martes. 19.03.2024
f10
El general Sebastián Pozas en la batalla de Belchite

Nace en Zaragoza en el año 1876. Su familia era de tradición monárquica y conservadora. Ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza a los dieciséis años.

Su especialización le llevó al arma de caballería. Participó en la Guerra de Marruecos siendo joven, en donde tuvo una destacada actuación, consiguiendo varios ascensos por méritos de guerra.

Destacó, en el año 1923, durante su participación en la liberación de Tifaruin, acción por la fue condecorado con la Medalla Militar Individual. Ascendió al grado de general de brigada, en el año 1926, durante la dictadura del general Primo de Rivera.

Mandaba una de las brigadas pertenecientes a la IV División Orgánica con sede en Barcelona en el año 1934. Participó en el Tribunal Militar que juzgó a los militares que habían tomado parte en la proclamación del Estado Catalán en octubre del año 1934. El general Sebastián Pozas sentenció que aquellos oficiales y militares eran culpables de un delito de rebelión militar.


Vicente Rojo Lluch, el general republicano


El general Sebastián Pozas era la contrafigura del general Franco. Era un masón de ideología republicana que acabó afiliándose en el Partido Comunista de España y que carecía de la más mínima ambición política.

Tuvo una participación muy activa en conseguir que la rebelión militar no triunfara. Sebastián Pozas y Franco habían coincidido en África. Como dice el coronel de la Guardia Civil, Jesús Núñez: “Pozas era un militar a secas, un mando disciplinado que acataba sin pestañear las directrices del poder civil”.

El ministro de la Gobernación, Portela Valladares le nombra Director General de la Guardia Civil, en febrero del año 1936, teniendo bajo su mando a más de 35.000 hombres.

Cuando el general Sebastián Pozas es nombrado director de la Guardia Civil tenía ya sesenta años. Pozas era consciente, que se preparaba una insurrección militar e intento conseguir que la guardia civil se mantuviera fiel al legítimo gobierno republicano.

Para conseguir esta fidelidad de la guardia civil, el historiador, coronel de la guardia civil, Jesús Núñez, dice que: “desarrolló una desenfrenada políticas de cambios de destino forzosos de los mando del cuerpo, con el fin de que no tuvieran tiempo ni ocasión de contaminarse de las ideas golpista de la mayoría de los jefes militares de sus plazas militares”.

f9Frente Republicano en la Batalla de la Ciudad Universitaria, Madrid, 1936

Entre febrero a julio del año 1936, 26 coroneles fueron trasladados de unidad. Lo mismo sucedió con 68 de los 74 tenientes coroneles, otro tanto con 99 de los 124 comandantes y 206 de los 318 capitanes que había en la guardia civil.

Les recomiendo la lectura de mi artículo “El asesinato del Comandante de la Guardia Civil, José Rodríguez-Medel Briones, Pamplona, 1936”, en el cual se cuenta el asesinato del comandante de la Guardia Civil, Rodríguez Medel, por orden del general Emilio Mola. Rodríguez Medel fue uno de los cambios que llevó a cabo el general Sebastián Pozas. Historia tremendamente esclarecedora de la política desarrollada por los golpistas militares.

Como vemos, el general Pozas no escatimó esfuerzos en asegurar la fidelidad de la guardia civil al gobierno republicano. Llamó por teléfono a todos los mandos, uno por uno, en todas las comandancias, para recordarles que debían defender el poder legalmente constituido.


Antonio Pérez del Hierro, el traidor español


En la noche del domingo, dieciséis de febrero del año 1936, después de anunciarse la victoria del Frente Popular en las elecciones, el general Franco, que era jefe del Estado Mayor del ejército, se comunica telefónicamente con el general Sebastián Pozas.

Franco advierte al general de los posibles desórdenes que se puedan producir en las calles después de la victoria del Frente Popular. Éste le tranquiliza. El objetivo de Franco es claro, intentaba sondear al director de la Guardia Civil, para que, una vez llegado el momento, ésta estuviera al lado del ejército para anular los resultados electorales, al mismo tiempo, que le anima a que se declare el estado de guerra.

f8Soldados republicanos en el frente de la Ciudad Universitaria, Madrid, 1936

En los momentos previos e inmediatamente posteriores al golpe militar, la fidelidad de Pozas hacia el gobierno republicano es total. Tiene una considerable influencia en el gobierno republicano.

