viernes. 29.03.2024
NUEVATRIBUNA.ES - 12.1.2010

Con motivo de las afirmaciones realizadas por Javier Martínez, arzobispo de Granada, en la homilía en la que comparó la Ley del Aborto con los crímenes de Hitler y manifestó que "si la mujer aborta, el varón puede abusar de ella”, el promotor de la plataforma que quiere que monseñor responda ante la Justicia por incitar a la violencia contra las mujeres, Rubén Caravaca, se puso en contacto con el ministerio de Igualdad. Caravaca se dirigió concretamente a la Jefa de Área de Atención a la Ciudadanía, Concha Gavarrón, para exponerle que "la justicia debería intervenir emprendiendo acciones legales contra una persona que hace apología de la violencia de género, con el agravante de ser un personaje público y hacerlo desde una tribuna. Ruego que hagan las gestiones correspondientes para que la Fiscalía tome las medidas legales existentes para los que promueven, amparan y justifican la violencia de género sean tratados según lo estipulado legalmente, sin que exista excepción alguna por su cargo o puesto de responsabilidad".

La respuesta de Concha Gavarrón, fue la siguiente:

"Estimado Sr. Caravaca. Acusamos recibo de su correo y, a la vez que agradecemos su iniciativa, le señalamos que desde el Gobierno no se interfiere en la labor pastoral de la Iglesia Católica que puede emitir sus opiniones libremente en el ámbito de sus feligreses, pero sí se manifiesta que las atribuciones para legislar en el Estado las posee el Parlamento, del que emana la voluntad general y es el representante de todos los ciudadanos y las ciudadanas. Con saludos cordiales, quedamos a su disposición. Concha Gavarrón. Jefa de Área de Atención a la Ciudadanía.

Rubén Caravaca le expresó entonces su "absoluta disconformidad" con la respuesta. Tras recordarle el motivo por el que se solicita la intervención de la Justicia y que en sólo cinco días más de 22.000 personas se han unido para exigir que se produzca, le hacía la siguiente consideración: "Por su escrito se desprende que al haber sido pronunciadas dichas palabras en un templo ante un auditorio de feligreses, se exime a la persona que las emitió de ningún tipo de responsabilidad. En esa misma línea se puede argumentar que un terrorista que se manifiesta a favor de la violencia en una asamblea interna de una banda terrorista, está también exento de responsabilidades penales. Asimismo, por sus palabras se desprende que no todas las ciudadanas y ciudadanos somos iguales ante la ley".

Pero esta no ha sido la única reacción ante la inacción de Igualdad. Otras de las administradoras del grupo de Facebook, María Martín, ha dirigido una carta abierta a la señora Gavarrón en la que dice, entre otras cosas: "Supongo que nunca me acostumbraré (...) No me acostumbraré aunque quien me insulta sea una mujer, una de esas para las que se hacen campañas millonarias , a las que dicen que si nunca mais , que si lazo morao, que si lazo blanco , que si maltrato cero que si tú no serás más que yo...cuidao, no serás más que yo si no eres arzobispo de la Santa Católica Apostólica y Romana Iglesia , porque ese individuo sí puede decir a sus feligreses insensateces , improperios, ignominias (...) contra mí, contra las mujeres y sus derechos, contra el estado democrático que las ampara , contra una Ley aprobada en un Congreso de representantes elegidos democráticamente y no por otro individuo de dedo ensortijado como el que eligió a quien puede impunemente opinar sobre las decisiones en mi cuerpo y sobre el castigo que merecen , que puede verme como una incubadora , reproducir esos estereotipos tan temidos, clamar venganzas y castigos , hacer creer que los hombres son animales brutales regidos por su instinto".

Leire Díez, responsable del PSOE en el Valle de Pas (Cantabria), también ha escrito a la jefa de Atención a la Ciudadanía para expresarle "una mezcla de tristeza, sorpresa e indignación. Tristeza, porque lo que parece obvio es que en este país hay gente impune, sea lo que sea que diga. Mire, no le voy a discutir que las palabras que el Arzobispo de Granada pronunció las dijo en el ámbito de una iglesia, pero lo que dijo se extrapola a dicho ámbito, ya que en sus palabras no se ciñe a las mujeres que en el templo estaban participando del acto, sino que hizo una mención general. Y en esa mención, perdóneme, pero me siento aludida.

Sorpresa porque, claro que no se me ocurriría pedirle al Gobierno que interfiera en la labor pastoral de la Iglesia Católica, sólo faltaba, lo que sí le pido, mejor dicho, le exijo, es que proteja mis derechos como ciudadana de este país, con los mismos derechos que aquellos que tienen la libertad de ejercitar su labor pastoral como mejor les convenga. Lo que es cierto es que el Estado ya ha legislado sobre violencia de género, y existe una norma que controla esa ley, y las declaraciones que este señor realizó vulnera la legislación aprobada por el Parlamento.

A mí me parece, que lo mismo que se condena la apología del terrorismo, me parece lógico que se condene la apología de la violencia de género. Afirmar que un hombre puede abusar sin límites de una mujer si ésta aborta, no sólo es aberrante, es un atentado contra mis derechos.

¿Usted supone que si el que viola a una mujer que haya abortado asiste religiosamente todos los domingos a misa, comete menos delito que el que se considera ateo? Sé que la respuesta es negativa, lo que no entiendo entonces, es que si las aberraciones se dicen en una Iglesia, todo está bien, pero si se dicen en el Supermercado, pues a lo mejor no. O defendemos a las mujeres o no las defendemos, pero parcializar tanto la defensa es incomprensible.

La indignación la planteo desde otro punto de vista muy diferente: a los que, de una manera u otra representamos a los ciudadanos en las instituciones (le recuerdo que para ello, todos hemos sido elegidos por los ciudadan@s) esta respuesta nos ha dejado helados.

La respuesta que usted ha hecho llegar no la entiende la gente, lo que la gente considera viendo sus palabras es que estamos en pleno ejercicio de lavado de manos, y como políticos y representantes institucionales esto no lo podemos permitir. El hecho de que más de 22.000 personas se unan en la red para hacer oír sus quejas sobre el tema hace obvio de que es un tema que preocupa a un abanico amplio de la población: hombres, mujeres, ateos, católicos, musulmanes, y las instituciones tiene que escuchar y no despachar los temas sin que éstos le rocen, por si acaso.

La gestión institucional se hizo para implicarse en la solución de problemas, no para evitarlos".

La pasividad de Igualdad "insulta, indigna, sorprende, entristece..."