viernes. 19.04.2024
CCOO Foto Carmen Barrios
Santi Bengoa a la derecha, junto a Antonio Gutiérrez y Carlos Mata. (Foto: Carmen Barrios)

Ayer, a los 66 años, se nos fue Santi Bengoa, un sindicalista por los cuatro costados. Un hombre leal a las siglas de su sindicato y a sí mismo. Y por ello, por su lealtad, una persona con criterio propio que vivió decepciones y sinsabores en un tiempo complicado. Un sindicalista que supo volver a su empresa a embalar cajas tras doce años como secretario general de las Comisiones Obreras de Euskadi. Más allá de su carácter íntimo, dos asuntos tuvo muy claros: la independencia de CCOO de partidos políticos y estar en la vanguardia por la paz, contra el terrorismo.

En octubre de 1990 Bengoa era secretario general de CCOO de Euskadi y Antonio Gutiérrez lo era de la Confederación Sindical de CCOO. Eran días de elecciones sindicales en un tiempo en que éstas se realizaban en un periodo concreto y cerrado. “La eficacia día a día” fue el lema de las Comisiones Obreras en aquel proceso.

Y fue en esos días cuando conocí a Bengoa en Bilbao, entonces una de las ciudades más feas del mundo, hoy la más bella. Como responsable de la sección de Economía de Mundo Obrero marché a la capital del mundo, acompañado de Carmen Barrios, que inmortalizó esas jornadas con su cámara. Anduvimos por aquellos Altos Hornos en declive y por mil lugares más en una Euskadi muy marcada también por la violencia.

Santi Bengoa llegó a la secretaría general de las Comisiones Obreras de Euskadi dos años antes, con los aires renovadores alentados por Antonio Gutiérrez. Unos aires que no deberían olvidarse porque son parte fundamental de CCOO para continuar siendo una herramienta útil a la clase trabajadora.

Vivió Santi las Comisiones Obreras de la clandestinidad. Tanto es así que el destino ha querido que nos haya dejado recién conmemorado el aniversario de la Asamblea de Barcelona del 11 de julio de  1976, donde participó. Aquella Asamblea la recordaba en este mismo medio Juan Moreno el 14 de julio de 2016, donde recordaba que “después de que, en abril de 1976, se celebrara el congreso de la UGT, con autorización gubernamental, COOO solicitó permiso para reunir, también en Madrid, una Asamblea General en la que participarían unos 2.000 delegados. Los días señalados eran el 27, 28 y 29 de junio. Pero el permiso fue denegado por Fraga Iribarne, vicepresidente del Gobierno y ministro de la Gobernación”. De aquella asamblea clandestina saldría el primer carnet del sindicato.

No era amante Bengoa de andar saliendo en fotos, pero deja un importante legado con dos pilares: independencia del sindicato y defensa de la paz. En el primer caso tuvo que bregar con el histórico cainismo de la izquierda, como él relataba en una entrevista, basado en “magnificar la diferencia para justificar la posición de cada uno”.

Su defensa de la paz siempre fue medular, también recordaba como “después de la amnistía asesinaron a una brigada en Vitoria y los únicos que salimos a la calle fuimos gente de las Comisiones Obreras y del PCE, una cuadrilla. Pensamos que era incompatible con la democracia y nos miraron como a bichos raros”. Una defensa contra el terrorismo que tuvo un mayor punto de inflexión tras el asesinato de José Luis López de la Calle, fundador de CCOO.

Decía Bengoa de José Luis López que era un hombre comprometido por la izquierda y no podía verse como un asesinato más, “se ponía en evidencia lo que decía que primero matan al empresario, luego al guardia civil y luego a los trabajadores. Tomamos la decisión de encabezar la marcha de Andoain. Tuvimos una bronca por una pancarta de ETA en mitad de la marcha. Eso marcó al sindicato”.

Sus palabras de sindicalista al dejar su cargo en las Comisiones Obreras de Euskadi deben resonar en cualquier lugar en que exista el terrorismo: “No somos un partido político ni un movimiento pacifista. Nuestra razón de ser es el sindicalismo, pero el terrorismo pone en juego la libertad, que es el aire que necesitamos para poder hacer sindicalismo”.

En 2014, como patrono de la Fundación Buesa, seguía comprometido con la paz y la palabra: “a quienes damos ese valor a la palabra, nos ha resultado siempre indignante el discurso de ETA y su entorno, que siempre la han utilizado para crear división, buscar la fragmentación social y ofertar supuestas patrias liberadas con ciudadanos de primera y de segunda, con ciudadanos sin derechos. Todo ello para justificar la destrucción de vidas y valores”.

La vida no es injusta, son las personas quienes la hacen injusta. Santi Bengoa fue un tipo justo, un hombre de paz. Mari Cruz, su compañera en la vida y en las luchas; y Jone, su hija, saben que son ríos de gentes quienes están con ellas y con el legado de Santi.

Se nos fue Santi Bengoa, un hombre de paz