sábado. 20.04.2024

Estoy escuchando mucho últimamente que mi generación y otras coetáneas debíamos haber hecho determinadas cosas que no hicimos y para los que nos lo dicen les he escrito esto...


Hacer lo que hay que hacer                                                                        

Hicimos lo que creímos que había que hacer y haciendo lo que creímos que había que hacer nos hicimos. El imperativo moral de hacer lo que hay que hacer nos lo dicta nuestro Super-yo que trabaja en la edificación de un objetivo ideal para todos.

Tal vez estas palabras os las digo para convencerme de haber hecho lo que había que hacer, de no haberme equivocado de acción.

Supone resistir a quienes aseguran que no hicimos lo que había que hacer, sin haber tenido ellos la posibilidad, por ausentes, de hacer lo que dicen que debíamos haber hecho.

Como quiera que quieren un paisaje que fuera resultado de haber hecho lo que dicen que había que hacer, y se han encontrado con un escenario que carece de lo que hubo que haber hecho, tendrán que hacer ellos lo que creen que hubo que haber hecho para cambiar el pasado. Tristes demiurgos de lo imposible, dedicarse a hacer lo que no hicieron los que debieron hacerlo; es como reparar la avería que llevo mi auto al desguace.

Mal designio histórico tener que hacer lo que dicen que otros no hicieron… Soy el resultado de todo esto, recordad esa vulgaridad que lo sitúa en mi ADN; no puedo desmantelar lo que hice creyendo hacer lo que había que hacer, sencillamente porque es imposible y lo moral no puede edificarse con imposibles.

Tenéis que hacer lo que hay que hacer para que en adelante podáis seguir haciéndolo y tras una acción continuada haciendo lo que hay que hacer llegará el día en que podáis decir que hicisteis lo que había que hacer. Pues la realidad será el resultado de esa acción.

Es amoral, como en las leyes a cumplir por los viajeros en el tiempo, ejecutar acciones que modifiquen el presente porque el pasado no se modela y solo se deja abordar con preguntas, ¿qué habría pasado si hubieran hecho lo que ahora algunos dicen que tenían que haber hecho?

Esta acción se constituye con sujetos inexistentes, queriendo accionarles como si fueran marionetas en un guiñol desaparecido. 

Y, ¿qué podemos decir de una generación que centra sus objetivos en hacer lo que en ese escenario desaparecido no se hizo y por tanto el primer capítulo consiste en resolver la pregunta: “qué tenemos que hacer para algún día poder decir que hicimos lo que otros debieron haber hecho pero no hicieron”?

Y así cuando concluyan se dirán: “hicimos lo que otros debieron haber hecho y no haciéndolo nos dejaron esta tarea ingrata de conseguir este escenario que es el resultado de hacer lo que no se hizo, esculpiendo una imagen inacabada de otro tiempo, por eso tendremos el gusto de concluir el mundo que otros no hicieron, pero eso sí, sin haber hecho nunca lo que había que haber hecho en nuestro tiempo, que gastamos como sombras del pasado a las órdenes del principio moral de hacer lo que otros debieron haber hecho.

Hacer lo que hay que hacer