sábado. 20.04.2024
HOY, A LAS 20.00. PRIMERA CONCENTRACIÓN

Las Abuelas de la Plaza de Mayo se convierten en el referente de la Memoria Histórica

AGNESE MARRA
La Plataforma Contra la Impunidad del Franquismo inicia una campaña de concentraciones, todos los jueves, en la Puerta del Sol de Madrid. La idea la tomaron de las ‘Abuelas de Mayo’. Nuevatribuna.es repasa la historia de estas mujeres que han convertido la lucha por la memoria en su modo de vida.
> Causa de la muerte: "la pasada guerra de liberación"
> Diez años por gritar "¡Me cago en Franco!"
NUEVATRIBUNA.ES - 20.05.2010

La Plataforma Contra la Impunidad del Franquismo inicia hoy una campaña histórica. Esta plataforma que se formó cuando el Tribunal Supremo quiso sentar en el banquillo al juez Garzón por investigar los crímenes del franquismo, ya tiene una vocación de permanencia. Está formada por familiares de las víctimas, represaliados, intelectuales y todos aquellos ciudadanos que piden la condena del franquismo y que sobre todo reivindican la memoria.

Esta Plataforma recibe el apoyo incondicional de numerosas ONG internacionales de derechos humanos, y entre ellas, no podía faltar la asociación de las Abuelas de la Plaza de Mayo, su referente. Ellas son todo un ejemplo, y la primera acción de la Plataforma casi se inscribe como un homenaje a estas luchadoras: una concentración a las 20.00 horas en la Puerta del Sol de Madrid. La elección del jueves no es casual, ya que es el mismo día en el que todavía hoy las ‘abuelas’ siguen concentrándose en la bonaerense plaza de Mayo.

Al igual que hicieron las argentinas, los españoles han decidido hacer una concentración semanal. Ellas comenzaron así, y después de 30 años su trabajo se ha visto recompensado con el reencuentro de casi 100 nietos, y con las imágenes de ver a dictadores y militares argentinos entrando en prisión.

Y es que en la lucha por la memoria que mantiene Argentina, las Abuelas de Mayo han tenido mucho que ver. El dolor de la pérdida las unió y les dio fuerza para recuperar la verdad y poco a poco conseguir la reparación.

Todo empezó el 24 de marzo de 1976 cuando las Fuerzas Armadas argentinas dieron un golpe de Estado a la República. A los pocos meses comenzaban las desapariciones. Estudiantes que no volvían a sus casas, amigos que se ‘perdieron de vista’, el vecino que ya no se encontraban en el ascensor, y las madres llenas de angustia esperando que sus hijos no hubieran sido detenidos, después sabrían que si lo fueron, y que al menos 30.000 argentinos desparecieron bajo las garras de la dictadura.

La espera, el no saber, el miedo, llevó a cada una de las madres a dirigirse a las comisarías, a los tribunales de justicia, a las universidades. “¿Dónde está mi hijo?” se preguntaban. El silencio las respondía. Pero poco a poco lo que era una acción individual, lógica, buscar a un hijo que no ha vuelto a casa, empezó a ser mayoritaria. Las madres se encontraban en los mismos lugares haciendo las mismas preguntas. En 1977, una de las madres les propuso a otras ir a la Plaza de Mayo de Buenos Aires y pedir una audiencia al presidente para poder saber sobre el paradero de sus hijos.

La primera vez que acudieron a la plaza era un sábado, nadie las recibió. Una semana después fueron un viernes, y a la siguiente un jueves. A partir de ese momento estipularon los jueves a las 15.30 la cita oficial que todavía hoy mantienen. Al principio no paseaban, ni se manifestaban, simplemente se sentaban en los bancos para hacer acto de presencia y compartir problemas.

Fue el día que entregaron una denuncia al presidente cuando decidieron utilizar el espacio de otra forma. Alrededor de 70 madres caminaban del brazo a lo largo de la gigantesca Plaza de Mayo. Arriesgaban su vida con sus protestas, y a finales de 1977, doce de ellas fueron secuestradas, asesinadas y tiradas al mar, entre ellas estaba Azucena Villaflor, la fundadora del grupo.

Pero si hay algo que caracteriza a las ‘Abuelas’ es enfrentarse a cualquier problema. Están acostumbradas a los obstáculos y la desaparición de sus compañeras las unió todavía más. Se dieron cuenta que su sola presencia comenzó a ejercer una presión nacional e internacional sobre el destino de las personas desaparecidas en Argentina.

La cita de los jueves era obligatoria, pero sus encuentros se ampliaron en pequeñas cafeterías, iglesias, espacios en los que pudieran pasar inadvertidas como “viejas que toman un té juntas” – decía en una ocasión la presidenta actual de las Abuelas de Mayo, Estela Carlotto- para poder hablar de futuras acciones.

