jueves. 18.04.2024
amianto
Foto: National Geographic

Vaya por delante que el análisis y la metodología de la ciencia y sus aplicaciones nos han permitido avances fundamentales en el terreno de la mejora de las condiciones de trabajo y la salud de los trabajadores. Igualmente, las religiones han afrontado de forma positiva la asistencia en el duelo, la ayuda solidaria y el consuelo para aliviar el sufrimiento a las victimas y a sus familiares y amigos. Evidentemente se trata de distintas formas de actuar frente al problema. 

  1. Médicos y jueces
  2. La religión como opio del pueblo
  3. El trabajador como sujeto activo de su salud

Sin embargo, en algunos aspectos claves tanto la ciencia como la religión se han puesto de parte de las fuerzas del mal. Para que nos entendamos vamos a poner ejemplos conocidos.

Médicos y jueces

Durante muchos años, a pesar de que había evidencia médica de que la exposición a polvo de amianto era una causa probable de cánceres que afectaban a diversos órganos y en algunos casos como el mesotelioma pulmonar era causa exclusiva, la mayoría de los médicos especialistas derivaron las causas hacia otros carcinógenos como el tabaco para evitar que los Empresarios, las Mutuas, las instituciones, el sistema económico y judicial se vieran implicados; y utilizaban, con base falsamente científica, el socorrido argumento de la culpabilización de la víctima [1]. Se refugiaban en la obligatoriedad de la certeza absoluta de la causa, y debiendo ser la única para ser considerada enfermedad profesional además de otros requisitos, no aceptaban concausas, y se reclamaban del rigor de la ciencia como sus guardianes indisputables e infalibles. 

El respaldo para el empresario fue “el rigor científico” de los médicos y “el rigor jurídico” de los jueces. El médico Rudolf Virchow fue mucho más humilde al valorar el papel de la medicina para la sociedad y consideró mucho más importantes a las condiciones de vida para la salud. Durante años esos filtros dieron, y dan, un resultado extraordinario para los empresarios y las consecuencias las pagó y las paga el Sistema Nacional de Salud, que se ha hecho cargo durante años de prestaciones sanitarias y económicas que no les correspondían pero que aceptan estoicamente a favor del empresario. Es una forma de asignar recursos públicos a consecuencias de actividades empresariales. Así ha sucedido con múltiples enfermedades profesionales. De ahí el impresionante infraregistro en nuestro país de las Enfermedades Profesionales en comparación con países de nuestro entorno.

Para los que pidan evidencias médicas tienen a su disposición los archivos del Instituto Nacional de Medicina y Seguridad del Trabajo, las investigaciones sobre el tema del Catedrático de Historia de la Ciencia y de la Medicina de la Universidad de Granada, Alfredo Menéndez Navarro, los trabajos de la Epidemióloga del Ministerio de Sanidad Monserrat García Gómez, los trabajos de Ángel Cárcoba en CC.OO., los archivos del trabajador Paco Puche y de distintas Asociaciones de Afectados por el Amianto. Pueden recurrir también a los archivos de las MATEPSS en los que constan los rechazos y a numerosa bibliografía médica y jurídica sobre el tema.

La religión como opio del pueblo

En cuanto a la religión, funcionan, en una combinación mística de la aceptación del sufrimiento, el dolor [2] y consuelo, los milagros y la protección del santo Patrón y de variadas Vírgenes. La Virgen del Perpetuo Socorro fue acogida por las empresas del Seguro y durante años de sindicalismo vertical fue la Fiesta del sector y día no laborable. Su misión era proteger a todos los asegurados, que, unido a las primas correspondientes y la indemnización, resarcían de pérdidas a asegurados y beneficiarios. 

La religión ofrece protección, por medio de estampas religiosas [3], y salvadora, a partir de misas y funerales que abrían las puertas de Cielo. El enfrentamiento mágico con el problema nos impide conocer las verdaderas causas. Consolar alivia el dolor, pero no elimina las causas. 

