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NUEVATRIBUNA.ES / I.G.C. 27.07.2009

Las bondades de las conocidas como ‘marcas blancas’ no son tales cuando se trata de hablar de los derechos de los trabajadores. Así se constata en un informe elaborado por la Federación Agroalimentaria de CCOO que demuestra que las condiciones laborales en las empresas que comercionalizan este tipo de productos son peores que las que fabrican las tradicionales marcas propias o de prestigio.

Las diferencias son tales que en algunos sectores como el lácteo las oscilaciones salariales llegan a alcanzar el 74,16%; seguido del cárnico, con el 71,31%, según señala este estudio que fue presentado este lunes por el responsable del informe Jesús Villar en un acto en el que también estuvo presente el secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo.

Las marcas de prestigio generan mejores condiciones económicas y sociales, de media entre un 30% y un 40% más que las ‘marcas blancas’ de distribución. Para CCOO, “resulta preocupante” que siga la tendencia de un crecimiento de este tipo de productos (con la crisis, los trabajadores tienen a reducir sus gastos) con la consiguiente pérdida de cuota de mercado de las grandes marcas, “sometidas a presiones”, en unos casos por la concentración cada vez mayor de la distribución y también por las diferencias tan señaladas de precio.

Villar quiso precisar que no se trata de eliminar estas marcas sino de apostar por la calidad de los productos. Considera asimismo que las marcas de prestigio generan una “mayor fidelización” del consumidor, lo que entraña “un menor riesgo de deslocalización y de pérdida de empleo”; así como mayores inversiones en I+D+i.

En el estudio se han analizado (tanto en lo concerniente a los convenios colectivos como a los convenios de empresa) las seis patas que componen el sector agroalimentario en España: industrias lácteas, cárnicas, cervezas, aperitivos, aguas de bebida envasada y panadería industrial. Este sector aporta el 17% del total de la producción industrial, siendo el 2,40% del PIB, el 12% del valor añadido y el 14% de la mano de obra con cerca de 500.000 trabajadores.

MODERNIZAR EL SECTOR

En palabras de Fernández Toxo es “un sector básico, estratégico”, pero “el gran desconocido. El líder sindical apostó por un cambio de modelo de la industria alimentaria que sigue teniendo, a pesar de la crisis, una balanza positiva y que se ha convertido en “refugio del empleo” con un crecimiento muy importante de las cotizaciones a la seguridad social.

La tendencia ahora –destacó- es “el retorno de los trabajadores al campo y a la actividad agrícola”, de ahí la necesidad de modernizar los sistemas de producción –“bastante arcaicos”, afirmó Toxo, que advierte de las consecuencias negativas que puede acarrear un sector “tremendamente atomizado” y “muy habituado a las subvenciones” de la Unión Europea.

Tanto Toxo como Villar apostaron por reestructurar el sector con un plan de apoyo fiscal a las empresas que apuesten por la I+D+i; el fomento de las certificaciones sociales; y la modernización de las relaciones laborales para evitar el “dumping social” por las diferencias salariales, así como la “normalización” de los sistemas de protección social.

En este sentido, el líder de CCOO denunció que las patronales agrícolas “están acostumbradas” a gozar de un régimen por debajo del régimen general, con trabajadores que, en ocasiones, cotizan más del doble que el resto y tienen derecho a una pensión un 50% más baja.

El lado oscuro de las "marcas blancas"