viernes. 19.04.2024
cañada real

Un estudio de la Universitat de València concluye que en los vecindarios socioeconómicamente desfavorecidos el riesgo de la violencia machista y el tiempo en el que este riesgo puede perdurar es mayor que en otros vecindarios.

Ha sido un equipo de investigación liderado por el catedrático de Psicología Social Enrique Gracia el que ha elaborado este estudio sobre el riesgo crónico de la violencia de género en vecindarios desfavorecidos. El estudio ha comprendido un período de ocho años y se ha centrado en los diferentes vecindarios de Valencia (como medida de los vecindarios se utilizaron 552 sectores censales de la ciudad). La investigación se publica este mes de julio en la revista científica Preventive Medicine.

En el estudio ‘Alto riesgo crónico de violencia de género en vecindarios desfavorecidos: un estudio espacio-temporal de ocho años’ se observó que el riesgo de violencia de género en algunas áreas de la ciudad llegaba a ser casi cuatro veces superior al promedio de la ciudad.

El estudio mostraba además que en barrios desfavorecidos (caracterizados por niveles bajos de ingresos y educación, por altos niveles de inestabilidad residencial y altos niveles de criminalidad) el riesgo de violencia de género no solo era mayor, sino que este riesgo persistía durante los ocho años analizados (2011-2018).

“Este estudio ilustra de forma metodológicamente rigurosa la idea de que los factores de riesgo que caracterizan a los vecindarios desfavorecidos constituyen no solo un importante determinante del riesgo de violencia de género, sino también de la persistencia de ese riesgo en el tiempo”, explica Enrique Gracia.

Según la investigación que lidera Enrique Gracia estos factores de riesgo en los vecindarios debilitan los vínculos sociales y la confianza entre personas vecinas (cohesión social), reduciendo así la capacidad de la comunidad para la acción colectiva y el control social informal (eficacia colectiva) de la violencia, incluida la violencia de género.

Los vecindarios más desfavorecidos socialmente pueden aislarse de los valores y normas ampliamente compartidos en la sociedad con respecto a la violencia –por ejemplo la desaprobación de la violencia en las relaciones íntimas–, y esto puede llevar a la emergencia de normas sociales y valores que facilitan la violencia de género – como mayor aceptabilidad y tolerancia de la violencia, o normas de no intervención- señala la investigación.

Los autores del estudio consideran que desde el punto de vista de sus implicaciones para la prevención de la violencia de género, "este estudio proporciona una herramienta práctica para la detección de patrones espacio-temporales del riesgo de violencia de género, no solo de la estabilidad de los riesgos altos o bajos en distintas áreas de la ciudad, sino también de las áreas donde se produce un incremento o reducción del riesgo".

"La capacidad para detectar estos patrones espaciales y temporales tiene importantes implicaciones para las políticas públicas de prevención de la violencia de género, puesto que esta información puede utilizarse para detectar y reducir el riesgo y la persistencia de ese riesgo en el tiempo en vecindarios de alto riesgo. Este marco analítico permitiría, en este sentido, evaluar la efectividad de las políticas de prevención en la reducción de la violencia de género", añaden. 

Un estudio vincula los vecindarios más desfavorecidos con violencia machista