Hermandades y Cofradías [4], con raíces históricas y amplia presencia en el mundo rural y de los oficios, abarcan la protección de todas las profesiones, incluidos Doctores y Licenciados. Tiene un evidente componente religioso y cada una tiene devoción a su Santo o Virgen protectores, a los que se pide fervorosamente intercesión para evitar las desgracias en el trabajo. Pero -al César lo que es del César- incorporan económicamente la mutualidad ante la pérdida material, a través de una cuota y se combinan con actividades religiosas públicas procesionales y lucrativas como es el caso de la Compañías de seguros de decesos constituidas ad hoc.

El cientificismo, utilizado interesadamente por el poder como dogmatismo soberbio e irracional y la religión, utilizada como evasión, han perjudicado seriamente las condiciones de vida de los trabajadores

Aunque han existido pronunciamientos de la Iglesia sobre los accidentes de trabajo, denunciando sus consecuencias, la mayoría de las veces no se han denunciado con firmeza las causas últimas. La religión ha actuado de adormidera y ha derivado la solución hacia la superstición, la oración y la protección divina, cuando no hacia la represión a favor del poder establecido. En el caso de las corrientes católicas en el seno de la patronal su objetivo ha sido eliminar y sustituir a los sindicatos de clase y fomentar sistemas paternalistas. Es el caso del Marqués de Comillas, fundador y presidente durante años de Acción Católica y abanderado del ultracatolicismo más antiobrero en el período de la cuestión social [5]. La Doctrina social de la Iglesia entró en la cuestión social con su Enciclica Rerum Novarum y pretendió ser una respuesta ante el ascenso de las ideas socialistas en el movimiento obrero y en los partidos políticos. La inmensa mayoría de los empresarios apoyaron la posición de la jerarquía eclesiástica y se sintieron apoyados por ella. Lo cual alejó más aún a la mayoría de los trabajadores de la doctrina social de la Iglesia.

El trabajador como sujeto activo de su salud

Las Sociedades de Socorros Mutuos nacieron como respuesta natural, a la vez que reivindicativa y de lucha, para soluciones reales desde el naciente movimiento obrero. Hoy, con la exclusión del trabajador como sujeto activo en las políticas de su propia salud, éste ha pasado a ser objeto sobre el que deciden y manipulan sus enemigos y se ha trasladado el protagonismo al conocimiento experto. Ellos deciden lo que nos sucede, por qué y cómo solucionarlo. Todo ello sin haber trabajado ni una hora en nuestro puesto. Nos han puesto a la zorra al cuidado de las gallinas.

El cientificismo, utilizado interesadamente por el poder como dogmatismo soberbio e irracional y la religión, utilizada como evasión, han perjudicado seriamente las condiciones de vida de los trabajadores.


[1] MONTIEL, Luis y PORRAS, Isabel (Coordinadores). De la Responsabilidad Individual a la Culpabilización de la Víctima. El paciente en la prevención de la enfermedad. DOCE CALLES
[2] LLACUNA MORERA, Jaume. Cultura de Prevención, cultura del dolor e historia. ERGA Noticias nº 72. 2002
[3] Estampas votivas en Conventos de Italia en Tra iconografía votiva e simbología di sicurezza. INAIL
[4] RUMEU DE ARMAS, Antonio. Historia de la Previsión Social en España. Cofradías, Gremios, Hermandades. Montepíos. 1944
[5] Claudio López Bru, también conocido por su título nobiliario de marqués de Comillas (Barcelona, 14 de mayo de 1853-Madrid, 18 de abril de 1925), fue un empresario y filántropo español. Conspicuo cabecilla del sector más radical del conservadurismo tradicionalista, instigó la lucha contra el movimiento obrero, tanto mediante medidas de paternalismo social dirigidas a los trabajadores como mediante la promoción de milicias armadas.[1]​ Su fortuna se debe, entre otras actividades, a la trata de esclavos, legal en aquellos tiempos. WIKIPEDIA.

Falsas prácticas científicas y religiosas en salud laboral