DE MADRE A ABUELAS

En estos momentos el movimiento que inició llamándose como ‘Madres de Mayo’ pasó a tomar el nombre de ‘Abuelas’, ya que muchas de ellas sabían que sus hijas o sus nueras estaban embarazadas cuando desparecieron, ahí comenzó uno de sus más conocidos emblemas: ‘Buscar a los nietos sin olvidar a los hijos’.

Pronto se dieron cuenta que necesitaban contar con el apoyo internacional, denunciar fuera lo que no podían hacer en su país. En un primer momento recurrieron a la Iglesia. En 1978 solicitaron la intervención humanitaria del Papa Pablo VI, pero no recibieron respuesta. El episcopado de Sao Paulo fue el primero en hacerlas caso, después vendría la OEA (Organización de Estados Americanos) y poco después recibirían el apoyo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Pero antes de reunirse con organismos internacionales tenían sus deberes hechos. En sus reuniones de cafeterías planeaban cual detectives qué pasos dar para poder conseguir información. Recorrieron juzgados de menores, orfanatos y casas cuna. Buscaban incoherencias en las adopciones o nacimientos extraños de la época, observaban a las familias sospechosas de haberse apropiado a sus nietos, sacaban fotos de los niños en las guarderías y escuelas. Toda la información que recopilaban la registraban para entregarla a ONG como Amnistía Internacional, la cual llevó a cabo una de las acciones más importantes para la causa de las abuelas, recibiendo el apoyo de personalidades como Simone De Beauvoir, Costa Gavras, o Eugène Ionesco.

En 1981 llevaron a cabo la Primera Marcha de Resistencia que consistió en extender a 24 horas la concentración que hacían los jueves. Al día siguiente más de 3.000 personas, entre ellos el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, se sumaron a la manifestación. También fue la primera vez que la prensa argentina les daba cabida en sus páginas.

Con la llegada de la democracia las abuelas siguieron luchando, centradas en la búsqueda de sus nietos y peleando por llevar a la cárcel a los criminales que exterminaron a una generación. Cuando Menem en 1990 emitió una serie de indultos a los militares, las Abuelas volvieron a coger fuerzas y lanzaron una campaña con la que llenaron Buenos Aires de carteles que decían: ‘¿Sabe usted dónde están ahora los que torturaron y asesinaron a nuestros hijos?’

“¿VOS SABÉS QUIÉN SOS?”

La búsqueda incansable de sus nietos es una de sus labores más significativas. A finales de los 90 decidieron cambiar sus estrategias de acción, sabían que sus nietos en esos momentos serían adolescentes, entonces optaron por comunicarse de otra forma. En 1997 lanzaron una campaña conocida como ‘¿Vos sabés quién sos?’ y la estrenaron en un concierto de rock: “Se logró incorporar a la sociedad en la búsqueda, los adolescentes que tenían alguna duda sobre sus orígenes empezaron a acudir a ellas, ya no eran sólo las abuelas las que los buscaban”, cuenta uno de los ideólogos de la campaña.

Después del concierto rock, vinieron series de televisión que hablaban sobre los nietos desparecidos, más tarde comenzaron con ‘Teatro por la Identidad’, obras en las que se mostraba la problemática y que ayudaron a que muchos jóvenes se acercaran a ellas.

Ya en el 2000 contaban con un equipo de profesionales encargados de aspectos jurídicos, médicos, psicológicos y genéticos. La propia universidad argentina las ayudaba y ayuda para seguir con la tarea que emprendieron en los 70. Hace algunos años que implantaron un Banco Nacional de Datos Genéticos donde figuran los mapas genéticos de todas las familias que tiene niños desaparecidos. También elaboran un archivo biográfico que reconstruye la historia de los padres desaparecidos, de sus compañeros de militancia y de sus amigos de infancia. Cuando encuentran a un nieto le entregan una cajita con toda su historia y a veces incluso con cintas donde está la voz de sus verdaderos padres y de otros familiares.

Hasta el momento han encontrado 95 nietos, y la búsqueda se mantiene con la misma fuerza de sus inicios. La campaña actual se está centrando en los bisnietos, ya que muchos de los nietos pueden haber tenido hijos. Y en las guarderías argentinas se pueden ver carteles que apelan a la identidad. Al fin y al cabo, la identidad y la memoria ya no sólo en Argentina sino en cualquier parte del mundo es el objetivo fundamental de las Abuelas de la Plaza de Mayo. Su lucha por la justicia hoy en día es universal, de tal modo, que las ‘Abuelas’ se han convertido en un referente en la defensa de los Derechos Humanos. Este jueves, España toma nota y comienza una nueva lucha.

Las Abuelas de la Plaza de Mayo se convierten en el referente de la Memoria Histórica