El general Sebastián Pozas finalmente se negó a secundar la intentona militar, al igual que también lo hizo el Director General de Seguridad, el general, Miguel Núñez de Prado. Su fidelidad permitió una transferencia de poder pacífica del gobierno al Frente Popular.

ESTALLA LA GUERRA CIVIL


La Desbandada de Málaga: la masacre de los franquistas


Sebastián Pozas fue uno de los militares profesionales más capacitados del bando republicano durante toda la contienda. Estuvo al mando del ejército fiel a la República y participó en gran parte de los frentes de batalla y fue el responsable, como hemos comprobado, de que gran parte de la Guardia Civil permaneciera junto a la República en los primeros momentos del alzamiento militar.

f7El historiador Jorge Martínez Reverte escribió el libro “La batalla de Madrid” y en el relata que “Pozas es un nombre clave en la resistencia a la sublevación. A él se debe que la mitad del cuerpo permaneciera leal a la República. Pozas fue uno de los miles de españoles que vivieron situaciones desgarradoras. Su hermano menor, el teniente coronel de infantería, Gabriel Pozas, se unió a los sublevados el diecisiete de julio en Pamplona y fue ayudante del general Mola. Los dos hermanos están frente a frente en la sangrienta batalla de Madrid”.

El historiador Michael Alpert en su libro “El ejército republicano en la Guerra Civil” dice: “La mayoría de los generales no eran leales a la República. O más bien al gobierno frentepopulista”. Formaban un conjunto de generales como Martínez Monge, Gámir, Miaja, Pozas, Cabrera y Bernal que como curiosidad todos ellos superaban los sesenta años de edad.

Cuando se produce la sublevación del dieciocho de julio del año 1936, que está en el origen de la guerra civil, el general Sebastián Pozas se situó en defensa de la legalidad constitucional, exhortando a las fuerzas a sus órdenes a que cumpliesen “con absoluta lealtad el precepto reglamentario de permanecer fieles a su deber por el honor de la Institución”.


Teruel, el 'pequeño Stalingrado' español


En los primeros días de la guerra civil, los franquistas acusan al general Sebastián Pozas de haber enviado un telegrama al primer jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva en la que decía lo siguiente: “Salga para Sevilla columna Guardia Civil, Asalto y Mineros. Sofoque rebeldía como sea. Incendien templos. Violen mujeres sinvergüenzas fascistas y destruyan la ciudad con dinamita”.

f6Esta acusación se hace sin presentar prueba alguna por parte de los franquistas, es decir, es completamente falsa. Es una muestra más de intentar desprestigiar a la II República ante la opinión internacional y en este caso se emplea a uno de sus generales más importantes, dando unas órdenes que nunca las daría.

Es nombrado ministro de la Gobernación en el gobierno de José Giral, el diecinueve de julio. El general Sebastián Pozas sigue manteniendo el mando sobre la Guardia Civil e introduce una serie de cambios en el funcionamiento de este cuerpo armado.

Da la orden para que se distribuya armamento entre la población civil, para que así puedan defender a la II República. Durante su mandato, se cambió el nombre de la Guardia Civil, que pasó a llamarse Guardia Nacional Republicana por decreto del veintinueve de agosto de 1936.

Algunos historiadores no valoran positivamente su actuación al frente del ministerio de la Gobernación. Es sustituido en dicho Ministerio por Ángel Galarza Gago, el seis de septiembre del año 1936.

f5Ordena la militarización de las milicias, el treinta de septiembre, y el diez de octubre, Pozas dirige la creación de las seis primeras brigadas mixtas que entran en combate inmediatamente.

El gobierno republicano sale de Madrid y se instala en Valencia. Los franquistas alcanzan la línea defensiva de Retamares - Carabanchel - Villaverde.

