miércoles. 24.04.2024
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El pasado día 15 se celebró en Castellón una manifestación en pro de la fiesta de los toros, con el lema “Defiende lo nuestro”, a la que asistieron varios centenares de personas no sólo del mundo del toro, sino de aficionaos y de gente que paga por ver toros. 

Por primera vez salen a la calle -hasta ahora habían quedado en los ruedos- voces reclamando apoyos a los festejos taurinos. Los motivos, entre otros cuya numeración sería larga, pueden resumirse en dos: por un lado contrarrestar las manifestaciones que desde hace unos años a esta parte están surgiendo en uno y otro lugar en contra de la celebración de este tipo de festejos, por considerarlos brutales, salvajes y sin respeto a los derechos de los animales. Y por el otro, reclamar a la administración la correspondiente seguridad jurídica para su celebración así como su apoyo institucional, pues no basta con haberla declarado en algunas regiones como Bien de Interés Cultural, aunque esto no es poco si se llevase a término su significación. 

Es de elogiar esta manifestación y actos de diversos tipos para evitar que algo tan arraigado en nuestra personalidad se pierda o tergiverse. Es de elogiar que haya sido una manifestación que desbordó los planes de los organizadores, y que además la gente del toro, que vive del toro y para el toro, es decir, para hacer su negocio, se haya visto acompañada de la gente que se gasta sus dineros en asistir a las plazas  a ver el espectáculo que espera ver.

Está bien esta manifestación, y no solamente debe ser un toque de atención a las administraciones, sino a la misma gente que vive del toro, los más interesados en que este espectáculo goce de garantías, tanto para celebrarlo como para que no se dé gato por liebre. Es decir, evitar manipulaciones del tipo que sean, que se proponga el espectáculo en su integridad (del toro, del torero, del rito que acompaña a la fiesta), y de su promoción. He ahí el busilis: la promoción. Dando por supuesto que la mejor es la anteriormente dicha, su integridad, hay otra promoción que de unos años a esta parte parece entrar en el baúl del olvido, la apertura a nuevas promesas, sin ellas, sin jóvenes -no basta solamente con las escuelas taurinas- no hay futuro para esta fiesta. Esta faceta de la juventud parece ser que no preocupa a la gente del toro, al menos no le ha venido preocupando hasta hace dos o tres años en que en algunas partes, promovidas por medios de comunicación, como es la televisión, se han programado festejos ofreciendo una oportunidad a chicos con ganas de ser toreros y abrirse paso en este mundo tan difícil como es llegar a ser matador de toros bravos.

Se acercan las grandes ferias, como la de la Magdalena de Castellón, cuyo preludio pudo ser esa manifestación, o las de Fallas de Valencia, la de Abril en Sevilla...  Y en sus carteles se ven pocas figuras nuevas... Siempre torean los mismos, y las mismas ganaderías, se oye decir. Hay poca novedad. Porque hay poca oportunidad, y por eso seguimos viendo en los carteles a toreros que llevamos viendo más de veinte o treinta años. Hay poca renovación. En este sentido la gente del toro tiene la palabra. Deben promocionar la fiesta dando oportunidad a nuevos valores para que el mundo del toro se enriquezca, perdure, tenga futuro. Y no se promociona -como ha ocurrido a menudo- echando a esos chicos que piden una oportunidad a los leones, dando corridas de desecho con toros que si embisten es por equivocación.

En este aspecto es digno de elogio el esfuerzo que una televisión regional está haciendo para dar cabida a estas novilladas, vivero de nuevas figuras. Desde el día 22 de febrero y hasta el 26 de abril, cada domingo, a las seis de la tarde, se celebra en la plaza de toros cubierta de Illescas (Toledo) la III Edición de la Oportunidad “Soy novillero” en la que van a participar 18 jovencitos con la ilusión de ser toreros. Ocho novilladas sin picadores en las que competirán las diferentes ternas para llegar a la final que tendrá lugar en Toledo.    

En otras partes de España se sigue tímidamente el ejemplo, recordando aquella oportunidad que se diera en los años sesenta en la antiguamente conocida como “La Chata”, hoy Palacio de Vista Alegre (Madrid), donde el próximo sábado 21 del actual, vuelve, como recuerdo, “la oportunidad de un sueño”, con dos novilleros que prometen, uno triunfador en Valdemorillo, Martín Escudero, de buenas maneras, y Álvaro Lorenzo que no le va a la zaga, mano a  mano.

Lo dicho. La juventud es el futuro de la fiesta; eso los empresarios deben tenerlo en cuenta.

La juventud, el futuro