España obtiene dos Premios Europa Nostra 2017

Imagen: Cap Rocat
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La cubierta de un monasterio y una antigua fortaleza reconvertida en hotel reciben los prestigiosos galardones.

La Comisión Europea y Europa Nostra han concedido a dos proyectos españoles el Premio Unión Europea de Patrimonio Cultural - Premios Europa Nostra 2017, el galardón europeo más prestigioso en el campo del patrimonio. En total han sido 29 ganadores pertenecientes a 18 países que han sido recompensados por sus ejemplares logros en las categorías de conservación, investigación, dedicación especial al patrimonio, y educación, formación y sensibilización. Entre los premiados este año hay dos españoles, la rehabilitación de la Fortaleza de Cap Enderrocat en Llucmajor (Baleares), y la cubierta de las ruinas del Monasterio de San Juan en Burgos. Los Jurados de expertos independientes evaluaron un total de 202 proyectos presentados por organizaciones y particulares de 39 países europeos.

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Fortaleza de Cap Enderrocat, Llucmajor (Baleares)

La fortaleza de Cap Enderrocat, construida en 1898 como parte del sistema defensivo de la ciudad de Palma de Mallorca, es la mayor fortaleza de las Islas Baleares. Los edificios principales ocupan más de 4.100m2 y toda la propiedad cubre un área de más de 30 hectáreas a lo largo de 2 km de costa. En 1940, tras la Guerra Civil española, la fortaleza empezó a sufrir una lenta decadencia, y prácticamente dejó de tener uso militar desde los años 80. Tras su abandono, las instalaciones sufrieron un grave deterioro debido al vandalismo y a los serios problemas derivados de que la mayor parte de sus estructuras estaban talladas, directamente, en “marés”, una piedra caliza muy porosa.

La restauración fue extremadamente compleja debido al gran tamaño de la Fortaleza, a su clasificación como Bien de Interés Cultural, y a la estricta protección sobre su entorno natural. La ejecución del proyecto, que ha durado más de quince años, se ha basado en un estricto plan de financiación que garantiza que su nueva función pueda desarrollarse de forma sostenible.

El resultado es un hotel emblemático que alberga actividades culturales y eventos públicos y privados, en el que recientemente se ha inaugurado un pequeño museo, que alberga una importante colección de 1.400 fotografías de los años 1910 a 1930.

“Esta imaginativa propuesta para reutilizar un edificio militar es una manera efectiva, y respetuosa con el entorno, de revitalizar un espacio que planteaba numerosos retos debido a su complejidad”, dijo el jurado de este proyecto.

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Cubierta para las ruinas del Monasterio de San Juan en Burgos

Este proyecto original buscaba preservar elegantemente un importante monumento en la ciudad de Burgos, en el norte de España. Construida en el siglo XI, gran parte de la iglesia sufrió daños debido a dos incendios sucesivos en los siglos XV y XVI, respectivamente, así como durante el conflicto en el siglo XVIII. La estructura de la iglesia está actualmente en ruinas y únicamente los muros exteriores y algunos elementos góticos han sobrevivido. Gracias a los trabajos de consolidación realizados en la segunda mitad del siglo XX, la ruina ha llegado hasta nuestros días en condiciones relativamente buenas. El monasterio y sus edificios contiguos son ahora la sede del museo Marceliano Santamaría. La zona que corresponde a la ruina de la antigua iglesia se había convertido en un espacio al aire libre para la celebración de eventos culturales.

La construcción de esta cubierta fue concebida como una forma de preservar efectivamente la ruina, de mejorar la percepción de la arquitectura y de crear un nuevo espacio protegido para celebrar actividades culturales independientemente de las condiciones climáticas. Con anterioridad al propio diseño del proyecto se realizó un amplio estudio arqueológico para trazar la historia del conjunto, definir el valor real de los distintos elementos y analizar la estabilidad de los muros. Los resultados de este estudio fueron utilizados en el propio planteamiento de la intervención y en el diseño y cálculo de la estructura de soporte  para asegurar que el proyecto se llevara a cabo con total respeto a la historia. El proyecto fue impulsado por el Ayuntamiento de Burgos y fue posible gracias a fondos europeos.

"Este proyecto ha presentado un enfoque innovador para reutilizar una importante ruina y ha revitalizado el espacio para uso de la comunidad en general a través de los eventos públicos y privados del Museo", afirmó el jurado. "Este trabajo de alta calidad es de un diseño elegante y no intenta de ninguna manera replicar actuaciones anteriores. La solución no es invasiva pero ofrece una protección efectiva de la condición natural de la ruina. La intervención es totalmente discernible de la preexistencia y es totalmente reversible, un factor importante a considerar siempre al hacer nuevas adiciones a ruinas antiguas", señaló el jurado.