jueves. 18.04.2024

En los primeros días de este mes de abril han sido asesinadas tres mujeres. Ninguno de estos asesinatos fue primera, segunda o tercera noticia en los medios de comunicación. Tampoco fueron objeto de iniciativas o declaraciones políticas relevantes, reservadas casi siempre para la guerra de Ucrania, la inflación, el conflicto del Sáhara…

Estas mujeres han sido asesinadas por ser mujeres. Si hubieran sido hombres, no las hubieran asesinado. Si no existiera el machismo, seguirían vivas.Todos somos conscientes de que los asesinatos en serie, sistemáticos, previsibles, con similares motivos y ejecución parecida, suelen ocupan espacio estelar en los noticiarios y ser objeto de gran atención social y política.Cabe considerar, por tanto, qué hubiera ocurrido con estos asesinatos si su motivación hubiera sido distinta. Qué impacto habrían tenido estos crímenes si se hubieran producido por alguna causa terrorista, o por motivos ideológicos, o por fanatismo religioso…

¿Hubieran pasado igual de desapercibidos?

Tres asesinadas en abril. Diez en lo que va de año. Cuarenta y cuatro el año pasado. Prácticamente cada semana se asesina a una mujer por ser mujer. Es un feminicidio permanente y estructural.

Y nos estamos acostumbrando. Se normaliza que semana tras semana, con terrible precisión, una mujer sea muerta porque un hombre no aceptaba su libertad, porque la quería sometida, suya o muerta.

Y otras muchas son vejadas día tras días por la misma motivación machista.

Tenemos pactos, leyes, recursos… para prevenir y para proteger. Hay reforzar los pactos, las leyes y los recursos, claro.

Pero no bastará. Hasta que cada hombre, mayor, joven y niño, sea capaz de asumir que la mujer que tiene a su lado es su igual en derechos, y que por ello merece el mismo respeto que él mismo. Pero este propósito aún queda lejos de alcanzarse.

Mientras tanto, procuremos que cada asesinato obtenga la noticia y la repulsa social que merece. Porque normalizar el asesinato de mujeres es normalizar la barbarie, y renunciar a la civilización.

Eso y parar a aquellos que niegan la violencia machista sobre las mujeres. Porque negar el machismo asesino equivale a convertirse en su cómplice.

¿Estamos normalizando el asesinato de mujeres?