viernes. 29.03.2024
NUEVATRIBUNA.ES / I.G.C. 16.03.2010

Gregorio Peces-Barba fue el encargado de inaugurar este martes el ciclo Democracia, Ciudadanía y Corrupción organizado por la Fundación Sindical de Estudios de Comisiones Obreras que se prolongará hasta el mes de mayo.

En su conferencia, bajo el título Ética y Derecho en el Estado moderno, el ponente de la Constitución Española de 1978 hizo una disertación histórica sobre la evolución del derecho y la política y la progresiva separación del Estado y la Iglesia hasta llegar a lo que calificó como el “humanismo laico” y la “secularización” de la vida pública.

Para el catedrático de Filosofía del Derecho de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Carlos III de Madrid el hecho de que los Estados no deban favorecer a ninguna Iglesia ni a ninguna ética religiosa no significa que el Estado no deba tener su propia moralidad, una moralidad que tiene que circunscribirse a la “ética de las instituciones y a los valores de las sociedades democráticas”. Esa ética pública es que la determina, según Peces-Barba, que no puedan cambiarse arbitrariamente los procedimientos democráticos, que tienen como principal puntal las elecciones por sufragio universal.

Jaime Cedrún, secretario de política institucional de CCOO de Madrid fue el encargado de hacer las presentaciones junto a la responsable de Estudios del sindicato, Mar Fernández, y en su intervención no olvidó mencionar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a la que reprochó “rebelarse con las cosas que no puede gestionar” y puso como ejemplo el IVA, la Ley de Dependencia, la ‘ley antitabaco’ o Educación para la Ciudadanía. Cedrún considera que la sociedad de hoy en día necesita un cambio desde el punto de vista económico y social ya que “la mentira se ha convertido en la principal arma política”, lo que está, en su opinión “prostituyendo las instituciones”.

Esa forma de “deteriorar la acción política” también fue puesta de manifiesto por Peces-Barba que advirtió de que los partidos “se pueden perder en los vericuetos de una acción no demasiado clara” y puso como ejemplo Madrid donde “Doña Esperanza diaboliza y ningunea a los sindicatos”, afirmó.

El padre de la Carta Magna consideró que la “reserva” de las “virtudes” de esa “ética pública preferible” está en los partidos de izquierda y en los sindicatos, representantes de “la clase trabajadora”, la única a su juicio capaz de preservar esos valores democráticos.

Gregorio Peces-Barba dice que Aguirre "diaboliza y ningunea a los sindicatos"