El historiador, Manuel Tuñón de Lara en su libro “La guerra civil española, cincuenta años después” señala el descontrol y la confusión que se vive en los frentes de batalla en aquellos inicios de la guerra civil. Esto lo basa en que el presidente del gobierno antes de salir de Madrid, deja dos sobres lacrados con órdenes para sus generales Miaja y Pozas, pero las órdenes contenidas en la carta de Miaja son entregas a Pozas y la otra carta al otro general.

Al general Sebastián Pozas se le encomienda dirigir el repliegue de tropas, en caso de que caiga Madrid, hacia Cuenca. Al general Miaja se le ordena que Madrid resista hasta las últimas consecuencias.

Los asesores soviéticos no dejan de protestar durante las operaciones militares por la descoordinación entre las columnas de caballería soviética y las unidades de infantería mandadas por Pozas. Los soviéticos consideran al general Pozas un incompetente.

f4El cinco de octubre de 1936, se hace cargo de la I División Orgánica y es nombrado presidente de la Junta de Defensa de Madrid, lo que supone su nombramiento como jefe del ejército del centro quedando bajo su jurisdicción militar. El veintitrés de octubre del mismo año deja el mando de la I División al general Miaja y toma el mando del Teatro de Operaciones del Centro.

Ante el avance de las tropas nacionales hacia Madrid, Sebastián Pozas se va distanciando cada vez del presidente d Gobierno, el socialista Largo Caballero. Los generales Pozas y Miaja se niegan a entrevistarse en Valencia con el presidente del gobierno, alegando que la grave situación militar de la capital impide que abandonen sus puestos de combate.

Organizó el ataque a Seseña a finales de octubre, que no logró detener el avance franquista hacia Madrid. El seis de noviembre, con la salida del Gobierno de la capital, Sebastián Pozas entrega el mando de la defensa de la ciudad y de la Junta de Defensa al general Miaja.

El general Sebastián Pozas prepara la batalla del Jarama, diseñando la ofensiva republicana. El general Martínez Cabrera que dirigía el Estado Mayor del Centro planea un avance, que partiendo del sector del Jarama debe cortar las comunicaciones del ejército franquista entre Toledo y el frente de Madrid.

La operación fue realizada por el general Sebastián Pozas que se complementaría con un ataque hacia Navalcarnero y Brunete que estaría dirigida por el general Miaja. El general Pozas también participa en la batalla de Guadalajara.

f3Durante la batalla del Jarama, el general Sebastián Pozas y el general Miaja tuvieron serias diferencias en cuanto a la dirección de las operaciones.

Se producen graves enfrentamientos en Barcelona en mayo del año 1937 entre diversas fuerzas republicanas. El Partido Comunista de España presiona al presidente del gobierno, Largo Caballero para que nombre a Sebastián Pozas como jefe militar de Cataluña, al mismo tiempo que ordena que se envíen a varios miles de guardias de salto a Cataluña para dominar la revuelta provocada por los anarquistas y los estalinistas.

Otra de las misiones que tenía el general Sebastián Pozas en Cataluña es el control de todos los servicios de Orden Público de la Generalitat, pues era el jefe de la Cuarta división orgánica, que se encontraba desplegada en el frente de Aragón.

Con su nombramiento se sustituye al general José Aranguren Roldán, con la misión de restaurar el orden público en Cataluña y hacerse cargo del ejército en Cataluña.

Una de sus primeras medidas fue reorganizar al Ejército de Cataluña y reorganizarlo como ejército del Este, con lo que pasaba a depender directamente del Gobierno central y no de la Generalitat de Cataluña.

Se le encarga terminar con el sistema anarquista implantado en Aragón desde julio del año 1936. Disuelve el Consejo Regional de Defensa de Aragón. Además, reorganiza las antiguas columnas situadas a lo largo del Frente de Aragón, que se militarizaron e integraron en la estructura del Ejército republicano.

f2

El general Sebastián Pozas dirige una ofensiva contra la ciudad de Huesca en el mes de junio que resultó un fracaso. Posteriormente, dirigió la ofensiva contra la ciudad de Zaragoza, que acabó siendo otro fracaso excepto por la conquista de Belchite. Participa en la liquidación de las colectividades anarcosindicalistas.

