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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 27.06.2009

La carabela portuguesa avistada estos días en el Estrecho de Gibraltar que ha puesto en alerta a los bañistas no es una medusa, y mucho menos "mortal" o "asesina". Es una especie común en aguas del Atlántico que llega a Canarias de forma habitual.

La investigadora Dacha Atienza, del Instituto de Ciencias del Mar que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tiene en Barcelona, considera "desmesuradas" las informaciones que se han publicado al respecto, aclaró en primer lugar que "no se trata de una medusa", sino de un sifonóforo, organismo cercano que pertenece también al grupo de nidarios.

"Es muy común en las Canarias y su entrada a través del Estrecho no es rara. A lo mejor otro año ha ocurrido y no ha repercutido de ninguna forma", señaló.

En febrero, por ejemplo, el Instituto recibió avisos de un voluntario que anunció la llegada de un banco a Torremolinos (Málaga). "Nos llegó la información y no le dimos la mayor importancia porque se había visto en otras ocasiones en el Mediterráneo a este organismo gelatinoso", prosiguió.



Por otra parte, Atienza recalcó que la carabela portuguesa "no es asesina", y tampoco "mortal", aunque en general provoca picaduras más extensas y dolorosas que generalmente requieren que se derive la atención en playa a centros hospitalarios.

Esto se debe, según indicó, a que tiene una superficie de tentáculos mucho mayor. Con este organismo, "como con las medusas", hay grupos de riesgo, entre los que se encuentran los niños.

Sin embargo, la carabela portuguesa "es más fácil de identificar que las medusas", ya que tiene "una especie de flotador que se ve siempre" y que facilita también su retirada de las aguas.

"BARRERA” FRENTA A LAS COSTAS

Esta investigadora del CSIC anunció que la presencia de lluvias desde el final de la primavera y durante todo el verano contribuye a formar una especie de "barrera" (por diferentes niveles de salinidad) frente a las costas, que ayuda a mantener alejadas a las medusas de las playas.

Sin embargo, apuntó que la presencia de medusas "dependerá de la cantidad de ejemplares que haya fuera", algo que "nadie puede saber".

Las "medusas asesinas" del Estrecho no son ni medusas ni asesinas