nuevatribuna.es
2 de noviembre de 2010, 13:06
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 1.11.2010
El portavoz del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi, ha invitado a las víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos católicos a "contemplar a la Iglesia cada vez más como un posible aliado", en una carta personal que les ha dirigido. Lombardi les propone una alianza para combatir lo que considera "una de las grandes plagas del mundo actual".
Claro que, acto seguido, y siguiendo lo que ha sido la línea oficial seguida hasta ahora por la Santa Sede, afirma que "lo que ocurre dentro de la Iglesia constituye solo una pequeña parte de lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo en el mundo entero" y desvía las responsabilidades hacia otro lugar. ¿Quienes son los culpables de los abusos? Pues, según Lombardi, ni más ni menos que la familia y el turismo. También menciona al tráfico sexual que explota la pobreza de la gente.
La misiva del portavoz del Papa ha llegado a manos de las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos un día después de que un centenar de estas, procedentes de distintas partes del mundo, se concentraran en el Castel Sant'Angelo, a pocos metros de la Plaza de San Pedro.
La concentración de había sido organizada por la asociación estadounidense "Survivor's Voice" (La Voz de los Supervivientes) y se sumaron otros grupos internacionales e italianos de víctimas de curas pederastas como "La Culpa" o la asociación del Instituto para sordos Antonio Provolo de Verona.
En un momento de la concentración, el director del centro de prensa del Vaticano, Lombardi, se acercó a los manifestantes para expresarles "su solidaridad", pero estos le recibieron al grito de "vergüenza" o "ahora basta". Lombardi se alejó poco después sin hacer declaraciones a la prensa y tras intercambiar algunas palabras con uno de los fundadores de la asociación "Survivor's Voice", Gary Bergeron.
Los fundadores de esta asociación estadounidense, Bernie McDaid, de 54 años, y Gary Bergeron, de 47, ambos víctimas de abusos sexuales por parte de un cura de la diócesis de Boston, explicaron en Roma que el objetivo de esta concentración es que se siga hablando de este problema.
Durante la protesta, pidieron a la Iglesia que "realice más esfuerzos para proteger a los niños de los abusos y para castigar a los culpables". "No sabemos cuantos niños han sufrido abusos por parte de los hombres de la Iglesia, porque la Iglesia católica nunca ha hecho estudios o nos ha dado datos", añadieron.
También estuvo presente Francesco Zanardi, de 40 años, que comenzó hace once días una huelga de hambre en protesta por la ausencia de respuesta por parte del obispo de Savona, noroeste de Italia, a quien ha pedido que denuncie los casos de pederastia en su diócesis. "Quitad las manos de encima a los niños". "Iglesia sin abusos" o "El Papa protege a los curas pederastas", son algunos de los carteles que llevaban los manifestantes.
El programa de la protesta preveía una marcha hacia la Basílica de San Pedro, pero la Policía italiana no autorizó esta manifestación. Finalmente, los agentes italianos dejaron marchar a Bergeron y otra de las víctimas con una vela en la mano para que recorriesen la Vía de la Conciliazione, la avenida que llega hasta la Plaza de San Pedro.
El portavoz del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi, ha invitado a las víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos católicos a "contemplar a la Iglesia cada vez más como un posible aliado", en una carta personal que les ha dirigido. Lombardi les propone una alianza para combatir lo que considera "una de las grandes plagas del mundo actual".
Claro que, acto seguido, y siguiendo lo que ha sido la línea oficial seguida hasta ahora por la Santa Sede, afirma que "lo que ocurre dentro de la Iglesia constituye solo una pequeña parte de lo que ha ocurrido y sigue ocurriendo en el mundo entero" y desvía las responsabilidades hacia otro lugar. ¿Quienes son los culpables de los abusos? Pues, según Lombardi, ni más ni menos que la familia y el turismo. También menciona al tráfico sexual que explota la pobreza de la gente.
La misiva del portavoz del Papa ha llegado a manos de las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos un día después de que un centenar de estas, procedentes de distintas partes del mundo, se concentraran en el Castel Sant'Angelo, a pocos metros de la Plaza de San Pedro.
La concentración de había sido organizada por la asociación estadounidense "Survivor's Voice" (La Voz de los Supervivientes) y se sumaron otros grupos internacionales e italianos de víctimas de curas pederastas como "La Culpa" o la asociación del Instituto para sordos Antonio Provolo de Verona.
En un momento de la concentración, el director del centro de prensa del Vaticano, Lombardi, se acercó a los manifestantes para expresarles "su solidaridad", pero estos le recibieron al grito de "vergüenza" o "ahora basta". Lombardi se alejó poco después sin hacer declaraciones a la prensa y tras intercambiar algunas palabras con uno de los fundadores de la asociación "Survivor's Voice", Gary Bergeron.
Los fundadores de esta asociación estadounidense, Bernie McDaid, de 54 años, y Gary Bergeron, de 47, ambos víctimas de abusos sexuales por parte de un cura de la diócesis de Boston, explicaron en Roma que el objetivo de esta concentración es que se siga hablando de este problema.
Durante la protesta, pidieron a la Iglesia que "realice más esfuerzos para proteger a los niños de los abusos y para castigar a los culpables". "No sabemos cuantos niños han sufrido abusos por parte de los hombres de la Iglesia, porque la Iglesia católica nunca ha hecho estudios o nos ha dado datos", añadieron.
También estuvo presente Francesco Zanardi, de 40 años, que comenzó hace once días una huelga de hambre en protesta por la ausencia de respuesta por parte del obispo de Savona, noroeste de Italia, a quien ha pedido que denuncie los casos de pederastia en su diócesis. "Quitad las manos de encima a los niños". "Iglesia sin abusos" o "El Papa protege a los curas pederastas", son algunos de los carteles que llevaban los manifestantes.
El programa de la protesta preveía una marcha hacia la Basílica de San Pedro, pero la Policía italiana no autorizó esta manifestación. Finalmente, los agentes italianos dejaron marchar a Bergeron y otra de las víctimas con una vela en la mano para que recorriesen la Vía de la Conciliazione, la avenida que llega hasta la Plaza de San Pedro.
