El magistrado del juzgado de Instrucción Nº 8 de Las Palmas de Gran Canaria, Arcadio Díaz Tejera, ha comparado el Centro de Internamiento de Emigrantes en Barranco Seco (Las Palmas) con las cárceles de la dictadura franquista.
El juez hace expresa mención a las insuficiencias detectadas y no subsanadas en materia de seguridad, formación, asesoramiento legal, salud e higiene, de forma descriptiva y afirma que es así “no solo porque se mantiene la misma estructura carcelaria interna, sino que los colores, los olores y los ruidos siguen siendo los mismos que los de una cárcel, pero no una de las cárceles remodeladas de la democracia parlamentaria, sino que mantiene la estética, los olores y los ruidos de las cárceles de la dictadura”.
Tras las visitas de supervisión efectuadas a este centro, el juez ha puesto en conocimiento de la delegación del Gobierno, del Ministerio Fiscal y de los responsables de la policía nacional, las deficiencias observadas y ha requerido a las autoridades administrativas responsables del CIE para que, procedan, “de manera urgente” a establecer los medios para subsanarlas.
En un comunicado, Juezas y Jueces para la Democracia (JJpD) denuncia las “pésimas condiciones” en las que se encuentran los internos en los CIES “sin haber cometido delito alguno” y hacen suya la exigencia de este magistrado para que se subsanen las deficiencias que garanticen un trato digno.
“Velamos por el respeto a la dignidad de las personas, la erradicación del trato degradante, no solo directo sino indirecto de quienes se hallan en situación de vulnerabilidad”, señalan los jueces
Los jueces consideran que “la buena voluntad y la amabilidad de los agentes de la autoridad” que prestan servicio en el CIE “no es suficiente para alcanzar las cotas de dignidad en el trato que corresponden al desarrollo económico y social y a la tradicional hospitalidad del pueblo canario”.
Más, teniendo en cuenta -señalan- que el fenómeno de la inmigración no es nuevo en las Islas Canarias “ni imposible de imaginar por estas tierras, dependiendo de las mareas, la época del año y como se va desarrollando el tráfico de seres humanos por otras latitudes, como saben todos los que trabajan en esta área de sufrimiento humano, y, en consecuencia, como lo saben, no improvisan, sino que planifican y organizan con antelación para que no se produzca lo que de nuevo estamos viviendo, toda vez que ya lo sabían y tenían experiencia”.
Por ello, JJpD se une a la reivindicación de la “necesaria observancia de las leyes nacionales e Internacionales en la materia” y en particular -afirman- “velamos por el respeto a la dignidad de las personas, la erradicación del trato degradante, no solo directo sino indirecto de quienes se hallan en situación de vulnerabilidad”.
