martes. 16.04.2024
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Todos los días salen a informarnos sobre la evolución de la pandemia de coronavirus el Comité Técnico, que incluye a altos mandos del Estado mayor, de Defensa, de la Guardia Civil y de la Policía Nacional.

El lenguaje que se utiliza por el Gobierno es belicista, como de que estamos librando una guerra, una batalla contra el virus. Creo que es un error, y que lo que se pretende es presentarnos a los militares, como salvadores de la patria, cuando son los sanitarios los verdaderos protagonistas en nuestra salud. Y también quieren meternos el miedo en el cuerpo.

Si tanto les gusta hablar de “Guerra”, y “batalla”, podemos recordarles que hace más de 80 años, había una verdadera guerra en España, (1936-39) entre los defensores de la legalidad republicana, y su Constitución de 1931, y los rebeldes ayudados por la Alemania nazi y la Italia fascista, que querían tumbarla, los franquistas. Y lo consiguieron.

Se acabaron tantos coches, tantos aviones, tanto turismo masivo, tanta construcción de nuestra costa, tanta contaminación en las ciudades tanta globalización, y tanta desigualdad, a ver si aprendemos alguna vez que la Naturaleza es sagrada

También, durante esa guerra, hubo una grave epidemia de paludismo–malaria, desatada en los frentes de Madrid, que no llego a tener graves consecuencias, gracias a la rápida actuación del gobierno de la II República, que organizo unos hospitales y red de ambulancias, para que no se contagiara a la población de Madrid, todo un ejemplo a seguir, aunque al día de hoy no se reconociera dicha lucha antipalúdica y su éxito.

Hospital del Rey, creado en 1925, muy relacionado con el Opus Dei, dedicado desde el principio a las enfermedades infeccionas, estaba situado en el barrio de Chanmartin de la Rosa, y donde se cuidó de los milicianos infectados de la malaria. Ahora es un hospital, que dependen del Instituto Carlos III.

Hospital -enfermeria- de Valtierra, situado cerca del campo de batalla, disponía de casi 80 camas, y llego a tener a 1000 enfermos de malaria. Lo dirigía el doctor judío, Amram Amsalem. Tuvo que exilarse tras la Guerra Civil.

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Hospital de Carabineros, situado en la conocida Residencia de Estudiantes, en la Colina de los Chopos, dirigido por el eminente doctor Luis Calandre Ibañez, institucionista, subdelegado de la Junta Para Ampliacion de Estudios y que llego a tener 1500 enfermos de paludismo, con una mortandad muy baja. El tratamiento era c1con Atebrina y Plasnequina que se compraban a los laboratorios franceses de la casa Bayer, y Quinacrina y Plaequina, que se compraban a laboratorios alemanes.

Esto llama la atención, teniendo en cuenta que los alemanes nazis, apoyaban a los franquistas. Habrá que seguir investigando, pero como no lo haga yo, nadie lo hará. Calandre fue duramente represaliado, con multa, cárcel y depuración.

Opino que se necesita, más que darles publicidad a los militares, y las llamadas “fuerzas de seguridad“, dedicar el presupuesto de Defensa a la investigación, y asi cuando nos llegue una epidemia mortal, podamos defendernos, y por otro lado, todo lo que nos está ocurriendo (sobre todo en la Comunidad de Madrid, con una enorme cantidad de contagios y muertes, y que nadie nos ha explicado los motivos) sirva para cambiar el modelo productivo, actualmente basado en la destrucción de la naturaleza y sus recursos.

Se acabaron tantos coches, tantos aviones, tanto turismo masivo, tanta construcción de nuestra costa, tanta contaminación en las ciudades tanta globalización, y tanta desigualdad, a ver si aprendemos alguna vez que la Naturaleza es sagrada y tenemos que cuidarla, no destruirla, pues eso será nuestra desaparición como especie, camino por el que vamos, lo vemos por la que ha organizado un simple virus minúsculo, que todavía no sabemos si salió de algún laboratorio, o fue una simple venganza de la poderosa Naturaleza. 

No estamos en una guerra, estamos en un estado de emergencia sanitaria, por una...