lunes. 29.04.2024

@Montagut | La apuesta por el ejercicio divulgativo de la Historia en los medios, y en nuestra opinión, tiene un objetivo claro, más allá del propiamente cultural, y tiene que ver con la necesidad de aportar materiales y análisis para fomentar el conocimiento y el debate en este país. No nos interesa especialmente el ejercicio diletante, sino considerar que la Historia, su conocimiento, y el debate sobre la misma son fundamentales no solamente para conocer el presente, sino, sobre todo, para construir un futuro distinto, dentro de los parámetros de la libertad y la igualdad, sin olvidar la tan denostada fraternidad.

Este país tiene necesidad de análisis historiográficos, de un conocimiento sereno pero intenso de la Historia, alejando mitologías, tergiversaciones, medias verdades, hechos sacados de contexto y para fines que nada tienen que ver, precisamente, con el conocimiento, sin olvidar que no hay una única Historia, sino distintas interpretaciones, pero profesionales. Estos males se dan en todos los lares, aunque parecen más frecuentes en los ámbitos conservadores, de la extrema derecha y de los nacionalistas sin Estado. Gran parte de los primeros viven en la casi permanente revisión de la Historia contemporánea desde un acusado maniqueísmo y menosprecio hacia las tendencias y planteamientos distintos, además de condenar la memoria democrática por considerar que es partidista, sin olvidar el ejercicio de restauración neofranquista, muy propio de los más extremos. Para los nacionalistas sin Estado, por su parte, parece que se hace necesario el periódico ejercicio del agravio, lleno de un profundo anacronismo, y para justificar reivindicaciones, supuestamente, nunca satisfechas.

Este país tiene necesidad de análisis historiográficos, de un conocimiento sereno pero intenso de la Historia, alejando mitologías, tergiversaciones, medias verdades

En todo caso, el pasado conservador hay también personajes, sugerencias, hechos y etapas en nuestro país y del ámbito internacional que pueden servir de inspiración para ayudar en la construcción de proyectos conservadores alejados del populismo neofascista y de las tentaciones autoritarias que están resurgiendo con intensa energía.

Pero también hay problemas en el ámbito de las izquierdas en relación con el asunto que aquí nos ocupa. En este ámbito parece que a algunos sectores no les interesa mucho la Historia, a lo sumo como complemento cultural, o simplemente se rescata para plantear glorias pasadas, lamentar dolores infringidos por otros y/o para defenderse de críticas o ataques ciertos o infundados. Pero para quienes buscan construir un futuro distinto y mejor se hace necesario conocer con detenimiento la intensa y extensa Historia de las izquierdas, de lo pensado, discutido y realizado aquí y fuera de aquí. Nos ofrece sugerencias, y estímulos para debatir, proporciona referentes, y nos ayuda a construir programas y formular ideas y propuestas, teniendo en cuenta los distintos contextos, y sobre la necesidad de no quedarse solamente con lo que consideramos como positivo.

La Historia es necesaria en este país, para encuadrar el pasado inmediato, pero, sobre todo, para la construcción de alternativas desde los distintos posicionamientos, por eso es fundamental para las derechas democráticas y para las izquierdas. Los proyectos no pueden construirse solamente con el análisis del presente, ahí está el pasado o los pasados necesarios.

Sobre la importancia de la Historia en los medios