miércoles. 24.04.2024

La ‘generación ni-ni’, la ficción que oculta problemas reales de los jóvenes

Un estudio de la Secretaría de Juventud de CCOO concluye que los problemas que se ceban con la franja más joven de nuestra sociedad son el paro y la precariedad y que los jóvenes improductivos, apáticos y desorientados son un número muy inferior al que proclaman algunos medios.
NUEVATRIBUNA.ES - 15.4.2010

El número de jóvenes que ni estudian ni trabajan ni buscan empleo apenas ha variado en los últimos cinco años y es estadísticamente irrelevante. Además, el porcentaje de ‘ni-ni’ es superior en la franja de edad de 40 a 54 años que entre las personas de 16 a 29 años. Esta es la principal conclusión del estudio, que ha sido realizado al hilo del reality show de La Sexta, protagonizado por jóvenes laboral y académicamente inactivos. El programa ha conducido a que se acuñe la expresión “generación ni-ni” para referirse al colectivo juvenil que ni estudia ni trabaja ni busca empleo que, según algunos medios, conformarían el 15% de jóvenes españoles.

El estudio de la Secretaría de Juventud de CCOO se remite a la Encuesta de Población Activa (EPA), elaborada de forma trimestral por el Instituto Nacional de Estadística, que ofrece suficientes indicadores para realizar una aproximación realista a la denominada ‘generación ni-ni’. Y plantea varias cuestiones: ¿Qué colectivos deben cargar con esa etiqueta? ¿Cuántos jóvenes encajan en la definición? ¿Qué evolución se ha producido en los últimos años? Y, por último, ¿habrá adultos de entre 40 y 54 años que también puedan ser llamados ‘ni-ni’?

Tomando como referencia la EPA del último trimestre de 2009, señala que del total de 7.831.000 jóvenes que tienen entre 16 y 29 años, sólo 2.795.000 se encuentran en una situación de inactividad (es decir: son jóvenes que, al ser preguntados, declaran que ni trabajan ni están buscando empleo). Sin embargo, de esa cifra hay que descontar a los más de dos millones que declaran estar estudiando o formándose.

A tenor de estos datos, el estudio se pregunta si puede el resto ser considerada población ‘ni-ni’ y responde que "evidentemente no". De entre los jóvenes inactivos que no declaran estar estudiando o formándose, hay quienes padecen una “enfermedad o incapacidad propia”, quienes “cuidan niños o adultos enfermos, discapacitados o mayores” y quienes, siendo también jóvenes, asumen “otras responsabilidades familiares o personales”.

Los únicos jóvenes que no explican objetivamente su situación de inactividad son aquellos que afirman que no buscan empleo porque “creen que no lo van a encontrar”, que aducen “otros motivos” para no trabajar, que no saben qué responder o que aportan razones que el Instituto Nacional de Estadística no puede clasificar. ¿Y cuántos jóvenes de entre 16 y 29 años se hallan en todos estos supuestos? 305.000. Y esas 305.000 personas suponen, exactamente, el 3,89% del conjunto de la juventud española.

En cuanto a si cabe considerar ‘ni-ni’ a la totalidad de quienes aducen “otros motivos” o de quienes piensan, probablemente con sentido, que en este momento “no van a encontrar” un empleo aunque lo busquen, los autores del estudio creen que probablemente no. Lo que sí se puede afirmar con la mayor rotundidad es que esa cifra incluye todos los ‘ni-ni’ potenciales; con los datos estadísticos de la EPA en la mano, no es posible que haya un solo ‘ni-ni’ más. Es decir, sabemos cuántos puede haber como máximo (305.000), pero es muy posible que haya menos.

¿HAY ALGÚN NI-NI CINCUENTÓN?

A juicio de Jóvenes CCOO, la inactividad laboral y académica de un máximo del 3,89% de la juventud de entre 16 y 29 años resulta estadísticamente irrelevante. Y la comparación con los mismos datos de 2005 no señala, en absoluto, un ascenso significativo del fenómeno ‘ni-ni’: en el último trimestre de 2005 ya había un 3,54% de jóvenes en esta situación (298.700 frente a los 305.000 del mismo trimestre de 2009).

¿Es posible que se trate de un fenómeno generacional amplio y que una comparación con los datos de 2005 sea insuficiente? La respuesta que Jóvenes CCOO ha hallado a esta pregunta es reveladora.

Siguiendo exactamente los mismos criterios para definir qué es un ‘ni-ni’ (concepto del que ya se excluyó al comienzo a quienes estudian, padecen enfermedades o incapacidades propias, se dedican al cuidado de personas dependientes o tienen otras responsabilidades familiares o personales) y tomando también como referencia la EPA del último trimestre de 2009, vemos cómo en la franja de edad de 40 a 54 años no hay un 3,89% de ‘ni-ni’, como entre los jóvenes, sino un 4,18%; y no 305.000 personas, como en la franja de edad 16-29, sino 423.100.

Los indicadores oficiales ponen de manifiesto que no existe nada que se pueda denominar ‘generación ni-ni’. El porcentaje de jóvenes a quienes se tacha de improductivos y apáticos es estadísticamente irrelevante, menor que el de los mayores en la misma situación, pero además se deriva de la suma de personas que pueden estar en situaciones muy diversas.

Por todo ello, Jóvenes CCOO asegura que etiquetar a la juventud con expresiones cargadas de desprecio como ‘generación ni-ni’ constituye un doble insulto. Implica, en primer lugar, hacer referencia a una realidad que sólo existe en la programación de determinadas cadenas privadas de televisión; más del 96% de la juventud española, como mínimo, es activa o tiene razones objetivas para permanecer en la inactividad laboral.

El estudio alerta sobre los riesgos derivados de considerar que sí hay una generación ni-ni. El mayor insulto -dice- es que esta ficción ampliamente difundida oculta de hecho la realidad sociolaboral de la juventud, que –en opinión de Jóvenes CCOO- es la misma que la del resto de la población trabajadora pero aún más precaria e inestable. La juventud española está hoy mejor formada que nunca, y sin embargo tiene una tasa de desempleo del 30% (que asciende hasta el 58% entre los menores de 20 años), una tasa de temporalidad del 45% y unos salarios que, hasta los 20 años, no superan la mitad del sueldo medio en nuestro país e impiden la emancipación.

Que uno, dos o tres jóvenes de cada cien no hagan nada debe ser motivo de preocupación para los poderes públicos; no para describir ‘generaciones’ que en el mundo real no existen ni para criminalizar a quienes ya son víctimas, sino para poner los recursos formativos, de empleo e incluso de orientación social y personal precisos para que nadie caiga en la exclusión.

El estudio concluye señalando que el centro del debate público ha de ser otro: un sistema socioeconómico que deja a la inmensa mayoría de la juventud en una situación vital de inseguridad e inestabilidad permanentes. La falta de adecuación entre formación y empleo, las becas fraudulentas y el trabajo sumergido, además de la precariedad anteriormente descrita, son sólo la punta del iceberg de un gravísimo problema estructural que el Gobierno debe afrontar con urgencia; de un problema que, como denuncia Jóvenes CCOO, nada tiene que ver con los reality show de la televisión.

La ‘generación ni-ni’, la ficción que oculta problemas reales de...