viernes. 29.03.2024
heroes

Domingo de mediados de julio. Leo los periódicos digitales antes de bajar a la playa. De todas las noticias una me impacta de manera especial. Es una de esas que te gustaría la hubieran leído todas las personas que conoces. En este caso, con más razón, que la leyeran también las que no conoces, sobre todo aquellas que están en las antípodas de tus valores, los que presentan a los inmigrantes como un riesgo a combatir.         

La noticia está publicada en el diario digital Publico.es, con el titular: Así es la colonia senegalesa de A Coruña a la que pertenece el joven que intentó salvar a Samuel. Nos informa de la lección de vida, valentía y solidaridad que demostró Ibrahima Diack, el joven héroe senegalés, al intervenir y enfrentarse a la jauría humana que linchó a Samuel Luiz hasta matarlo a golpes y patadas. Ibrahima tiene 38 años, está en situación irregular a la espera de obtener los permisos de residencia y de trabajo en España. Llegó a nuestro país hace tres años, cruzando más de 4.000 kilómetros. En Marruecos se embarcó en una frágil barca de madera para llegar a Melilla con la esperanza de encontrar un empleo digno con el que poder mantenerse y ayudar a su familia en Senegal. Y, como tantos estafados por las mafias, la barca estaba en mal estado y con el doble de pasaje, iba a la deriva y salvó la vida al ser rescatado por la Cruz Roja.

Ibrahima recibió el apoyo de la ONG Ecodesarrollo-Gaia, que tiene un cuarto de siglo de historia en ayuda a los migrantes que llegan a la ciudad de A Coruña. Sobre el comportamiento de Ibrahima y sus compañeros africanos, Guillermo Obanza, fundador y coordinador de esta ONG, ha afirmado: “Son pacíficos y solidarios, no es extraño que fuera precisamente uno de ellos la única persona que intentó salvar a Samuel”. El comportamiento de Ibrahima fue heroico, no sólo porque, siendo extranjero, sin papeles y de raza negra, intentó ayudar a Samuel enfrentándose a un violento grupo de salvajes que acabaron matando a Samuel a golpes al grito de "¡maricón!", y que bien podían ser tan racistas como homófobos.

Seguro que esta noticia habrá incomodado al líder de VOX, Santiago Abascal, y a sus medios de comunicación afines, que la han silenciado porque pulveriza sus esfuerzos de relacionar a esas personas, que ellos califican de “ilegales”, con comportamientos negativos y delictivos en su discurso xenófobo, cuando en realidad nos dan un ejemplo de generosidad, solidaridad, valentía y sacrificio por los demás.

Y ahí están tantas noticias parecidas, llenas de heroicidad como la de Ibrahima. Como la que publicó la prensa de Euskadi el pasado 21 de junio con el titular: “Tres inmigrantes senegaleses y un policía salvan a un hombre en la ría de Bilbao”, por la que se informa que un hombre de 72 años se apoyó en la barandilla del puente que une el Casco Viejo y el barrio de San Francisco en Bilbao, cayendo a la ría. Mohamed Diouf no dudo en lanzarse al agua, acompañado por otros dos compatriotas senegaleses que consiguieron rescatarlo con vida.

O la publicada el 7 de julio de 2020 en la prensa de la región de Murcia con el titular: “Un inmigrante maliense salva la vida a una mujer enferma de alzheimer al trepar por la fachada”. Samba Coulibaly, que trabaja en un almacén, acudió sin pensárselo dos veces al rescate de una anciana septuagenaria que colgaba del balcón de un tercer piso. Samba, que no había escalado en su vida, consiguió encaramarse hasta la ventana a diez metros del suelo. Samba declaró: “había mucha gente debajo gritando ayuda. Yo sabia que los bomberos no llegaban y se iba a caer. Subí hasta el tercero a salvarla”. “Si me dices ahora que suba no puedo. Todavía no sé como he subido”. Samba tiene 44 años y hace 17 que reside en España. Él explicaba que la otra vez que tuvo que trepar, fue en la valla de Melilla, y lo hizo para encontrar una vida mejor.

O la noticia aparecida en los medios de comunicación de Málaga el 23 de julio del pasado año con el titular: “Dos inmigrantes salvan a una menor que se ahogaba en una playa de Marbella”, en la que se informaba que los gritos desesperados de una chica en el mar llamaron la atención de dos manteros que trabajaban en la playa de Marbella. Ellos, junto a un exjugador de waterpolo, se lanzaron al agua y la salvaron cuando se estaba ahogando a causa del cansancio y el fuerte oleaje. Pese a que ondeaba la bandera roja, la menor decidió meterse en el agua y, si no hubiera sido por estos tres héroes, hubiera muerto ahogada.

O como la publicada por la prensa de Alicante el 8 de diciembre de 2019 con el titular: “Un inmigrante «héroe anónimo» salva la vida a un enfermo en un incendio en casa y desaparece”. Nos explica que en Denia (Alicante) un inmigrante anónimo ha salvado la vida a un hombre enfermo con movilidad reducida a quien rescató cuando se quedó encerrado y casi inconsciente al incendiarse su casa. Mientras llegaban los servicios de emergencia, el joven inmigrante no dudó en jugársela y pudo descender por el balcón con el hombre herido a cuestas por una escalera de madera que trajo otro vecino. La noticia destacaba que a los vecinos que le ayudaron en la acción les gustaría agradecerle su intervención "in extremis", pero nadie sabe dónde está. Creen que el inmigrante es senegalés o marroquí y podría trabajar como vendedor ambulante.

Son unos ejemplos, entre tantos, de héroes solidarios, de héroes valientes, frente a los villanos que propagan noticias falsas, se inventan estadísticas, para avivar el miedo y el odio al diferente. Pero ganarán los héroes porque la inmensa mayoría estamos con ellos, al menos eso sería lo deseable.    

Héroes frente a villanos