viernes. 29.03.2024
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En el marco de la sociedad red se asiste a lo que algunos autores definen como una glamourización de la movilidad física; cuestión directamente relacionada con la posibilidad que brindan las redes sociales y las plataformas online de poder comunicar y compartir nuestros propios viajes

Hoy en día, las nuevas tecnologías permiten viajar permaneciendo constantemente conectados. Por otra parte, la finalidad de muchos de nuestros movimientos parece ser la de aumentar nuestras conexiones y, sobretodo, de comunicarlo a través de las redes sociales. El fenómeno de la geolocalización social, es decir, las nuevas formas de relaciones sociales surgidas gracias a la geolocalización, que permite socializar y compartir nuestra posición geográfica, ha contribuido, sin duda, a construir una valorización positiva de la hipermovilidad.

En el marco de la sociedad red se asiste a lo que algunos autores definen como una glamourización de la movilidad física; cuestión directamente relacionada con la posibilidad que brindan las redes sociales y las plataformas online de poder comunicar y compartir nuestros propios viajes y, así, generar y difundir representaciones asociadas a una necesidad social de movilidad permanente. De forma complementaría, el network capital, es decir, la capacidad de generar y sostener relaciones sociales con aquellas personas que no se encuentran próximas necesariamente, y que componen la propia red de contactos, está estrictamente vinculado a la posibilidad de viajar y generar situaciones de co-presencia. En este escenario es evidente que la falta de acceso a la movilidad genera todo tipo de fenómenos de desigualdad y exclusión social.

En línea con la tendencia a exaltar los beneficios sociales derivados del acceso a la movilidad, desde 2010 Facebook permite efectuar un check-in y comunicar de forma inmediata la localidad por la que se está transitando, invitando a los amigos a generar movimiento en torno a ello con likes y comentarios. El proceso de exposición de rasgos identitarios y elementos biográficos que le red social vehicula se enriquece, así, de una dimensión espacial, estableciendo una relación entre biografía y geografía. De este modo, cuanto más extensa es la dimensión territorial de cada individuo miembro de la comunidad, más amplio será su capital social.

Es lo que sostiene un estudio llevado a cabo por dos investigadores de la Lund University que, analizando un amplio corpus de conversaciones de 1000 usuarios de Facebook relacionadas con viajes y desplazamientos, muestra de qué manera esta red social fomenta entre sus miembros una valorización positiva de la movilidad; un estatus social deseable frente a la descualificación colectiva del sedentarismo.  

Mostrando los cambios de status de los usuarios y recopilando las fotos y los comentarios que aparecen relacionados con la función del check-in, los investigadores han analizado las “emociones” que se vinculaban a la movilidad en base al tono de las observaciones, las emoticones utilizadas, los signos de puntuación, etc. Se ha observado que las distancias recorridas, la frecuencia de los desplazamientos, la variedad de los medios de transportes utilizados y los sitios visitados suscitaban, entre los miembro de Facebook, reacciones de aprobación que podían representar en índices de status social en el seno de la comunidad.

Valores y estilos de vida cosmopolitas asumido por los usuarios, vivir en movimiento constante y un permanente no parar generan, además, según el estudio, sentimientos de competencia entre los miembros activados a través mecanismos de reputación que premian con más popularidad y visibilidad los usuarios que más check-in realizan en sitios diferentes.

La investigación sostiene, en conclusión, que la hipermovilidad y la hiperconectividad son percibidas entre los usuarios de las redes sociales como indicadores de un cierto status, de forma que son los mismos social networks los que ejercen una presión constante hacia la exhibición pública de tales estilos de vida “móviles”.

Si antes de la era de la hiperconectividad, el imperativo de los turistas se podía resumir en la figura cinematográfica del establishing shot, el plano general que situaba a los personajes frente a los monumentos simbólicos de un determinado destino, la hipermovilidad se representa con los selfies en espacios de tránsito, los nuevos no-lugares, marcadores de un movimiento continuo.

El estilo de vida flexible y nómada magnificado por los selfies de los viajeros en tránsito que caracteriza la identidad líquida definida por Bauman, deviene significante de capital social y de pertenecientica. Es inevitable que mantener y exponer continuamente en las redes sociales un estilo de vida hipermóvil conlleva consecuencias físicas y psicológicas socialmente silenciadas. Hay, por lo tanto, que identificar los límites de una presión constante hacia la hipermovilidad y la hiperconectividad, de forma que seamos capaces de mitigar los riesgos de exclusión social de aquellos que no tienen acceso al desplazamiento o están forzados a ello.

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Elsa Soro | Semióloga especializada en turismo e investigadora GRIT-Ostelea

Hipermoverse es glamuroso