miércoles. 24.04.2024
Los consejeros de Sanidad en los gobiernos de Aguirre.
Los consejeros de Sanidad en los gobiernos de Aguirre.

Aunque la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se esfuerza por ‘vender’ las bondades de una política sanitaria privatizadora, la realidad de la sanidad pública madrileña es bien distinta. Así se constata en un informe elaborado por la Secretaría de Políticas Sectoriales de UGT-Madrid con datos oficiales extraídos del Ministerio de Sanidad y de la propia Consejería que dirige Javier Fernández-Lasquetty.

El informe 'Sanidad madrileña. Una mirada sindical' estudia la evolución del gasto sanitario de la gestión de la sanidad pública madrileña durante los gobiernos de Aguirre con mayor atención en la última legislatura donde se ha puesto en marcha el que ha sido uno de sus proyectos estrella: la construcción de ocho nuevos centros hospitalarios y la proyección de otros tres cuya gestión arroja, en opinión de este sindicato, la primera reflexión a tener en cuenta: “Hay más hospitales, sí, pero son más caros y de peor calidad asistencial que los tradicionales”, afirma Juan Luis Martín Sierra, responsable de Políticas Sectoriales de UGT Madrid.

El informe pone sobre la mesa datos del barómetro sanitario que cada año elabora el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad por medio del Consejo de Investigaciones Sociológicas. Según este estudio de opinión, en la Comunidad de Madrid, más del 26% de los ciudadanos cree que el Estado gestiona la sanidad mejor que las Comunidades Autónomas y más del 62% prefiere la sanidad pública a la privada. Asimismo, más del 78% de quienes van al médico lo ha hecho con mayor frecuencia a consultas de la sanidad pública y, por ultimo, más del 43% creen que la Consejería de Sanidad no está llevando a cabo acciones para mejorar las listas de esperas medicas.

EL GOBIERNO AGUIRRE NO ATIENDE A LAS PREFERENCIAS DE LOS MADRILEÑOS

Pese a la contundencia de las preferencias de los madrileños –destaca UGT-  “el Gobierno regional ha configurado un modelo basado en una ideología liberal radical, que ha incorporado principios y mecanismos de mercado a la financiación y gestión del sistema, cuya consecuencia inmediata e inevitable es la subordinación del derecho fundamental a la protección de la salud al interés y rentabilidad económica de las empresas privadas que se han incorporado a la gestión de los servicios sanitarios”.

En efecto, de los ocho nuevo hospitales, siete son de gestión mixta, es decir, la parte sanitaria la gestiona directamente la Comunidad, mientras que la parte administrativa y de servicios se adjudica a la empresa constructora del edificio, pagándose un canon que en la mayoría de los casos recae en la multinacional Capio. De ellos, el de Valdemoro y es de gestión cien por cien privada, como lo son también los tres nuevos centros proyectados (Móstoles, Villalba y Torrejón).

Los nuevos hospitales son más pequeños respecto a la población que tienen asignada y su cartera de servicios es más reducida lo que origina que el ciudadano tenga que acudir a los hospitales tradicionales si su dolencia necesita de una especialización más determinada o compleja.

UGT constata que a diferencia de lo que dicen los dirigentes del Gobierno regional con Aguirre a la cabeza de que se abaratan los costes de la sanidad pública con la entrada de empresas privadas, lo cierto es que los madrileños pagarán hasta 5,4 veces más por los nuevos hospitales cuyo coste para las empresas asignadas ha sido de 640 millones de euros mientras el coste total (entre intereses y beneficios) es de 3.482.000 millones.

UGT HACE HINCAPIÉ EN LOS “INCUMPLIMIENTOS” DE AGUIRRE

Uno de los capítulos a los que más atención se presta en el citado informe son los incumplimientos de Aguirre en materia de política sanitaria. Juan Luis Martín Sierra habla de “truco estadístico” por parte de la Consejería a la hora de rendir cuentas por las listas de espera y el compromiso de que ningún madrileño tardará más de treinta días en ser intervenido quirúrgicamente

El “truco” está en que la Comunidad valida tres grupos, los que están estrictamente en lista de espera quirúrgica (espera estructural u oficial); los que están a la espera de ser atendidos por el anestesista (espera transitoriamente no programable); y lo que están en espera tras haber rechazado un centro alternativo. 

El caso es que el tope de treinta días no se empieza a contar hasta que el paciente es atendido por el anestesista y en caso de rechazar el centro que le asigna la Comunidad para ser operado ese tiempo puede llegar a ser seis veces superior, es decir 180 días de espera. En suma: el 70% de los pacientes en lista de espera no son considerados a efectos de 30 días.

La promesa electoral de Aguirre formulada ya en el año 2003 de que ningún madrileño esperará más de 30 días para ser operado es además para el sindicato “un punto de inflexión porque coloca la sanidad en el centro del debate político y sobre ella se ha basado en muchas ocasiones la confrontación entre gobierno y oposición”.

Otro de los incumplimientos electorales de Aguirre son los centros de salud. En 2003 comprometió 50 nuevos centros y en 2007, 55. A día de hoy, sólo existen en Madrid 15 nuevos centros de salud lo que ha ocasionado una masificación de los mismos, lo que a su vez repercute en los servicios de urgencias que acaban colapsándose.

UGT de Madrid también denuncia la manipulación de ciertas cifras. El sindicato se refiere al hecho de que el Gobierno de la Comunidad de Madrid se jacte de haber habilitado alrededor de 2.000 camas en los nuevos hospitales. Sin embargo, lo que oculta es que ha eliminado unas 1.500 de los hospitales tradicionales, con lo que la mejora se reduce a 500. Además, el ratio de camas por cada 1000 habitantes ha sufrido un ligero retroceso, pasando de 2,01 en 2003 a 1,99 en 2009; y el coste de las mismas en los nuevos hospitales es mayor, lo que resulta contraproducente ya que en los centros tradicionales hay una mayor complejidad asistencial con costes asociados a equipos de investigación, etc.

En cuanto a la financiación, el informe refleja que la Comunidad de Madrid es la tercera a la cola (por detrás de Baleares y Valencia) en lo que se refiere a gasto sanitario por habitante. A eso se añade que los presupuestos se reducen año tras año y aún más cuando afloró la crisis económica.

Por último, UGT Madrid hace una serie de conclusiones encaminadas a “frenar el proceso de deterioro” de la sanidad pública madrileña “antes de que sea irreversible” teniendo en cuenta que Madrid ha sido el referente de una sanidad pública de prestigio, no sólo a nivel nacional sino también a nivel internacional. Por ello, el sindicato considera necesario sacar el asunto del centro de la confrontación política para entrar en un proceso de diálogo social que desemboque en un gran pacto entre los partidos políticos, los sindicatos y las organizaciones profesionales.

La política sanitaria de Aguirre: más cara y de peor calidad asistencial