jueves. 25.04.2024

Dailos Reyes | Vivimos tiempos líquidos, tiempos donde todo es efímero y requiere consumo rápido, y por desgracia, la política actual, basada en las encuestas y el tacticismo, en el poder por el poder, sin plan ni proyecto, no es ajena a ello. Esto nos empuja a una campaña electoral constante, que en menos de un año tocará techo con las elecciones municipales y autonómicas de mayo, y las generales de finales del 2023.

¿Qué quiero decir con esto? Que se abre la veda propagandística, de ver quien dice la mayor burrada que será aplaudida por sus hooligans y por aquellos hastiados por las diferentes crisis y pandemias, que son azuzados por los diferentes medios de comunicación. Hace unos días, el presidente andaluz, comunica en un foro ante los medios de comunicación que va a convertir a Andalucía en la segunda comunidad autónoma con menor presión fiscal de España, justo detrás de Madrid, y dice a los inversores de Cataluña “aquí está su tierra y no nos vamos a independizar nunca” y “en Cataluña hay impuesto de sucesiones y donaciones y hay impuesto de patrimonio y aquí no”.

De forma coherente y constitucional propone que se centralice los impuestos y quitar a las autonomías las competencias fiscales

Amigo Bonilla, quiero creer que no es más que propaganda política, de cara a unas elecciones, y queriendo imitar el modelo Ayuso, que tanto rédito le ha dado a ella y al PP; y que sabe que, en su presupuesto, esos ingresos son residuales, pero aun así, me parece una medida contraproducente, cuando su comunidad autónoma está en el vagón de cola europeo en gestión sanitaria, educativa, etc. Cuando Andalucía tiene unos niveles de pobreza y paro estructural importante. Cuando Andalucía necesita hasta el último céntimo para poder aplicar políticas que subsanen estos problemas. Son solo 93 millones de euros, pero ¿saben qué se puede hacer con este dinero? Repito, espero que los cálculos estén bien hechos, y que como argumentó el señor Moreno Bonilla, se superen gracias al incremento de IRPF por los nuevos empleos que se crearan gracias a esta iniciativa. Espero que tenga razón y tenga que tragarme mis palabras.

Por otro lado, tenemos al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, que de forma coherente y constitucional propone que se centralice los impuestos y quitar a las autonomías las competencias fiscales. Yo matizaría al ministro e incluiría algunas excepciones en función de la idiosincrasia de la autonomía, como por ejemplo Canarias (región ultraperiférica) y cualquier otra que tenga algo “especial” y que sirva como elemento de solidaridad y de gestión del bien común. Incluso yo iría más allá, y una vez abierto el melón de la recentralización, traería también las competencias en Educación, Sanidad y Justicia, de forma que se cumpla el artículo 14 de la constitución, que dice “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.” 

Que ahora mismo no se cumple, las listas de espera sanitaria no son iguales en Canarias, Andalucía, Madrid, Navarra o Cataluña; al igual que los niveles educativos y los tiempos de respuesta judicial. Con la recentralización se equilibrarían los desequilibrios, pero, ¿quién le pone el cascabel al gato en estos tiempos de federalismo? ¿Qué partido comprometerá sus resultados autonómicos con esta propuesta? Yo sé la respuesta, NINGUNO. Ni VOX llegaría tan lejos. Por desgracia no tenemos estadistas y estrategas, tenemos especialistas en tácticas electorales, que buscan el poder por el poder, para convertirse en agencias de contratación; y aunque gran parte de mi entorno no estén de acuerdo, yo me mantengo, Escrivá tiene razón.

José Luis Escrivá tiene razón