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NUEVATRIBUNA.ES / I.G.C. 28.05.2009

Llevan solo un año abiertos y parece que llevaran cien. Los nuevos hospitales de la Comunidad de Madrid, gran apuesta del proyecto político de la presidenta regional, Esperanza Aguirre, evidencian serias carencias según se constata en la inspección de Trabajo realizada entre marzo y abril con visitas a seis de estos centros. Comisiones Obreras dio la voz de alarma por la precaria situación del personal sanitario, pero las conclusiones del informe ponen también de manifiesto graves riesgos para los pacientes.

El mapa que dibuja este informe de 74 páginas es desastroso. Los inspectores que visitaron los hospitales de Parla, San Sebastián de los Reyes, Vallecas, Coslada, Arganda y Aranjuez, constatan deficiencias en seguridad, vigilancia, falta de personal y material sanitario. Todos ellos se rigen por un sistema mixto de gestión público/privado; son las mismas empresas adjudicatarias para la construcción de los centros las que gestionan el resto de servicios no sanitarios, como el mantenimiento, limpieza y restauración. Según ha denunciado la Asociación para la Defensa de Sanidad Pública (ADSPM) se trata de “infraestructuras con numerosos defectos de construcción”, con una alarmante “escasez de personal y tan solo enfocados hacia la rentabilidad económica de las empresas concesionarias” que reciben un canon anual en calidad de alquiler pagado con dinero público y cuyo contrato se estipuló nada menos que para 30 años.

GOTERAS, CABLES POR LOS SUELOS, FALTA DE CUÑAS�

Señalizaciones inadecuadas, falta de planes de emergencia y evacuación de los enfermos, puertas de urgencia bloqueadas, estanterías sin anclajes, suelos deslizantes, enchufes y cables a ras del suelo. Problemas relacionados con la mezcla de residuos sin que dispongan de un adecuado almacenaje. Goteras, agua que salen de las duchas, puertas inapropiadas en los quirófanos, espacios insuficientes, falta de duchas y lavabos. La falta de material imprescindible llega incluso a una insuficiencia de cuñas, grúas, camas de dimensiones suficientes, sillas y mesas apropiadas, etc., etc., etc.

A la alarmante escasez de personal (celadores, pinches y administrativos), con una reducida platilla que a veces se ve obligada a realizar labores que no les compete, se suman las inapropiadas condiciones de hospitalización en áreas como la Psiquiatría, que carecen de sistemas de vigilancia suficientes y de materiales ignífugos contra incendios (ya que en esta unidad se permite a los pacientes fumar); el inadecuado manejo de los residuos; la falta de guantes y mascarillas; la mezcla de pacientes oncológicos en los hospitales de día con otros enfermos de distintas patologías (con el riesgo mortal por contagios que puede suponer par los primeros por su mermado sistema inmunológico); y la sobreutilización de algunos espacios con más camas de aquellas para las que se diseñó en un principio.

ESCASA VIGILANCIA EN ÁREAS COMO LA DE NEONATOLOGÍA

En el área de neonatología y obstetricia del hospital Infanta Cristina de Parla, el personal sanitario denuncia la existencia de enchufes sin proteger en espacios donde los niños transitan; pasillos con aristas cortantes instaladas en paredes; así como corrientes de aire y bajas temperaturas por la noche. Los trabajadores también han manifestado miedo a que desaparezca algún niño, ya que están hospitalizados en una zona en la que pueden entrar el resto de usuarios y pacientes del hospital y solo hay un vigilante por la noche. A esto hay que sumar la falta de ropa para los pacientes que a veces obliga a los enfermeros a secar a los pequeños con una sábana. No hay lavabos en la unidad de incubadoras; no hay cuñeros en los baños; en las habitaciones no se pueden abrir las ventanas y al utilizar las duchas el agua se cae hacia los pasillos.

Las carencias llegan a situaciones tan surrealistas como la denunciada por la gerente del Hospital del Norte, Marisa García, que manifestó a los inspectores que el personal del área radiológica ha tenido que ir personalmente y hasta en cinco ocasiones a IKEA para comprar mesas y el correspondiente material inmobiliario. En este mismo centro faltan persianas y cortinas, personal administrativo y de vigilancia, y hay zonas en las que se almacenan materiales de obra y escombros: “Todo el mundo hace de todo, pero la buena voluntad se acaba algún día”, señala la gerente.

El ministerio de Trabajo ha hecho requerimientos tanto a la empresa pública que depende directamente de la Consejería de Sanidad como la empresa privada para subsanar las deficiencias que podría acabar en sanciones. Según ha denunciado la ADSPM, la consejería que dirige Juan José Güemes “es la responsable de la ausencia de control de estos centros y quien tiene la obligación legal de asegurarse que en ellos se cumplen todas las normas de seguridad establecidas”. Por ello, “hay que lamentar su crónica incompetencia” que ha desembocado en una “dejación de las funciones de garantía de la seguridad y buen funcionamiento de estos nuevos hospitales”, señalan desde esta asociación.

Los nuevos hospitales de Esperanza Aguirre están hechos una ruina