Las ofensivas en Aragón buscaban sobre todo aliviar la presión franquista sobre el Frente Norte, objetivo que no lograron. A raíz de este último fracaso, el Ministro de Defensa Nacional, el socialista Indalecio Prieto envió un telegrama al general Pozas en el que le decía:

“Tantas fuerzas para tomar cuatro o cinco pueblos no satisfacen ni al Ministerio de Defensa ni a nadie”.

Cuando en marzo de 1938 se produce la gran ofensiva franquista sobre Aragón, su ejército es completamente desbordado y en unas semanas queda prácticamente destruido. Incapaz de hacer frente a la avalancha de las tropas franquistas, el treinta de marzo de marzo, es destituido y sustituido por el Teniente Coronel, Perea.

f1El tremendo fracaso de Pozas durante la Campaña de Aragón, que mostró la poca preparación del ejército del Este, hizo que Prieto y Negrín lo retirasen de los mandos militares de primer orden.

El final de la guerra y el Exilio

Hacia el final de la guerra fue nombrado Comandante militar de Gerona, y posteriormente de la ciudad de Figueras en la misma provincia, puestos militares totalmente secundarios.

Al ser ocupada Cataluña por las tropas franquista, se exilió primero en Francia, marchando luego a México. Llegó a formar parte de la organización Acción Republicana Española en el exilio mexicano, siendo miembro de su Junta Central junto a otros antiguos militares y políticos republicanos. Falleció en el año 1946.

Como dato curioso, Sebastián Pozas tenía un hermano militar, el Teniente Coronel Gabriel Pozas Perea, que era ayudante del general golpista Emilio Mola y que se unió a los sublevados tras el estallido de la contienda. Gabriel falleció en el mismo accidente aéreo en que pereció el general Mola, en la población burgalesa de Alcocero, el tres de junio del año 1937.


BIBLIOGRAFÍA

Alonso García, Héctor. “El Coronel Puigdendolas y la Batalla de Badajoz”. 2014. Publicaciones de la Universidad de Valencia. 
Alonso Montalbán, María Luisa. “Luz para el olvido”. 2014. De Buena Tinta: Madrid.
Alpert, Michael. “El Ejército Republicano en la Guerra Civil”. 1989. Siglo XXI de España, Madrid.
Beevor, Antony. “The Battle for Spain. The Spanish Civil War, 1936-1939”. 2006. Penguin Books: Londres.
Cabanellas, Guillermo. “Cuatro generales, Volumen 2”. 1977. Editorial Planeta.
Cardona, Gabriel. “La batalla de Madrid, Volumen 1”. 1986. Historia 16: Madrid.
Casanova, Julián. “República y Guerra Civil. Vol. 8 de la Historia de España”. 2007. Crítica/Marcial Pons. Barcelona.
Engel Masoliver, Carlos. “Historia de las Brigadas Mixtas del Ejército Popular de la República”. 1999. Almena. Madrid.
Heine, Hartmut.. “La oposición política al franquismo. De 1939 a 1952”. 1983. Crítica. Barcelona.
Landis, Arthur H. “Spain! The Unfinished Revolution”. 1975. International Publishers. Nueva York.
Martínez Bande, José Manuel. “La Gran Ofensiva Sobre Zaragoza”. 1973. Librería Editorial San Martín. Madrid.
Romero Salvadó, Francisco J. “Historical Dictionary of the Spanish Civil War”. 2013. Scarecrow Press. Plymouth.
Salas Larrazábal, Ramón. “Historia del Ejército Popular de la República”. 2001. La Esfera de los Libros S.L. 
Thomas Hugh. “Historia de la Guerra Civil Española”. 1976. Círculo de Lectores, Barcelona. 
Thomas, Hugh. “The Spanish Civil War”. 2001. Penguin Books. Londres.

El general republicano Sebastián Pozas Perea