viernes. 19.04.2024
María Lejárraga
María Lejárraga

En memoria de María Lejárraga, escritora, socialista, republicana y feminista abolicionista


Tras las manifestaciones del 8 de marzo día internacional de la mujer trabajadora instituido por la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en 1910, que ya en 1906 había decidido luchar por el voto femenino por parte de todo el movimiento socialista internacional, es imprescindible hacer una reflexión y una reconvención profunda de la situación que vivimos. Sobre todo que la viven las mujeres ante el repunte del machismo autoritario y las nuevas teorías neoliberales que les niegan su ser, su esencia, su explotación y su sufrimiento como mujeres, también en beneficio de los hombres.

Corresponde a las feministas orientar su debate y alcanzar sus objetivos con el acompañamiento solidario de hombres por la igualdad. Pero en este acompañamiento ruego se me permita una reflexión breve y clara.

En primer lugar ser mujer es mucho más que un sentimiento, es la opresión de siglos de más de la mitad de la población mundial por causa de su sexo y su capacidad reproductora. Es la doble explotación, capitalista y patriarcal y la violencia tolerada de siglos de violaciones y asesinatos en guerras, en las calles, los tajos, los campos de concentración o en el hogar.

Ser mujer es mucho más que un sentimiento, es la opresión de siglos de más de la mitad de la población mundial por causa de su sexo y su capacidad reproductora

En segundo lugar no existe nuevo y viejo feminismo, feminismo solo hay uno y en el últimamente con demasiada frecuencia se están olvidando adrede las referencias de clase, de liberación de clase y de la izquierda obrera y socialista. Es hora de recordar la labor y obra de Flora Tristan, Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin, Alejandra Kollontay o María Lejárraga. Todas ellas tenían muy clara que la prostitución es la más abyecta forma de esclavitud. La falta de referencias hace que el mal llamado nuevo feminismo por falta de modelos absorba las nuevas teorías culturales neoliberales y globalistas sin saberlo, o sabiéndolo, porque los que están en ello si lo saben.

En tercer lugar el feminismo en el estado español está siendo roto por parte del gobierno de coalición progresista. A Podemos se le han dado juguetes legales y a cambio Pedro Sánchez controla toda la economía, los asuntos exteriores, la defensa o lo “importante” mientras ya millones de mujeres, también hombres caminan hacia la pobreza, vuelven a ser desahuciados, comer mal se suben las hipotecas y la energía escandalosamente. La pobreza se incrementa de forma exponencial. Mientras que la corona, corrupta, autoritaria y confesional, no es cuestionada.

En tercer lugar a la hora de encontrar un referente común y un cemento imprescindible es necesario volver a tener una causa común. El referente puede y en mi humilde opinión, debe volver a ser la República, la República de las mujeres como lo fue la II República.

La falta de referencias hace que el mal llamado nuevo feminismo por falta de modelos absorba las nuevas teorías culturales neoliberales y globalistas

Nunca se alcanzaron tantas metas y tan importantes como en la II República, que no solo consiguió el voto para las mujeres, fue mucho más. Desde el divorcio al aborto en 1937 con Federica Montseny en el gobierno Largo Caballero, pasando por el total acceso a la política, la cultura, educación y la igualdad a pesar de los tiempos.

Para superar esta situación vamos a lanzar dos ideas, la primera es que la forma de acabar con esta situación de retroceso democrático es necesaria la República como forma de seguir avanzando hacia la igualdad.

La segunda idea es muy clara también, vamos a hacer política porque al no hacerla otras y otros la hacen y lo que es peor, la hacen en nuestro nombre. Hacer campaña electoral contra el gobierno estando en el gobierno, es tener mucha cara y una burla, ya sea por parte un socio u otro. Hay que hacer oposición política desde un lugar de encuentro común, hay que hacer política buscando la igualdad, la dignidad, el pan, la paz y el techo con los referentes que nos ayuden a construir igualdad.

El feminismo en la tienda. Ni se compra, ni se vende