ha habido problema porque no se nos hacía caso. Cuando sale la sentencia se produce un salto cualitativo por parte de quienes no están de acuerdo. Ahí sí hubo insultos”.

Además de estos casos de particulares que han ganado la partida en los juzgados, el Tribunal Europeo de Derechos humanos sentenció en 2009 que los símbolos religiosos "violan la libertad de los padres para educar a sus hijos" según su credo y la libertad religiosa de los alumnos.

Los particulares asumen la defensa de la aconfesionalidad del Estado español